Travis, el robot humano

005

—Demonios, ¿quién es esa persona? —Daniela había entrado en la habitación apoyándose en una mesa donde había una cantidad de papeles desordenados.

¿Cuánto tiempo llevaba allí? ¿Y en dónde demonios estaba Dylan?

—Creo que no es una persona—me acerqué aún más a el robot que había en la silla y lo observé más detalladamente—, es un robot al parecer.

—¿Un robot? —abrió mucho los ojos, pensé que se le iban a salir algún momento de su lugar—. Vaya, mi vida ha dado un giro tan inesperado en tan poco tiempo.

Giré la cabeza ignorando los comentarios de Daniela y me dispuse a tocar el robot con mis manos, placas de metal sobresalían y había cables de distintos colores colgando alrededor de su cabeza.

Este robot todavía podía funcionar.

—Daniela—me giré para poder observarla, quien ya había salido de su reflexión sobre su vida “anterior” y ahora se encontraba tomándole fotos a los papeles que había en la mesa—, ¿no sabes si Dylan aún tiene ese libro de robots de hace algunos años?

—Robots, libros—repetía las palabras como si estuviera buscando la información en su cabeza—. Sí, yo estaba a punto de botarlo, pero me los arrebato y los guardo en algún lugar del laboratorio, ¿por qué?

—Creo que puedo volver a poner a funcionar a este robot, solo necesito ese libro y a Dylan.

—¿Cómo que ponerlo a funcionar? ¿estás loca? —Daniela había dejado de hacer lo que estaba haciendo y me miraba como si no pudiera creer las palabras que anteriormente habían salido de mi boca.

—No Daniela, no estoy loca—me giré de nuevo hacia el robot—. ¿No te intriga saber cómo funciona? o talvez ¿cómo fue creado?

—No, no me gustaría.

Daniela siempre tan positiva.

—Pues a mí sí, y apuesto a que Dylan también.

Y como si al pronunciarlo lo hubiera manifestado Dylan entro tan poderoso, como si estuviera en una pasarela.

—¿A mí también me gustaría que? —hizo una pausa mientras nos observaba detalladamente analizando si éramos nosotras, y no un fantasma que nos había poseído.

Como siempre tan maniático.

—¿No te gustaría volver a poner a funcionar a un robot? —Dylan observó al robot y se quedó boquiabierto.

—¿Es real? —preguntó mientras observaba cada detalle del robot.

—No, Dafne descubrió que tiene poderes y te está haciendo imaginar que existe un robot en esta sala—Dylan se quedó callado observándome cautelosamente a mí y al robot.

Sí, se lo estaba creyendo.

—Dafne no haga eso mira que me emociono.

Sí, se lo creyó.

—Dylan no tengo poderes era sarcasmo.

—Bueno si es así—se cruzó de brazos—, ¿cuándo lo ponemos a funcionar?

Pero sin duda esa pregunta me hizo pensar.

Íbamos a estar tan solo dos días en Hajton, y decirle a la señora Agnes que nos habíamos escapado del hotel para ir a un laboratorio científico abandonado, Dios sabe porque, y nos habíamos encontrado a un robot en ese lugar no era una muy buena opción.

No, claro que esa no era una opción.

—La verdadera pregunta aquí es, ¿cómo demonios nos vamos a llevar a este robot a Prackzton?

—Muy buena pregunta—Dylan se cruzó de brazos—. Y solo se me ocurre una respuesta para esa pregunta.

—¿Dónde demonios está Daniel y su combo? —preguntó Daniela mientras salía a paso rápido del laboratorio.

No la culpa también hice lo mismo, quería salir lo más rápido de allí.

—No lo sé—respondí mientras sacaba mi celular para poder llamarlo.

Sí, Daniel me dio su número antes de llegar aquí.

Y al revisarlo me di cuenta de que tenía un mensaje de él.

<No encontramos nada, los estuvimos esperando por mucho tiempo, pero aun así no salían. A los tres nos daba miedo entrar nuevamente al edificio así que simplemente nos fuimos. Si no se acuerdan del camino simplemente llámenme>.

—Daniel y su combo se fue nuevamente hacia el hotel—apagué mi celular y me lo metí nuevamente en el bolsillo trasero de mi pantalón—. Espero que alguno de ustedes se acuerde del camino, porque yo en ese sentido soy pésima en la materia.

Dylan—que fue el único que se acordó del camino—, empezó su camino silenciosamente, y yo por mi parte me sentía mal por haberlos invitado sin saber siquiera haber sabido a dónde demonios no había invitado Daniel y su combo, que por cierto nos dejaron completamente sola en ese lugar.

—Chicos, nuevamente me quiero disculpar por haberlos hecho venir hasta acá —me disculpe por vigésima vez.

—Dafne—Daniela suspiro—, ya nosotros te hemos dicho miles de veces que no tenías por qué disculparte—sonrió.

—Además, igualmente hubiéramos a acompañarte, así que de alguna forma u otra hubiéramos venido contigo—estaba vez fue Dylan quien sonrió.

—Los amo chicos—Daniela se acercó para así poder abrazarnos.

El momento era perfecto, o bueno era maravillosamente perfecto, hasta que sentimos como un flash nos ilumino la cara por una milésima de segundo, Daniela y yo giramos la cabeza para observar quien nos había tomado la foto.

—Lo siento—Dylan se disculpó mientras rompía el abrazo—, tenía que capturar el momento.

Y así fue como inicio otra pelea entre Dylan y Daniela.

A veces me preguntaba si podía pasar un día sin que ellos dos discutieran, pero pensándolo bien, esa era una parte de ellos, una parte que los definía.

Antes me la pasaba pensando como podía encontrar un lugar en el cual pudiera encargar.

Y allí viendo a Daniela tratando de quitarle el celular a Dylan y Dylan interponiéndose, me di cuenta, que finalmente había encontrado mi lugar, y la verdad era, que me sentía realmente feliz por ello.

Volteé los ojos y me dispuse a caminar hacia el hotel, seguida por mis dos ruidosos amigos, olvidándome de aquel robot y de aquella aventura que habíamos vivido hace algunos minutos.



#1493 en Ciencia ficción
#9909 en Otros
#1542 en Humor

En el texto hay: locura, robots, cientificos

Editado: 26.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.