Tras la sombra de los Klat'ka 3: La marca del abismo

El precio del conocimiento

Pasaron semanas de vida cotidiana en donde la vida de Rose fue cacería, entrenamiento y cuidar a Ashley. Pero a la noche, en el silencio, el recuerdo de Michael volvía. Con él, el dolor y con todo esto, Lucien. Volviendo a caer en la oscuridad.

—Ese maldito Michael. Te vio la cara con la zorra de Miranda, ¿puedes creer? —susurró Lucien, recostándose a su lado en la cama.

Rose lo ignoró volteándose, a lo que Lucien volvió a correrse, quedando frente a ella.

—Deberías matarlo. Ibas a hacerlo. Si Ashley no hubiera estado ahí, habrías acabado con ellos —murmuró con una voz siniestra.

Rose llegó al punto de llegar a ignorarlo, pero Lucien estaba ahí esperando a que cayera.

A la mañana siguiente, casi sin dormir, la alarma de la Organización sonó y todos sabían qué significaba: había una misión. Alpha se reunió en la sala de operaciones, todos ya recuperados.

Al estar presentes, Maskedman comenzó a relatar la misión.

—OK, tenemos una anomalía recurrente. ¿Recuerdan la misión que tuvieron en el sector por explorar? —informó Maskedman mientras desplegaba el dosier con la información de la misión.

Archivo: A-1097-Δ

Clasificación: Anomalía de origen desconocido

Estado: Activa intermitente / en observación

DESCRIPCIÓN DEL EVENTO

A las 03:14 horas se detectó una lectura energética irregular desde una región no explorada, sin designación, al este de los antiguos mapas de los continentes. La zona no presenta registros de exploración ni datos actualizados posteriores a la Gran Guerra.

La anomalía se manifestó como un pulso energético errático, sin patrón definido, de breve duración (aproximadamente 5 segundos) y amplitud desconocida.

Inmediatamente tras la lectura, los sistemas de vigilancia satelital comenzaron a presentar inconsistencias. Se reportó la desaparición visual de áreas completas en los registros en tiempo real. Las imágenes previas y las grabaciones archivadas mostraban zonas de sabana y bosques dispersos, que tras el evento no aparecen en el mapeo actual.

EFECTOS DETECTADOS

Interferencia en satélites: imágenes con parpadeos, glitches visuales y cuadros congelados.

Desaparición temporal de sectores geográficos en los sistemas de rastreo remoto.

Lectura residual energética de origen indeterminado, levemente detectable en un radio de 12 kilómetros alrededor del epicentro.

Desplazamiento aparente de fauna: por las imágenes recuperadas antes del fallo, cuadrúpedos de gran tamaño y reptiles de morfología arcaica se movilizaban alejándose de la zona de anomalía.

—Cómo olvidarlo —susurró Ragnar con una sonrisa, recibiendo la complicidad de Dante, Leo y Mikhail.

Luego observó a Rose y su sonrisa desapareció, cambiando a un rostro serio.

—Bueno, el día del ataque Thek’ar, también fue atacada la aldea que visitaron.

Rose interrumpió.

—¿Cómo que también atacaron la aldea de mujeres? ¿Por qué no fui informada? —preguntó Rose indignada mirando a Chris.

Ambos sabían por qué atacaron a Nivaria y a la Organización.

—Hemos estado monitoreando la zona, tratando de no interferir en la dinámica del lugar. Pero nuevamente la anomalía que intentamos investigar se volvió a manifestar y tenemos serias sospechas de que pueden ser ellos los responsables.

—¿Me avisas cuando posiblemente ya todas esas mujeres estén muertas? —murmuró Rose indignada.

—Si hubieras estado aquí y no masacrando gente, hubieras estado lista para protegerlas —soltó Maskedman fríamente.

Rose enfureció desplegando su cola y junto con ella a Aurea lista para atacar, pero Incógnito intercedió.

—Tienes razón, Rose. Como organización, cuyo único objetivo es proteger a la humanidad de anomalías, debimos informarlo. Pero no había nadie a quien hacerlo. Apenas nos estamos levantando del ataque —soltó por el comunicador.

Chris también intercedió.

—Rose, nosotros apenas sobrevivimos al ataque —murmuró desmoralizado.

—¿Cuál es la misión? —preguntó molesta, volviendo a sentarse, guardando a Aurea.

—Misión primaria: estudiar la anomalía y encontrar la causa, ya que es la segunda vez que se manifiesta en el lugar —ordenó Maskedman firme.

—¿La secundaria? —preguntó Dante nervioso.

—Necesito que revisen el lugar y su gente. Si necesitan ayuda, se la brindaremos —murmuró Maskedman preocupado.

—Alistense, salimos en diez minutos —ordenó Rose fría, pero Maskedman la detuvo.

—Espera, Rose hay alguien más que va a ir en caso de ayuda médica —susurró él nervioso, temiendo su reacción.

Por la puerta entró Michael, viéndose

terrible. Desalineado y con aspecto de borracho, algo que entristeció a Rose. Ella, al verlo, solo salió. Ya había dado su orden y no quería contacto con él. Los demás solo lo observaron, en especial Chris, quien quería comérselo vivo, pero una escena sería lo peor para su hermana, por lo que también se retiró. Alpha lo siguió dejándolo solo.

El camino al lugar fue silencioso e incómodo. Sobrevolaron la zona de la aldea Vakarima y lo que vieron los entristeció. De las cientos de mujeres que había ahí, solo quedaban un puñado y entre ellas una mujer con un embarazo a término. Kaya.

—Kaya —murmuró Dante, por lo bajo.

Al llegar, todas los recibieron con alegría. Para ellas, la Shona había vuelto a salvarlas.

—Shona —exclamaban todas, mientras cubrían a Kaya.

—¿Qué sucedió? —murmuró Rose mientras veía que la mayoría de sus habitantes ya no estaban, incluyendo a Anele.

—Los hombres de metal nos atacaron. Querían a Kaya y la protegimos —murmuró Nandi, orgullosa.

—Ella no está segura aquí —murmuró Rose a Chris. Sabían por qué la querían.

Kaya la interrumpió.

—Tu bebé Shona, ¿dónde está? —preguntó preocupada.

—Mi bebé murió —susurró Rose fría, pero las palabras le dolían más de lo que quería demostrar.




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