Tratados de alcoholismo filosófico.

Tratado de la decadencia pt III

Apologetica de la miseria III
Y mientras caminaba solitario en los vaivenes de mi mente llegué a hacer grandes conjeturas sobre lo que es la vida, he dicho que quiero que aquí hablen las manos curtidas de un hombre y que mejor tiempo que cuando se es un hombre, pero antes de hablar solo quiero decir que nunca se tome en cuenta las barbaridades que pretenden engañar al espíritu joven con promesas falaces de vida buena, vida loca y vida libre, pues todas ellas son la ruina de todo aquel que quiere ser felíz.
En este capítulo quiero hablar del perfeccionamiento del individuo, cuando un ser habla de lo noble que debe de ser la persona que le haga compañía, describe a un ser magnífico y especial, del que cualquiera puede decir que es belleza y virtud. Pero nadie es tan perfecto en ese aspecto, la perfección nace del propio individuo que así la desea. 
Comienza con cultivar la sapiencia y el gusto por las cosas nobles y bellas que enaltece al espíritu, cuando esto se ha ido logrando el pensamiento reflexivo se vuelve un pan de cada día y la autocrítica ayuda al individuo a depurar de si mismo todo aquello que compromete su existencia y que lo lleva a la decadencia.
Por naturaleza el ser es sociable, pero dentro de esto debe de buscar e indagar en aquellas personas que logren inducir en él todos los bellos sentimientos y las conductas mas nobles. Aquí hago hincapié a las palabras de Immanuel Kant en las cuales afirma que ambos sexos son dotados de cualidades, el sexo masculino con la sublimidad y el femenino con la belleza, ambos deben de ser cultivados en necesidad del propio ser, mas debe tenerse en cuenta los posibles problemas que han sido heredados por las relaciones sociales, la familia y la composición geográfica, todo esto contribuye en exceso a identificar en el individuo cuales son las cosas que debe limar y mitigar en su persona.
Mientras el hombre en soledad debe meditar en sus errores y virtudes así mismo debe ejercer un juicio sin escrúpulos a su persona, procurando ser justo con lo bueno y lo malo que haya cometido (en la parte IV indagare en la resolución del bien y del mal).
En perfección el hombre debe de reconocer que aún le falta camino por recorrer y por virtud debe de tener la humildad, pues esta le ayudará a reconocer sus errores, por consiguiente también debe saber reconocer sus virtudes y sentirse orgulloso de ellas sin recaer en la soberbia que es lo que destruye por completo la perfección del hombre.
Por último el individuo debe de llevar una vida austera, rodeada de todo aquello que lo enoblezca y le haga crecer espiritualmente, proveyendo así a su ser de experiencia y santos valores.

 



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Editado: 06.04.2019

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