Tras la sombra de los Klat’ka

Activando la cuenta regresiva

Un nuevo amanecer comenzaba a dejarse ver en el cielo. Y con éste las cosas lentamente también aclaraban. Esas que la penumbra de la noche, tiende a ocultar.

Ambas durmiendo, ambas soñando a la vez, ambas con más preguntas que respuestas. Pero esta vez el sueño de Ashley era ligeramente diferente. Veía a su mamá en la cueva si, pero ahora solamente estaba estática. Iluminada por una luz que no se sabía de dónde provenía. En sus manos, un corazón. Latía con dificultad. Y de éste, un líquido dorado se escurría, derramandose en el frío suelo del lugar. Llegando hasta donde Ashley se encontraba. Deteniéndose justo delante de ella, como si poseyera voluntad. En ese momento ese ser alado se acercaba a su madre por detrás, lo que asustaba a Ashley

—No. Gritaba ella, desesperada.

Dando un paso hacia adelante y pisando ese líquido. Haciendo que en ese instante, la criatura se apartara.

Ambas despertaron a la vez, asustadas.

Para la niña, Nora estaba ahí esperando paciente. Para Rose, Liraeth. Quien visible solo para ella, la observaba dormir.

—Cada vez son más intensos. —Dijo Rose levantándose. —Como si los estuviera viviendo realmente.

Liraeth simplemente sonrió. Con voz calmada y serena le dijo

—Estás a salvo ahora.

“No tengo tiempo para esto”, pensó Rose. Se vistió y se fue dejando a Liraeth en su dormitorio.

Fue directo a hablar con Chris, estaba a punto de terminar el Codex Aeterum y quería saber si podía prestarle otro libro al terminar el primero. Justo cuando llegó a verlo algo sucedió. El dispositivo que el hacker le había dado. El cual se activaría cuando él quisiera contactarle.

Se activó por primera vez en semanas.

Chris y Rose se miraron, sabían qué significaba, así que se escaparon a hurtadillas de la organización. A ese lugar que habían hecho suyo. Activaron el dispositivo y de éste se proyectó el holograma del Hacker.

—Hola Rose tengo novedades. Dijo de forma animada. Se veía cansado. Como si hiciera días que no durmiera o comiera bien. Rose y Chris se mantuvieron callados, expectantes.

—Bueno, parece que ARCOS y sus secuaces han hecho todo lo posible por erradicar información sobre qué o quién es Klat’ka. Información del medallón y de qué es o para qué sirve. Sigo investigando en eso pero…—se detuvo, tomo aire y prosiguió —encontré unos textos antiguos datados de antes de la Gran Guerra. Que hablan sobre las coordenadas qué encontré en los registros de ARCOS. Son notas de lo que creo, son antiguos exploradores o investigadores. Hablan de la leyenda, de una antigua ciudad custodiada por los mismos dioses. A la cual solo los elegidos pueden acceder. Que estos mismos dioses modifican todo, tiempo y espacio para no ser encontrados.

—¿Y que tiene que ver con nosotros? preguntó Rose escéptica.

—Junto a esto encontré lo que parece ser algún tipo de imagen sacada con un tipo de dispositivo antiguo. Les pido perdón por la calidad pero deben verla.

En la fotografía antigua se veía a seres humanos al lado de unas criaturas enormes, de casi dos metros de altura. En lo que parecía ser algún tipo de contacto planeado. Con un color de piel dorado pálido con pequeñas marcas distintivas. Cabello largo color blanco, ojos color plata azulado. Estas criaturas recibían lo que se veía como ofrendas. Pero lo que llamaba más la atención eran sus colas. Aprendices largos muy parecidos a los de Rose. Haciendo que esta quedara estupefacta, se parecían mucho a ella. Más grandes en altura si, ella apenas medía un metro sesenta y cinco centímetros, pero habían similitudes. La cola, sus ojos.

Chris por otro lado los reconoció, una de las tres criatura en la imagen, era su padre. Pero no dijo nada simplemente se limitó a escuchar.

—Esto se encontró junto con los restos de un hombre en las cavernas subterráneas de la zona. Con registros que dicen que seres de las estrellas llegaron a esa ciudad.

No había mucho, la mayoría era ilegible por el paso del tiempo y las condiciones del lugar. Pero da a suponer que el señor fue uno de los pocos que tuvo la suerte de encontrarla.

—O es un buen montaje. Dijo Chris intentando sonar escéptico.

Rose por otro lado se quedó callada, no tenía palabras que articular y solo observaba a las criaturas. Sentía una extraña familiaridad con uno de ellos en especial. Pero no sabía porqué. Cuanto más lo observaba más la incomodaba, y con ésta, su curiosidad crecía.

El hacker la interrumpió.

—Yo me cercioré de que no fuera falsa, amigo. No les compartiría información errónea o falsa, va en contra de mis principios.

—! Y qué vas a querer a cambio de esta información? Preguntó Chris en tono sarcástico.

—Lo sabrán pronto. Pero antes de irme les diré algo. En 30 años jamás había estado tan seguro. Hay algo esperándolos en ese lugar.

—Antes de irte. Tengo el medallón completo. Le dijo Rose de forma segura.

No termino de decir la frase que la alarma comenzó a sonar. Chris y Rose sabían que significaba, había misión.

Así que el hacker cortó la comunicación y se dirigieron directamente a la sala de operaciones. Ahí estaba Maskedman y todo el equipo junto a Darian

El primero en tono frío y autoritario de siempre.
—Alpha tienen una misión en cooperación con ARCOS.

Rose y Chris aprovecharon para tomar asiento.

—La misión es recuperar de la zona MUERTE G787.

—¿Ese lugar no está contaminado con radiación? Dijo Rose mirando a Chris.

—En efecto, irán protegidos con trajes especiales.

—Ya me veo mutado y deforme mañana, dijo Dante.

—Alpha, serios por favor. dijo Rose mirando a Maskedman y dándole pie para que continúe.

Maskedman la miró asintiendo y prosiguiendo a relatar la misión.

—Continúo. La radiación es el único peligro ahí. No hay nada con vida en el lugar. El objeto a recuperar es un cilindro. Que se supone es un dispositivo de almacenamiento antiguo. Deslizando el dedo en la pantalla proyecta imágenes de éste para todos. Rose y Chris se quedan helados, ambos reconocen el dispositivo como algo conocido, pero aún no saben porqué.




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