POV PHOENIX
Abrí mis ojos con lentitud mientras podía que en cada parte de mi cuerpo que tocara, sentía un dolor intenso.
Observé a mi alrededor y nada se me hacía familiar, nos encontrábamos en lo que parecía ser un viejo almacén, pero no sabía en cuál complejo.
Al girar mi mirada hacia mi lado izquierdo, note a Phoe, quien podría afirmar que se encontraba inconsciente y junto a ella, Pólux. Intento moverme, pero el dolor se me hace difícil de controlar y mis manos estaban atadas por unas sogas que estaban amarradas a un tubo, por lo que me quedo en la misma posición que estaba.
Me indujo en los recuerdos de mi memoria que me llevaran a una respuesta del porqué nos encontramos allí. La primera palabra que se me cruza por mi mente es el nombre de Tyr y por supuesto, no me sorprendería que él tuviera algo que ver con nuestra estadía en aquel lugar.
Comienzan a parecer imágenes mezcladas sobre lo que podría haber ocurrido la noche anterior.
TYR, ENFRENTAMIENTO, EL SONIDO LEJANO DEL GRITO DE PHOE.
Esas palabras son suficientes para recordar que ayer me había enfrentado a Tyr y en consecuencia, al dejar que me golpeara para saciar su furia, logro dejarme inconsciente, pero no sabía qué había ocurrido luego con Phoe y Pólux.
Forée una pequeña llama que me ayudara a deshacerme de la soga.
Una vez que pude soltar mis manos, desate las de Phoe y Pólux e intente moverlos para lograr que reaccionen. Poco a poco fueron volviendo en si, abriendo sus ojos lentamente.
Lo primero que hicieron al abrir sus ojos, fue observar el alrededor, al igual que yo lo había hecho, y por supuesto, nada se nos hacía familiar.
—¿Dónde nos encontramos?— indagó Phoe temerosa.
Gire mi mirada hacia ella.
—No lo sé, pero estoy seguro de que tiene que ver con Tyr. ¿Qué lo que paso después de que quede inconsciente?
Phoe hizo un breve silencio y trató de recordar.
—Me enfrenté a Tyr...Y después algo o alguien me golpeó en la cabeza— se esforzó por recordar aún más—Ahí termina todo lo que recuerdo— respondió tomando su cabeza entre sus manos— ¡Pólux!— Phoe se giró rápidamente hacia él—¿Te encuentras bien?
Pólux asintió.
—Estaré bien mientras tú lo estés— Pólux dirigió su mirada hacia Phoenix— Debemos averiguar lo que ha ocurrido.
—No te preocupen, descubriremos lo que ha pasado— aseguré.
Los sonidos de unos pasos se volvían cada vez más audibles hacia nosotros y regresamos a la posición en la que estábamos como si nuestras manos estuvieran amarradas.
En ese momento, la única puerta existente en aquel lugar se abrió.
—Qué imagen más encantadora— esbozó en un gesto irónico.
—Solo dinos que quieres y déjanos en paz— exigí con molestia.
—Creo que la cuestión es bastante obvia, bueno en realidad si no fuera porque te necesito para la ceremonia no estarías aún con vida, pero lo más importante de todo esto se encuentra a tu lado, asustada como un perro perdido, aunque admito que es más valiente de lo que creí, claro, eso porque no puedo usar mi poder en su contra, sino, la situación sería otra— Tyr fijo su mirada en Pólux— No tengo nada que manifestar sobre ti, siempre fue bastante claro del lado de quien te encontrabas, por lo que ¿estoy sorprendido?, ya saben la respuesta, ¿verdad?
Dio un paso hacia nosotros.
—No se preocupen, esto terminará pronto.
Manifestado esto se marchó.
—Nada va a pasarnos, ¿me oyen?...No voy a permitirlo— aseguré.
Phoe cerró sus ojos y agachó su cabeza.
—Deja de luchar Phoenix, ya no tiene sentido...Voy a agradecerte lo que me quede vida, pero te pido por favor que no intentes nada más...¡Promételo!— elevó su tono en la última palabra.
—¡No voy a prometerte algo que no cumpliré!— respondí en su mismo tono— Así que hazte la idea de que no lo haré, se los prometí a ambos, prometí que nada nos pasaría y así será.
—¡Estamos poniendo a todos en peligro!— replicó Pólux.
—Ellos harían lo mismo Pólux y lo sabes— respondí.
—¡Claro que no!— respondió Phoe—Phoenix, no se trata de nosotros tres o incluso de los elegidos, es sobre todo lo que viene detrás de ello, nuestras familias, los complejos, lo que debemos proteger.
Sabía que dijera lo que dijera, no iba a rendirme tan fácilmente, menos aún ante un Dambae.
Solo pasaron minutos hasta que comencé a oír fuertes sonidos alrededor nuestro que provenían de afuera.
Y segundos después, nuevamente, aquella puerta volvió a abrirse.
Pero para nuestra sorpresa, esta vez no era Tyr.
La felicidad que sentí al verlo, no podía compararse.
—Vine a sacarlos de aquí— esbozó Leander con cierta agitación en su voz.
Lo envolví en un fuerte abrazo.
—Gracias Leander, sabía que no nos dejarían atrás.
Nos guio hacia la salida, pero como ya era de esperarse, no iba a ser tan fácil escapar.
—¿Ahora vives detrás de la sombra de Phoenix?... ¡Que poco te haces valer!— provocó Tyr desde la distancia.
La mirada de Leander cambio drásticamente, una mirada llena de furia que antes no había observado.
—¿Qué pasa, Tyr? ¿Se te acabaron los argumentos decentes?. Sabes, antes era más entretenido luchar contigo, pero ahora no eres más que argumentos y palabras repetidas. ¡Aburre!— replico Leander.
Tyr se acercó hacia él.
—¿Quieres entretenimiento?...Eso obtendrás.
Elevó una silla que se encontraba apilada en una esquina y la apuntó hacia Leander.
Estaba a punto de arrogársela, pero la detuve en una ráfaga de fuego, provocando la quemadura total de la silla y quedando solo cenizas esparcidas por el lugar.
—Vamos muchachos, ¿dos contra uno?, ¿no creen que es injusto?— se quejó con molestia.
—¿Tú hablas de justicia?— repliqué—Qué irónico.
—Siempre te tomaste las cosas tan a pecho...Deberías relajarte un poco primo.