Phoenix no había tenido pista alguna del décimo tercer elemento en su estadía por la Academia, incluso luego de haber tenido el presentimiento de que algo extraño rondaba la Academia y haber recorrido cada rincón de ella.
Sin embargo no podía darse por vencido fácilmente y continuó intentando encontrar que era lo extraño que se ocultaba en la Academia.
Otro día en la Academia aguardaba por Phoenix.
—Como actividad para el día de mañana deberán realizar un esquema con la anatomía de un mamífero a elección con las etiquetas correspondientes para el esqueleto, la musculatura, órganos y regiones del cuerpo— ordenó la profesora a cargo— Es un trabajo que deberá realizarse entre de no más de dos estudiantes que también puede ser a elección.
Phoenix y Phoe cruzaron sus miradas.
—¿Está bien si me uno a ti para realizarlo?— preguntó Phoenix.
—Eso mismo iba a preguntar— respondió Phoe con una sonrisa.
La hora de finalización de clases había llegado, pero antes de despedirse debían pactar el lugar para efectuar la actividad.
—En la residencia estarán mis compañeros y será difícil poder concentrarnos.
—También será complicado— Phoe llevó su mano a su barbilla— ¿Conoces el parque de la central?
Phoenix asintió. Era el mismo parque al que había ido con los elegidos la primera vez que se infiltraron en el complejo.
—Bien, podemos encontrarnos allí en la tarde alrededor de las cinco. ¿Qué dices?
—Allí nos veremos- respondió Phoenix y posteriormente se encaminaron hacia sus respectivos hogares.
Al llegar a la residencia Phoenix, los elegidos estaban a la espera de Phoenix.
—Zahinos ha solicitado nuestra presencia en el complejo— avisó Deo.
—¿Ha pasado algo?— indagó Phoenix con preocupación.
—No ha dicho más que eso.
Los elegidos había llegado a la entrada de la mansión Jountugi cuando una sensación extraña recorrió por sus cuerpos.
En cuestión de segundos el cielo se tornó oscuro con fuertes relámpagos como fuente de luz.
Sabían que algo no andaba bien.
—¿Qué ocurre?— preguntó Leander.
—Tenemos visitas— advirtió Myron.
Se adentraron hacia la mansión y los Jountugi también lo habían sentido.
Zahinos se encontraba frente a la entrada principal.
—Todos mantengan la calma— pidió.
La gran compuerta principal se abrió de par en par.
Los Dambaes ingresaron por allí y junto a ellos el líder de los mismos, Ackze.
—Arriesgándote a irrumpir de esta manera, aun sabiendo las consecuencias, debe ser algo realmente importante— enunció Zahinos.
Tenían claro que no era una visita amistosa, mucho menos sabiendo las reglas entre complejos.
Por otro lado, Pólux se encontraba con la mirada cabizbaja, con la respiración agitada.
—Tranquilo cuñado, solo quiero queremos conversar.
—¿Has olvidado las reglas? Porque no creas que dudaré en utilizarla.
—Si me arriesgue sabiendo eso, ¿No crees que es relevante lo que tengo para decir?
—Habla rápido— pidió impaciente.
—Tengo la leve sospecha de que estás tratando de entrometerte en mis planes.
—¿Tus planes?... ¡Enviaste a un infiltrado para conseguir información!
—¿Infiltrado? ¿Así llamas a tu misma sangre?— indagó con una ceja elevaba— Supongo que Phoenix debería aprender a no confiar en ciertos Dambaes.
—¿Dé qué hablas?— preguntó desconcertado.
—Aún habiéndole prohibido hablar con Tyr, el de todos modos lo seguía viendo...Digamos que fue de mucha ayuda— espetó en tono de burla.
"¡Me usó desde un principio, pero juro que me las pagará!". Pensó Phoenix internamente.
—¡Maldito traidor!— vociferó Phoenix en tono alto cargado de furia.
Phoenix se acercó hacia Tyr y depósito un fuerte golpe, lo que provocó un sangrado en el labio inferior.
El señor Zahinos se acercó hacia él y lo tomó para posicionarlo detrás de él.
—No vale la pena Phoenix.
—Que rápido ha crecido— se burló Ackze.
—Juro que la pagarás— amenazó Tyr.
—Créeme que tú también lo harás— respondió Phoenix.
—No es necesario todo esto, solo quiero que dejen de entrometerse, es todo— pidió Ackze con una falsa sonrisa.
—Si con eso quieres decir que prohíba su ingreso al complejo, temo que eso no será posible.
—Entonces tendré que olvidar que "somos familia" y no me haré cargo de las consecuencias que ellos puedan llegar a provocar— dijo en referencia a los elegidos Dambae.
—Lo he borrado de mi mente desde el momento en que Pax eligió el lado equivocado.
Ackze sonrió con ironía.
—¿Lo dices aún sabiendo que Clío era parte de los Dambaes?— soltó una carcajada.
—Ella fue arrebatada por Jiog al igual que Pax. Tyr lo sabe ¿Verdad?— Zahinos fijó la mirada hacia Tyr—¿Sabe que su madre pertenece originariamente a la especie Jountugi?-
Tyr hizo todo lo posible por mantener su postura, pero su ira era más fuerte que él y se retiró de la mansión.
Ackze le regaló una mirada desafiante a Zahinos antes de ordenar la retirada de los Dambaes.
Zahinos, por su parte, se encontraba inquieto.
—Padre, jamás los traicionaría— se defendió Phoenix.
—Sé que no lo harías— respondió asintiendo con la cabeza.
—Lo siento— se disculpó Phoenix.
—No es tu culpa, ya buscaremos una solución.
Los elegidos fueron enviados nuevamente a la residencia del complejo E mientras que los Jountugi intentaban encontrar una solución que no acabara con la vida de nadie.