Trataré de olvidarte

Un desenlace inesperado

En el antro de lujo, el espectáculo estaba alucinante, el éxito de Héctor con la bachata y la aparición sorpresa del cantante Adrián, produjo una estampida de personas que querían entrar al lugar. Iván, aún disfrazado como Adrián, no lograba salir de la oficina donde se había disfrazado, y había llamado a Andrés para que lo ayudara. No tenía tiempo de quitarse el disfraz, le llevaba mucho tiempo hacerlo, y estaba muy preocupado por la abrupta salida de Jorge de aquella oficina. El cantante logró escuchar la voz de Andrés, que junto a Junior lograron alejar a las chicas que desesperadamente querían llegar a su ídolo. Iván se asomó, vio la figura de Andrés y su hijo y salió de la oficina.

—¿Qué haces aún con ese disfraz? –preguntó Andrés.

—No tengo tiempo de explicar, Jorge está como loco, necesito encontrarlo para explicarle que lo que dije era solo una idea en mi mente.

—¿Qué le dijiste?

—No tengo tiempo. Ayúdenme a buscarlo.

—Yo lo vi yendo a nuestra mesa, lo más seguro que esté allí bebiéndose una botella tras otra –dijo Junior.

—De prisa, vamos.

Andrés fue vigilando el camino y desviando del camino a las fans, y no en el tiempo que hubiese deseado, llegaron a la mesa donde Gloria se encontraba con su hijo menor. Andrés seguía vigilando a las fans, recordando la época que tocaban en lugares de mala muerte soportando borrachos.

—Estoy buscando a Jorge, Junior me dijo que vino para acá.

—Sí, le dijo algo a Elisa que no logre entender y no han regresado.

—¿Sabes a dónde fueron?

—La verdad no.

—Mamá, ¿Cómo se veía el tío?

—Normal, como siempre.

—Tengo un mal presentimiento –dijo Iván muy preocupado viendo a todos lados.

Al estar disfrazado de Adrián, no le era fácil escabullirse, y se le hacía difícil encontrar el lugar donde pudiesen estar. Revisaron detrás del escenario, le preguntaron a todos los de la banda, a los camareros, al barman, y finalmente fue el dueño del local quién le dijo por dónde había salido. Un grupo de fangirls comenzaron a gritar al verlo, y tuvieron que dar vueltas por el local, mientras Andrés las hacía cambiar de rumbo. En una de las oportunidades, Iván y Junior salieron por donde el dueño les había dicho, y a lo lejos vieron la silueta de un hombre, que supusieron que era Jorge. Frente a él, pegada a la pared estaba una mujer.

El cantante vio como el hombre le gritaba alterado a la dama, que tampoco se quedaba atrás gritando. Supuso por un momento que eran Jorge y Elisa discutiendo como otras veces, y al ver como el hombre se agachaba para sacar algo de su tobillo, se asustó al distinguir a lo lejos una pistola. Detuvo a Junior con la mano, y le pidió que regresara al local y buscará a Luis.

—Pero tío, están tocando.

—¡No me importa si le están tocando al mismo Papa! ¡Tráelo rápido antes que ocurra una tragedia!

Aterrado, Junior obedeció y regresó al local. Iván se fue acercando lo más lento que su desesperación le permitía, hasta llegar a un punto donde sabía que Jorge podía observarlo.

—Jorge, aquí estoy, déjala ir, ella no sabe nada de lo que hablamos.

—¡Claro que sí! Fue ella la que te metió esa idea de abandonar a Adrián, sé muy bien quien eres Iván Morete.

—Te lo juro, Jorge, ella no sabe nada. Ella se mantiene alejada de todo lo que tenga que ver con Adrián. Su único pecado fue traerme el disfraz.

—¡Se lo dije mil veces, y no me cree! –gritó Elisa desesperada.

Iván aprovechó para acercarse un poco más a su amada.

—No te muevas desgraciado, te dedique mi vida, te llené de dinero, de mujeres, de lujos, y así es como me pagas. Y todo por qué, por esta perra, no Iván Morete, no te lo voy a permitir. –las manos le temblaban mientras sostenían el arma que estaba deseosa de cegar la vida de Elisa.

—Es cierto todo lo que dices, –aprovechó para seguirse acercando a Elisa–, pero lo que dije fue solo una idea, ni siquiera la he hablado con ella, te lo juro Jorge. Tú sabes que eres mi hermano, y jamás te he mentido, ¿Por qué lo haría ahora?

—¿Seguirás siendo Adrián? ¿Lo juras?

—Te lo juro Jorge, todo será como hasta ahora.

—Y la mansión, las fiestas y el derroche de mujeres, ¿Qué? Adrián seguirá siendo el mismo, no lo creo, esta perra no te lo permitirá.

—Jorge, yo la amo, es lo más importante para mí, ¿no lo entiendes?, pero esa vida del mundo bohemio oscuro se acabó, Jorge. Elisa merece que la respete.

El representante intercambiaba miradas entre Iván y Elisa que seguía aterrorizada. Iván logró acercarse un poco más, pero aún no era suficiente. Jorge estaba bajando el arma, cuando se dio cuenta que Iván se movía y que Luis a lo lejos le gritaba para que se calmara. Esto enfureció aún más a Jorge, y volvió a apuntar a Elisa con el arma, ya con el dedo en el gatillo.

—¡Pregúntale por Katrina! ¡Él dijo que yo hago lo mismo que ella! –gritó Elisa.

—¿Qué hiciste, Jorge? ¿De qué está hablando? –preguntó entre furioso y confundido.

El representante comenzó a sudar copiosamente, se humedeció los labios, y recordando aquél día, dijo:

—Tuve que hacerlo, ella iba a acabar con tu carrera, desde que te juntaste con ella, ya tus canciones no servían, y estábamos perdiendo mucho dinero. Los inversionistas nos abandonaron. Yo iba a buscar a otros patrocinadores, pero tus canciones eran un asco, y cuando Katrina me dijo que estaba embarazada, hice lo que tuve que hacer para que se separara de ti, y volvieras a ser el Iván de siempre, el cantautor más famoso de la época. ¿No lo entiendes? Ella era un estorbo en tu carrera, y yo debía mucho dinero.

Las manos comenzaron a temblar cada vez más.

»Tuve que hacerlo. Después que te dejó, fui al hotel a hablar con ella para convencerla que se divorciara de ti, y ella se negó, dijo que arreglaría lo de ustedes…

—Y la mataste, cobarde –dijo Iván con los ojos llenos de furia.




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