Tratando de olvidarte

Capitulo 4.

Mich 

Llegaba la noche, por eso de las 9:00 para ser más exactos y Adrián ya no preguntaba si podía marcar, simplemente lo hacía y yo con una emoción respondía. Se había vuelto como una rutina que habláramos por las noches.


- ¿Estás ocupada? - preguntaba para asegurarse de que pudiéramos hablar.

Las fechas para exámenes finales, proyectos y demás se acercaba y por eso mismo cuidábamos nuestros horarios, pero por alguna extraña razón me costaba aceptar que necesitaba dormir cuando podía quedarme ahí escuchando su voz, no quería dormir. Quería seguir riéndome, seguir escuchando su risa.

Aquellas noches me mostró canciones que le gustaban y para mí el mostrar algo que me gustaba era algo muy especial, era como otro nivel de confianza u otro tipo de amistad. Pero era claro que eso no iba encaminado a amistad. Las canciones eran demasiado lindas, las había escuchado anteriormente, pero esa noche les encontré otro sentido, ¿por qué?, ni siquiera yo lo sabía.

-Cause you are my medicine When you're close to me...- comenzó a cantar al ritmo de Gorillaz con una voz ligera y cálida. En ese momento escucharlo cantar era algo lindo y relajante. Realmente lo estaba disfrutando.
No sabía que estaba pasando, porque la emoción crecía cada vez más así que solo me dejé llevar por la noche, por el momento, por el ambiente y por la canción que elegí para el momento.
Era mi momento de enseñarle un poco de lo que yo escuchaba y en vez de sentir pena o nervios me sentía bien, cómoda. El me hacía sentir segura así que le canté una de mis canciones favoritas con una voz un poco nerviosa pues no era como que yo tuviera la mejor voz del mundo.

¿Qué carajos fue eso? ¿tu canción favorita es enserio?

Sabia que nunca la volvería a escuchar igual.

-Qué bonito cantas- agregó

-Cállate, deja de burlarte- aún me sentía nerviosa así que no podía dejar de reírme
-No es ninguna burla, te lo digo de verdad, amo como cantas- entonces caí en cuenta que ahí estaba yo viendo la luna mientras un compañero que había conocido por internet me decía que amaba como cantaba. Muy cursi y cliché.
No entendía porque me sentía tan bien hablando con él, porque sentía esa sensación cuando me decía algo lindo. Mi cabeza estaba a punto de explotar de tanto pensar y analizar lo que sentía y lo que quería. Me sentía tan bien y lo disfrutaba, pero el pensamiento de que eso terminaría mal no me dejaba de rondar, mucho menos dormir.
Una noche después al terminar nuestra llamada, era algo temprano y aproveché para tratar de ordenar todos mis pensamientos y sentimientos. Pasaron minutos incluso horas, que de nada sirvió el cuidar nuestro horario para dormir temprano si esa noche dormiría tarde gracias a que no podía descifrar bien mis sentimientos y por otro lado mis pensamientos que no dejaban de insistir que algo terminaría mal y no quería terminar así de nuevo.
Después de pensarlo por horas, pensar si era lo correcto, si era lo que quería, o más bien lo que era conveniente para mí, tomé la decisión, tenía listas mis palabras para hacerle entender lo que sentía dándole a entender que era mejor dejarlo ahí porque podía acabar mal. Quería decirle y preguntarle miles de cosas antes de que “eso” acabara, si el sentía lo mismo, quería preguntarle qué era lo que realmente buscaba porque, en mi estaba creando un remolino de emociones, emociones que nunca había sentido. Me estaba haciendo sentir tan bien, como nunca nadie lo había hecho y tal vez el no sentía lo mismo.

Lo mejor era acabar con eso, antes de que avanzara más.

Fue así como logré dormir, pocas horas por qué al día siguiente había que tomar curso, pero no importaba, ya todo estaba ordenando en mi mente. O casi todo.

Por la mañana, tenía listo todo lo que tenía que decir para que fuera así la última vez que habláramos.

Primero que nada, teníamos clases, no tardaron tanto pues ese día solo teníamos una clase de dos horas, horas que se pasaron volando. Tenía todo claro, el único problema es que no sabía en qué momento lo haría.


Es ahora o nunca. Me dijo una voz en mi mente, cuando el pensamiento fue interrumpido por el sonido del teléfono que indicaba que alguien estaba llamando.
En la pantalla pude mirar su nombre.
-¿Por qué demonios en este momento?, ¿por qué lo haces más difícil?- grite hacia la nada
-Bueno- contesté la llamada tratando de tranquilizarme
-Hola, ¿cómo amaneciste linda?- en ese momento solo pensaba porque carajos lo tenía que hacer más difícil.
Solo respondía lo que me preguntaba, hablamos solo un poco ya que los dos debíamos hacer cosas que nos mantenían ocupados durante el día. La llamada no duró más de media hora y sobre lo que pensaba decir no mencioné ni siquiera una palabra.
Finalizó la llamada, no dije nada al respecto, pero el pensamiento de que debía decirlo que ya no quería seguir manteniendo una relación de ningún tipo con él, seguía en mi mente, lo pensé durante varios minutos paso una hora y por fin me arme un buen mensaje explicándolo todo y aguantándome las ganas de poder preguntar qué era lo que el sentía.

 Puse fin al mensaje con un párrafo que recuerdo a la perfección:

"te quiero, pero me quiero más yo por eso es mejor que dejemos todo hasta aquí, fue un gusto haber coincidido contigo".

Envié el mensaje y luego terminé bloqueándolo sin ni siquiera darle la oportunidad a responder. Estaba ocupado, eso lo tenía presente y realmente no sabía hasta que hora lo vería, pero no le di importancia solo borre la conversación y como si no nos hubiéramos conocido ni hablado nunca pase a seguir con mi día, realmente no tuve tiempo de recordar ni de lo que había hecho ni que nos habíamos conocido y así transcurrió el día. Mi día.
Cuando llegó la noche estaba terminando unas tareas, todo parecía tan normal, una noche tranquila. Yo lo había bloqueado y así no podía recibir ninguna llamada, ni un mensaje. Y de la nada comenzó a sonar el teléfono, en la pantalla pude ver qué era una llamada pero no desde la red y decía "número desconocido" por mí cabeza solo pensaba que podría ser, tal vez era una familiar, una amiga con teléfono nuevo, no sabía realmente y decidí atender la llamada por curiosidad.
-Bueno- atendí
-Bueno- se escuchó del otro lado de la línea
-¿Quién habla?- pregunte porque la voz sonaba algo varonil, fuerte y con autoridad
-¿Tan rápido olvidaste mi nombre?- agrego la persona al otro lado de la línea con una voz ronca pero varonil. Me gustaba esa voz.




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