Capitulo 11
Un inicio y un fin
Mis manos temblaban, esperaba verlo en cualquier momento, no tenía nervios más que porque no sabía cuál sería su reacción, cuando le contara toda la verdad.
Quizás me creyó destruida en su ausencia y yo solo necesité algo de viento, para salir de mi nido.
Podía ahorrarme los detalles, solo saltar al final de la historia, donde no le perdonaba el haberse ido y su consiguiente olvido. Seria clásico que cargara con la culpa y ambos por su camino. Pero donde quedaba mi consciencia si actuaba en tal sentido. Eso quizás solo denotaría mi enojo, pero no el hecho de que para mí todo había terminado. Sentiría aún que estaba esa puerta accesible y se esforzaría por no perderme.¡ Me daría el doble! nada más sensible e influenciable que un hombre después de un error y que le cuesta algo.
Sería perfecto
Pero ya no era la misma. En muchos sentidos mi cambio era evidente. Mi fuerza interior ya tenía luz propia, en mi camino bifurcado una presencia, que no me sostenía, pero me agarraba fuerte, me tentaba a cada día ser una mejor versión de mí.
Cuando me tomó entre sus brazos aquel día, sentí nuevamente mi cuerpo congelado, no podía articular palabra y me aterraba el no poder pensar con claridad. Sentía sus lágrimas caer a mis espaldas, tal cual dagas en venganza y su calor apretarme con tanta necesidad.
Creí no soportar alejarme de aquella persona que me había dado todo, mientras me quitaba hasta lo más mínimo. Fue mucho tiempo bebiendo de su sangre y él de la mía. Nuestra balanza nunca estuvo a mi favor, pero encontró la manera d que no me importase. Solo me repetía una y otra vez que aquella riqueza que me ofrecía, no lograba comprar mi verdadero amor. Después de ese abrazo… todo acabó
O verdaderamente fue que todo inició. Las manos que me levantaron, también me quitaban una gran venda oscura de los ojos y una voz que no me juzgaba, me daba directrices para seguir por un camino, que solo hacia extenderse y florecer a mi paso.
Lo veía a mi lado, pero no dependía de su presencia, insistía en mantenerse así, llegué al mundo a encontrarme y lo había encontrado a él, pero no dejaba de darme la oportunidad de verme tal y como era.