Rose estaba en su cama. Ya en su octavo mes de embarazo, su vientre desbordaba vida. Michael, Chris y Ashley a su lado solo observaban.
—¿Así de grande estaba tu barriga cuando me esperabas, Mami? —preguntó Ashley, mientras tenía una hermosa conexión con su hermanito.
Rose sonrió.
—No, en tu embarazo mi barriga era pequeña. Parecía como si no estuviera embarazada. Por lo que tu tamaño al nacer fue toda una sorpresa.
—¿Y cómo fue? —preguntó intrigada.
Rose se permitió recordar ese día. El nacimiento de su bebé, pero también, el día en que Alex falleció.
—Fue duro. Todo era nuevo para mí, así que el dolor fue una sorpresa.
—¿Dolor?
—Sí, los partos duelen mucho. Pero en el momento en que te tuve en brazos, el dolor desapareció. A veces, cuando lo recuerdo, siento como si al ver tus ojos, el tiempo se hubiera detenido en ese instante.
—Si duele, no quiero tener hijos —murmuró Ashley apartándose.
Rose soltó una risa alegre. Pero al hacerlo, una contracción llegó, haciéndola retorcerse del dolor.
La pequeña se asustó, dándole paso a Michael.
—Estoy bien —murmuró Rose adolorida.
Michael calmó a la pequeña, quien se veía aterrada.
—Tranquila, el útero de tu mamá se prepara para tener a tu hermanito.
—¿Ahora?
Michael rió.
—No, nacerá pronto. Cuando tenga muchas de ellas, de forma regular.
Ashley se petrificó.
—No te preocupes, bebé. Las mujeres estamos preparadas para esta labor.
Ella solo calló, sabiendo que había escuchado algo, que marcaría su futuro de alguna manera u otra. Chris, por su parte, solo pensaba en Sofía y su pequeña creciendo lentamente. Salió apresurado de la habitación.
En la sala de observación, Incógnito veía, atento a los detalles. Abrió una comunicación con uno de los altos cargos de la Organización.
—Tenemos que acelerar los planes para el nacimiento del espécimen próximamente.
Chris, quien pensaba en pedir un permiso rápido de salida, se quedó escuchando tras la puerta.
—¿Hay algún cambio en el embarazo de Rose?
—Está teniendo contracciones falsas con más frecuencia.
—Bien, aceleraré el procedimiento. Habrá que buscar una excusa para apartarla de Chris y Michael. Quiero que una vez nazca ese espécimen, sea separado completamente de su madre, hasta completar toda la experimentación.
Las palabras retumbaron en Chris, quien apresurado corrió hacia la habitación de Rose.
—Michael, necesito hablar contigo —murmuró nervioso.
Llamando la atención de Ashley y Rose.
Ambos se retiraron al baño, ya que Chris sabía que era el único lugar sin cámaras ni micrófonos. La pequeña, curiosa, también se acercó.
—Si sucede algo, quiero saberlo —susurró Ashley por lo bajo, intentando que su mamá no escuchara.
—La Organización quiere separar a Rose del bebé ni bien nazca —soltó Chris, ante la mirada atónita de los otros dos.
—¿Qué? Es peligroso. El bebé necesita de su mamá —exclamó Michael molesto, mientras Ashley tapaba su boca.
—¿Qué sucede? —murmuró Rose desde la habitación.
—Entretén a tu mamá. No puede saber nada —ordenó Chris a Ashley, quien salió risueña, tratando de fingir.
—Planean una sorpresa —murmuró por lo bajo, haciéndole señas con una sonrisa falsa.
Rose por su parte, sonrió feliz. Se sentía muy amada por todos. En paralelo, Michael y Chris definían formas de sacarla de la Organización.
—Hay que idear algo para sacarla de aquí —murmuró Michael nervioso.
—Hablaré con Alpha para crear un plan de escape.
Chris salió, mientras Michael, se quedaba con Rose. Ella, risueña, solo lo miraba con amor. Sin imaginar que detrás de sus caras de aparente felicidad, había real preocupación.
Chris reunió al equipo Alpha con la excusa de planear una sorpresa para Rose. Apartados de las cámaras, se expresó sin rodeos.
—La Organización piensa separar al bebé de Rose ni bien nazca. Necesito sacarla de aquí.
—¿Qué? —exclamó Mikhail molesto.
—Son unos malditos desgraciados —exclamó Dante.
—Yo estoy contigo —dijo Ilan decidido.
—Y yo —murmuró Leo.
—Todos lo estamos —exclamó Mikhail recibiendo la confirmación de los demás.
—Dime cuando y por Rose soy capaz de volar todo este lugar por los aires —murmuró Ragnar firme.
—Tiene que ser algo lo suficientemente serio para llamar toda la atención, tanto de Maskedman, como de Incógnito —murmuró Mikhail, por lo bajo.
Luego de un rato idearon un plan. Ashley, quien no quería dejar a su papá solo, luego de la partida de su mamá, serviría como distracción. Usando su pequeño desliz con el recluta, simuló querer escapar a verlo. Haciendo que tanto Maskedman, como Incógnito, volcaran toda su atención en ella y encontrarla. Leo desactivó las cámaras, desde el dormitorio de Rose, hasta la entrada del desfiladero, a las afueras de la Organización. Lugar a donde iba a parar todos los residuos. Los demás Alphas, neutralizarian, de forma segura, a los soldados en el camino.
Rose les siguió el juego, pensando que la llevaban a su sorpresa. Por lo que junto a Chris salieron. Michael se quedaría en el lugar esperando que bajara la presión para reencontrarse con ella.
Al sonar las alarmas, Rose se preocupó.
—Chris, debemos volver, están sonando las alarmas de la Organización.
—No podemos —murmuró Chris, nervioso.
—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Rose desconcertada.
—La Organización planea separarte del bebé ni bien nazca —soltó Chris molesto.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó Rose, notando que su vientre se tensaba.
—Lo escuché. Incógnito, hablaba con un alto cargo de la Organización, iban a hacerle muchos experimentos —susurró Chris, triste y molesto, pensando dentro de él, que ese podría ser el destino de su hija en un futuro.
Rose asintió y lo siguió. Se instalaron en una pequeña ciudad, cerca de Épsilon, como prevención ante cualquier imprevisto. Pasaron semanas y tanto Michael como Chris se turnaban para cuidarla, chequeando que todo estuviera bien.
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Editado: 07.07.2025