Capitulo4.
El desvelo
Esa tarde me bañé temprano, estaba tan enganchada con la conversación que apenas me acuerdo si logré comer algo, pero era tan increíble, que por una vez, lograra pensar en otra cosa, o tan solo en mí. Hubo muchas risas incluidas, no entendía cómo podía existir tanta elocuencia y transmitirla en solo puntos y letras.
Lo mejor es que sacaba de mi tanta creatividad, puro sarcasmo que era deletreado igualmente y descubierto. Era el paraíso a distancia. Sin fingir orgasmos, sin temor a mostrar mi cuerpo, sin avanzadas groseras… Solo palabras…pero era más que eso, a cada caracter.
Imaginé teniendo esa conversación antes, donde nunca mis chistes eran entendidos, donde solo yo entendía mi lenguaje figurado y donde debía explicar incluso los sinónimos más simples.
Basado en eso, aquella plática, era un lujo fascinante y desconcertante, pues sabia, que detrás de aquella divertidísima mezcla de temas, había un fin.
No estaba preparada para otra casa de plástico, no creí haber mudado mi piel de cristal, ni pretendía salir de mi reino creado, por el momento.
Pero había algo detrás de la fría pantalla, que ansiaba conocerme más, que deseaba tocarme, que pedía a gritos un beso, una prueba de que yo era real, curiosamente, yo también dudaba de si no era solo una aplicación automática con inteligencia artificial.
Todo marchaba tan genial, que era imposible mejorarlo, aunque se quisiese, No había peros, solo descubrimientos, no tenía miedo, por primera vez en un buen tiempo y desnudaba mi YO con una facilidad tan increíble, que no me preocupé por evitarlo. Ya no era solo un extraño, en horas, fue un amigo, un colega, un ayudante, un fans y de esos amantes que solo ellos lo saben.
Nunca encontraba el fin o el momento idóneo para un -hasta mañana que descanses- en ocasiones cerraba los ojos y podía hasta escuchar su voz, lo que se hizo realidad con el primer audio, donde recordé el acento de mi tierra, los tonos de sus calles y los gritos de sus suburbios.
Lo increíble que al ver una foto de esa persona, no era nadie que desearía en lo absoluto, puede decirse que no era mi tipo, aunque reconocía, que muy atractivo físicamente, su gran fortaleza era su inteligencia y una autoestima creada al parecer en siglos, que me parecía irresistible.
Y no fue hasta que el Sol se interpuso en mis ojos, que me di cuenta :llevábamos más de 12h continuas hablando, y no habíamos ni de lejos probado el aburrimiento. Lo mismo pasaba a Km de distancia, pues tampoco había notado como se había apresurado el reloj para separarnos, sin aun estar juntos.