Trece: Serendipia

C A P I T U L O 2 8

Cuando se detuvieron luego de haber escapado sin rumbo fijo no hicieron más que sonreír ante la situación.

—Estás demente— comentó Phoe en referencia a Phoenix mientras aquella sonrisa no se borraba de su rostro— Pólux no debes hacer esto, no quiero que sufras las consecuencias de nuestras acciones.

—Estoy bien, Phoe. Estaré bien mientras que tú lo estés.

POV POLUX

No pensaba en nada más que no fuera en escapar con Phoe. Podía notar cuán asustada y débil estaba, sin poder hacer nada al respecto más que ceder ante la situación que le tocaba afrontar, eso es lo Phoenix me había contado.
Claro que estábamos empeorando las cosas y alargando una situación que tarde o temprano iba a ocurrir, pero no tenía lugar para reflexionar en lo que iba a pasar a futuro, solo podía pensar en que no era así como debían terminar las cosas.

Por otro lado, Phoenix lucia aliviado, como si un gran peso que llevaba consigo, haya desaparecido.

Nuevamente, continuamos nuestro camino sin tener un destino pensado, simplemente caminábamos, en silencio, aunque no era de esos silencios incómodos, era de esos silencios que se sienten bien, si es con la persona que amas, y de esta manera se sentía, bien, por primera vez me sentía bien, sin ser corrompido por aquellas personas que decían ser mi manada, mi familia.

—No sé que haremos, sin embargo, por primera vez me siento bien, aún en esta situación y no quiero regresar Phoe. No regresemos, Phoenix— pedí.

Se silenciaron unos segundos y se observaron entre sí como si tuviéramos los mismos pensamientos.

—Tampoco sé que haremos, pero puedo asegurarte que deseo lo mismo que tú— respondió Phoenix.

—Saldremos de esto Phoe, lo prometo— aseguré.

Llegamos hasta una ciudad desconocida, ni siquiera sabíamos su nombre, sin embargo, tal vez sería un buen sitio para escapar de todo aquello. Tenía un cierto color oscuro, no parecía una ciudad en la que cualquier persona quisiera habitar, pero estábamos acostumbrados a la oscuridad y no estábamos listos para salir de ello.

Sabíamos que nos buscarían hasta el cansancio, sin embargo, no podíamos rendirnos con facilidad.

Muy cerca de donde habíamos arribado, se encontraba un bosque inmenso y nos observamos entre sí.

—¿Qué dicen?— interrogó Phoenix.

—Es mejor que nada— ánimo Phoe.

—Es mejor que nada— repetí.

Muy dentro de él había una pequeña cabaña, al parecer abandonada. Entramos a la fuerza y  dentro de ella todo estaba vació, las maderas desgastadas, el piso levemente levantado y el techo no parecía muy estable, pero creíamos que era mejor que nada.

Con esfuerzo y de a poco fuimos acomodando algunas cosas, para que pudiera ser habitable, aunque sea por un tiempo.

Para la noche, ya estaba todo más o menos decente, teníamos un techo, eso era suficiente.

—¿Qué tal si hacemos una fogata?— indagó Phoe con emoción.

—Puedo con eso— respondió Phoenix con diversión.

—¿Olvidas quien soy?— replicó Phoe burlona.

Forme una pequeña sonrisa, era lo más cercano a la paz que tanto habíamos deseado.

Salimos a recorrer el bosque en busca de algunos vástagos que pudiéramos usar y luego de encontrar alguno de ellos, volvimos hacia la cabaña.

POV PHOENIX

La noche realmente era oscura a pesar de que estaba acostumbrado a ese tipo de sentimiento, nunca lo había sentido de esa manera. Tal vez el estar fuera de casa está causando un efecto negativo en mí, ya que nunca antes me había atrevido a hacerlo.

Previamente, cuidaba y calculaba cada una de mis palabras, para que ellas no pudieran afectarme a la hora de hacerle frente a mi padre. No hubiera sido capaz de enfrentarlo ni en mil años, pero desde que descubrí a Phoe y todo lo que conlleva el ser el elemento trece, todo en mí ha cambiado, desde mis pensamientos hasta mis acciones.

Nunca antes me había sentido tan vivo, nunca había tenido un motivo para ser sonreír hasta que lo encontré, aquí y ahora junto con ellos.

—¿Necesitas ayuda?— interrogué al ver que Phoe estaba teniendo dificultades con los vástagos.

—No te preocupes, puedo con esto… Observa— respondió con una sonrisa.

Ambas manos estaban ocupadas con vástagos que había recolectado, estiró ambos brazos hacia adelante y en un movimiento brusco, sacó sus manos quedando los vástagos elevados en el aire.

Con una de sus manos guio a los vástagos hacia donde se iba a realizar la fogata y sin esfuerzos acomodó cada una de ellas, apilándolas hasta que finalmente la fogata tomó su forma.
Acercó alrededor de ella un pequeño tronco para que pudiera ser usado de banco.

Pólux y yo sonreímos.

—Siempre contemplé ese poder, no me hubiera molestado tenerlo— comenté.

Los tres nos acercamos y tomamos asiento frente a la fogata.

—¿Puedo?

—Sería un honor— respondió Phoe.

Estiré una de mis manos hacia la fogata y formé una pequeña llama que deposité en el vástago que se encontraba debajo de las demás y en cuestión de segundos la llama había alcanzado a los vástagos que se encontraban sobre él.

La noche paso de ser una de las más oscuras, a ser realmente cálida en compañía de Phoe y Pólux.

Este es uno de los momentos que podría recordar por siempre.

 




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