Tras un Rastro

Capítulo 2: Esta misión es mía

Caminamos uno al lado del otro sin decir nada. Ángel está ojeando la carpeta porque dudo que este leyendo algo por la rapidez en que cambia de hoja. Yo ni siquiera la he mirado. Necesito descansar, me encuentro agotada tanto física como mentalmente y necesito descansar al menos tres horas para estar mejor.

Es muy rara esta misión solo por el hecho del poco tiempo que ha dado para completarla y más raro aún el habernos recordado las reglas, que no son muchas, solo hay una que el pide cumplir al pie de la letra: no leer la información recuperada.

La organización trabaja directamente con el gobierno haciendo el trabajo que los ineptos de la policía no pueden hacer. El trabajo consiste en recuperar información privilegiada que es extraviada, robada al gobierno y que puede significar la destrucción del estado. No es difícil saber que la política es la porquería más grande de la que se puede embarrar cualquier persona, por tanto, desde el funcionario más bajo hasta el mismísimo presidente del país, tienen cosas que ocultar. Aquí es donde entramos nosotros.

A lo largo de los años han querido destruir a más de uno y es ahí donde nosotros hacemos el trabajo. Cabe destacar que no somos asesinos, pero si estamos entrenados para defendernos y matar en caso de que sea necesario porque esas situaciones se presentan regularmente.

Al momento en que las misiones son dadas, no sabemos a qué clase de persona nos vamos a enfrentar hasta que la tenemos delante. Es por eso que debemos ir preparados. Yo he tenido dos casos donde ha sido mi vida o la de ellos. No me enorgullece haberlo hecho, pero me consuelo sabiendo que no tenía muchas opciones.

—¿En qué piensas? —dice Beltrán, sacándome de mi ensoñación.

—Nada que te importe. —Rueda los ojos.

—Necesitas descansar. Tienes cuatro horas a partir de ahora —ordena con petulancia y comienzo a carcajearme en su cara.

—Tú no eres nadie para ordenarme nada. Ubícate. Sí, iré a dormir porque lo necesito, no porque me lo órdenes. ¿Te queda claro?

—Como diga la princesita —acota, alzando las manos en son de paz.

—Bien, te veo en el salón de reuniones en cuatro horas y media.

No espero respuesta de su parte y me dirijo al ala de los dormitorios. Mis ojos parecen querer cerrarse a medida que me acerco. No exagero, esas horas de sueño me vendrá de perlas. En cuanto cruzo la puerta, me quito las botas para que mi ropa siga el mismo camino y así en ropa interior, me acuesto en la cama, cayendo rendida sin apenas haberme acomodado.

Siento mi brazo acalambrado por la posición en la que me encuentro y sin abrir los ojos, voy a girarme cuando comienza a sonar una maldita alarma donde suenan gallos que amenazan con acabar con mis tímpanos. Abro los ojos con rapidez, para romper en mil pedazos el cacharro con semejante tono de alarma y me encuentro a Beltrán con su teléfono en la mano tan cerca de mi cara. Una sonrisa se asoma en sus labios y se aleja.

—¿Qué haces en mi habitación? —inquiero.

—Deberías taparte. —Ha llegado el momento de divertirme un poco a su costa. Lo miro sonriendo.

—Estoy en mi cuarto. Aquí dentro puedo andar desnuda, si es lo que me apetece. Nadie te mandó entrar. —Quito la sábana que me cubre y veo como pasea su vista por mi cuerpo con total descaro—. Al menos disimula.

—No tengo que hacerlo, Angelique. Sabes perfectamente que me gustas a pesar de nuestra tonta rivalidad. —Se acerca con cautela. Intenta acorralarme, se lo impido, escapando.

—Y hace mucho tiempo tuviste tu respuesta y a día de hoy, sigue siendo la misma —afirmo.

—Nunca me he creído tu negativa. Sé cuál es la razón —adivino le dicen. Dejo de prestarle atención para dirigirme a mi closet a buscar ropa—. Si no te gustara, no anduvieras desfilándome en ropa interior.

—Te das más importancia de la que verdaderamente tienes. Eres tú quien está en el sitio equivocado. Si estuviera afuera, ahí si provoco, mientras este en mi cuarto, es comodidad. —Agarro el pantalón, meto una pierna tras de otra y me acerco a él con el pantalón sin abrochar—. Además, yo para provocar no necesito estar desnuda, con ropa, sé hacerlo muy bien.

—Dejemos de perder el tiempo. Tenemos trabajo y estamos contrarreloj.

—Has el favor de salir para terminar de alistarme. —Gracias a Dios obedece.

Al salir, veo que no está fuera de mi habitación y me dirijo al salón de reuniones donde supuestamente nos encontraríamos. Observo mi reloj y entonces comprendo el por qué fue a despertarme. Dormí media hora más de lo acordado. Olvidé poner la alarma antes de acostarme, pero bueno, lo que sea.

Al entrar, el salón está vacío, parece que los únicos que tenemos trabajo somos nosotros. Me acerco y lo veo con su laptop, tecleando a la velocidad de la luz. Me siento frente a él preguntándome qué hace. Beltrán parece imaginar lo que pienso, pues responde.

—Estoy revisando las cámaras de seguridad de los lugares que frecuenta el objetivo para poder agarrarlo de forma sorpresiva —explica y esa es una de las mejores y gastadas estrategias. El factor sorpresa.

—Perfecto. ¿Cómo vas?

—Tengo algunas rutas listas, pero necesito conocer su destino final para ir allí directamente. En los videos se ve que carga la laptop a todos lados. Es un hombre mayor y que no parece de los malos, pero bueno, se metió con quien no debía —asiento, de acuerdo con él.

—¿Hay alguna información valiosa en la carpeta? —interrogo.

—¿Por qué no la abres y lo averiguas?

—Ya tú lo hiciste, prefiero no perder el tiempo.

—Pues no demasiado, la verdad, da mucho menos información de lo usual. No dice quién es la persona ni nada. Fue a preguntarle al jefe y solo me dijo que nos limitemos a recuperar la laptop.

—Bien. —Aquí hay gato encerrado y del que es bien gordo.

—Listo —sonríe satisfecho.

En su momento de gloria, agarro mi celular y conecto la aplicación que el mismo creó hace muchos años para poder obtener la información de forma rápida. Debo admitir que es muy bueno. Fue capaz de crear una aplicación para celulares que a cualquier dispositivo que lo conectáramos, era cuestión de cinco minutos para que la información del otro dispositivo se guarde en una carpeta que la aplicación crea de forma automática.



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En el texto hay: secretos, orgulloyamor, organizacin criminal

Editado: 28.07.2022

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