004
Narradora: Dafne.
Hora: 8:10
Lugar: Laboratorio científico abandonado.
¿En qué diablos estaba pensando la hora de aceptar venir a este lugar?
La verdad es que no lo sé.
—Genial, tarde mucho arreglándome, ¿para qué?, para venir a un laboratorio científico abandonado—Daniela se cruzó de brazos mientras subía al tercer piso con Dylan—. Maravilloso, simplemente maravilloso.
Yo por mi parte ya quería irme de aquí lo más rápido posible.
—Dafne—Dylan hablo por primera vez desde que entramos al edificio—, recuérdame preguntarte a donde vamos antes de salir por favor.
—En mi defensa yo no tenía ni idea de a dónde demonios iríamos igualmente.
—Y por eso es que te lo digo—Dylan entro a una de las tres habitaciones que había en el piso—. No solo me protejo a mí, sino también te estoy protegiendo a ti.
A la hora de entrar a la habitación, un olor detestable inundo nuestras fosas nasales.
—¿Qué demonios huele tan mal? —pregunto Daniela.
—¿Me ves cara de adivina?, no verdad—trate de encender las luces de la habitación, pero, como era de esperarse, el bombillo no encendió.
Dylan estaba tan aterrado que no reaccionaba desde que entro a la habitación, de por si cuando entro en el edificio parecía un niño mudo, ahora parece una estatua.
—Genial—Daniela le quito la linterna de las manos a Dylan—, esto no podría ir mucho peor, está lloviendo a mares allá afuera, estamos en un edificio abandona dios sabe porque, Dylan no reacciona y esta habitación huele muerto.
Pues, tenía toda la razón.
Mientras Daniela iluminaba la habitación, yo le pasaba una mano al frente de la cara a Dylan para ver si reaccionaba.
—Dylan, reacciona por favor.
Como Dylan no reaccionaba decidí usar la vieja técnica que usaba en las pocas fiestas que he ido con Dylan y con Daniela, mencionar a uno de sus ex.
Es algo—que no sé porque—, hace reaccionar a Dylan automáticamente.
» Dylan, Rodrigo viene hacia nosotros—susurre mientras ponía mi mejor cara de horror.
Netflix contrátame.
Y como lo supe Dylan reacciono automáticamente, escondiéndose detrás de mí.
—Eres una mentirosa—Dylan me dio un manotazo al darse cuenta de la mentira que le había dicho.
—Pues claro que te dije esa mentira—me giré para observarlo—. Parecías una estatua, me estaba preocupando.
—Además—Daniela nos alumbro con la linterna—, ¿cómo demonios vas a creer que tu ex va a estar en un laboratorio científico abandona?, ¿estas demente?
Ella siempre tiene un buen punto.
» Pasemos a la siguiente habitación—paso por nuestro lado para llegar a la puerta de la habitación—. Aquí no hay nada interesante por lo que veo, y el olor me está mareando.
Dylan y yo nos observamos cuando Daniela salió de la habitación y camino hacia la siguiente y nos apresuramos en seguirla.
—De verdad que no entiendo para que vine—Daniela seguía molesta por haber venido—. Me pude haber quedado en la habitación viendo netflix y escuchando a Harry Styles muy tranquilamente.
Abrió la puerta de la segunda y última habitación del tercer piso, y después se adentró en ella, seguidos por Dylan y por mí.
—Bueno, al menos no huele mal—saque mi celular y alumbre con la linterna de este.
La habitación estaba compuesta por computadora viejas dañadas—claramente—, y había potes con algo de tierra, donde supuse que había plantas.
—No veo una mierda—Dylan se cruzó de brazos mientras se apoyaba en el marco de la puerta—. ¿Qué les parece, si nos vamos ya y después decimos que no encontramos nada interesante?
Revise la hora de mi celular, llevábamos media hora aquí.
—Dylan, si quieres te vas, yo voy a investigar más, a ver si encuentro algo—dije mientras salía de la habitación y subía al siguiente piso.
Había algo en este edificio que me llamaba la atención, y lo único que sé es que lo iba a encontrar.
Abrí la primera habitación y entre sin pensar.
La cosa mala, la habitación tenia nuevamente un olor pésimo, la buena, ya me estaba acostumbrando a ese olor.
Era una habitación muy peculiar, la habitación estaba dividida en dos por medio de un vidrio algo roto.
En la primera parte de la habitación había una computadora con un montón de cables que se conectaba a una vieja máquina. También había muchas sillas algo rotas, pero no había más nada.
Salí de la habitación y entre en la del medio la cual conectaba con la parte de la habitación que separaba el vidrio.
Allí había algunas manchas de sangre, algunos cables tirados en el piso y unos papeles los cuales no le di importancia.
Y así fue como entre en la última habitación, era como un cuarto de niños, era muy infantil y peculiar, tenía libros de bilogía y algunos libros para dibujar.
Y entonces allí pude ver la cosa que me llamaba la atención desde que llegué al edificio.
Había una persona sentada en una de las sillas que había frente a una ventana.
Pero a medida que me iba acercando, me di cuenta de que no era una persona, tenía un montón de cables y piezas metálicas por todo su cuerpo.
Era un robot.