Tanto Pólux como Phoe se encontraban encerrados en las mazmorras de la mansión Dambae.
—¿Cuánto tiempo nos mantendrán encerrados aquí?— interrogó Phoe con aflicción.
Tyr, quien se encontraba a un lado de las celdas recostado, no hizo más que ignorar la pregunta de Phoe.
—Sabes que puedo escapar en cuestión de segundos y llevarme a Pólux conmigo.
Tyr giró levemente la cabeza.
—Y tú sabes que si lo haces, el padre de Phoenix pasara a la otra vida, tras sufrir una muerte realmente dolorosa.
Phoe dio un fuerte golpe a los barrotes de la celda.
—¡Eres realmente miserable, Tyr! Haciendo todo lo que tu padre ordena porque estás tan necesitado de su atención que alejaste a la única persona que realmente se preocupaba por ti. Siento pena por ti.
—¡Tú no sabes nada, así que no tienes derecho de decir algo al respecto!
—Sabes que es verdad, Tyr— esta vez se oyó la voz de Pólux—Gracias a ti es que pude formar una amistad con él. Este no eres tú, desde aquel día, has elegido ser un Tyr que es capaz de dañar hasta la persona que más le importa.
—¡No quiero oírlos!
—¡Vamos, Tyr! ¿Quién estaba contigo cuando tu padre no hacía más que recordarte lo inútil que eras según él?— le recordó Pólux.
—¡Detente! ¡He dicho que no quiero oírlos!
Para cuando pudo notarlo, todos los objetos en la habitación se encontraban elevados y cayeron abruptamente mientras Tyr respiraba aceleradamente.
Lentamente, su respiración comenzó a normalizarse y les regaló una mirada de furia antes de retirarse de las mazmorras.
—Debo saber donde se encuentra Phoenix— comentó Phoe.
—Es peligroso, Phoe.
—¿Realmente serian capaces de asesinar a su propia familia?
—No tentemos a la suerte.
—Podría haber ido en búsqueda del cofre y eso podría ponerlo en peligro.
—¿De qué hablas, Phoe?
—El cofre está resguardado en el palacio terrestre de Kkoch y está custodiado por una criatura que puede acabar con él en cuestión de segundos.
—En ese caso, debería haber sido advertido.
—No lo entiendes, Pólux. Debo encontrarlo.
—Entonces iré contigo.
Phoe se acercó hacia los barrotes que la separaban de Pólux.
—No lo permitiré, no te pondré en peligro. Debes quedarte aquí para asegurar la integridad del señor Pride.
—Irán en su búsqueda, una vez que se enteren de que no estás aquí, déjame ir contigo Phoe, por favor.
—Lo siento, Pólux. Estarás más seguro estando aquí.
Phoe se transportó hacia el exterior de la celda y se acercó hacia la cerradura de la celda que encerraba a Pólux.
Con un ligero movimiento de su mano derecha logro abrir la misma.
—¡Phoe, por favor!— insistió Pólux una vez más.
—Estaré bien y volveré por ti, lo prometo.
Pero antes de que Pólux pudiera enunciar respuesta alguna, Phoe se había desvanecido.
Pólux se encontraba afligido. No había nada que pudiera hacer más que esperar al regreso de Phoe.
Observó la entrada de la celda que se encontraba entreabierta y sabía que escapar no era la mejor opción, pero no podía simplemente quedarse esperando.
Caminó unos pasos hacia la entrada de la celda y avanzó hacia la salida de las mazmorras.
Con gran cautela logró llegar hacia la habitación contigua y al acercarse hacia la siguiente salida, tomo la perilla de la puerta y la entendió lentamente para observar a ambos lados fuera de la habitación para asegurarse de que no hubiera nadie alrededor y una vez comprobado, Pólux salió de la habitación haciendo el menor sonido posible.
Avanzó unos pasos hasta llegar a un pasillo que conectaba el gran comedor con el segundo piso, por lo que con temor a ser descubierto caminó hasta las escaleras que lo llevarían al piso siguiente y es que sabía que no podía arriesgarse saliendo por la puerta principal. Un recuerdo se le vino a la mente cuando estaba a punto de salir de las mazmorras, el recuerdo de un túnel escondido que utilizaba Tyr para escaparse y encontrarse con Phoenix sin ser visto por su padre.
Tyr le había contado sobre él cuando aún lo consideraba como un amigo, al menos eso pensaba Pólux.
Una vez que consiguió llegar al segundo piso, estaba a punto de correr hacia el almacenamiento, en dónde se encontraba el túnel, pero se detuvo abruptamente en cuánto observó que uno de los residentes Dambae se encontraba deambulando por allí, por lo que debía pensar rápidamente en otro plan o estaría perdido.
Se dirigió hacia el lado contrario, caminando con rapidez hasta los lavabos, pero fue tomado por alguien antes de poder llegar.
Una mano había cubierto su boca y lo arrastró hacia un dormitorio cercano.
—Te soltaré, pero debes guardar silencio, ¿de acuerdo?
Pero Pólux se encontraba demasiado desconcertado para emanar alguna respuesta.
—No te soltaré a menos que lo hagas— advirtió aquella voz familiar.
Esta vez, Pólux asintió con temor y observó como las manos dejaban su boca al descubierto.
Rápidamente, se giró hacia la voz y quedó aún más atónito al observar de quien se trataba.
—¿Por qué no me has delatado?— interrogó Pólux con la respiración acelerada.
—No hagas preguntas, solo te ayudaré a salir de aquí.
—¿Por qué lo harías?
—Solamente hazlo antes de que me arrepienta y sea Pride quién pague por esto.
—No serían capaz de hacerlo, ¿verdad?. No podrían asesinar a su propia familia.
—No depende de mí— se limitó a responder.
—Haces esto porque aún sigue allí dentro quien solías ser, porque alguien más te convirtió en alguien que no eres y lo sabes.
Pero quién se encontraba frente a Pólux no emitía expresión alguna.
—Voy a distraerlo y sabes como continuar desde el almacén.
—¡Ven conmigo!
—¿Te has vuelto loco?— replicó con molestia.
—Ayúdanos a salvar a Phoenix, Phoe dijo que podría estar en peligro.