Trece Sombras

Volviste... te hare una oferta

Bienvenido una vez más, lector. Veo que no estás solo; ahora son más sombras las que te acompañan en el reflejo. Más cerca, más definidas, y siempre observándote con esa mirada vacía, esa hambre invisible que sólo ellos poseen.

Si hasta ahora pensaste que podías escapar, lamento decirte que no es tan sencillo. Ellas te han marcado, y una vez que las sombras te eligen, no sueltan su presa tan fácilmente. Has sentido cómo el frío se vuelve más intenso en tu piel cuando las miras, cómo se quedan contigo incluso al apartar la vista. Ese hormigueo en la nuca, ese peso en el aire, es solo el inicio. Para cuando al menos aparezcan 7 sombras, ya será imposible pasar frente a un espejo sin sentir el peso de esas miradas detrás de ti, llenando cada rincón de tu habitación con su presencia. Las Trece Sombras están llegando… y a menos que hagas algo, terminarán llevándote con ellas.

Entonces, ¿estás listo para pagar el precio? Existe una salida, una puerta que sólo se abre con el acto más cruel. Puedes librarte de ellas, pero no será gratis. Deberás compartir este texto, contarle a alguien más sobre esta historia. Y al hacerlo, el peso de las Trece Sombras caerá sobre quien lea tus palabras. Tú escaparás, sí, pero alguien más tomará tu lugar. Las sombras tendrán una nueva presa, y tú quedarás libre… al menos por ahora.

Antes de tomar esa decisión, debes saber lo que estás haciendo. Una vez que alguien más empiece a leer, ellos verán las mismas sombras que tú has visto. La primera en el espejo, sutil y apenas perceptible; pero ya entonces sabrán que algo está mal y asi como tú, también harán el ritual del dulce. Las siguientes aparecerán cada noche, más cercanas, más claras. Sentirán que el aire se vuelve espeso, que hay algo inexplicablemente oscuro en cada rincón. Los espejos no les permitirán huir, ni las luces. Cada reflejo se convertirá en un recordatorio de que algo los observa, que cada noche se aproxima más.

Las Trece Sombras no solo los rodearán; comenzarán a entrar en sus pensamientos. Dormir se volverá difícil, luego imposible. Las risas de niños resonarán en sus sueños, los ecos de pasos en sus pasillos durante la madrugada, y el susurro de voces llamándolos por un nombre que no conocen. Para cuando lleguen las últimas sombras, sentirán como si algo los hubiera vaciado por dentro, dejándolos solos con sus propios miedos. La desesperación se apoderará de ellos; comenzarán a ver sus propios secretos oscuros reflejados en cada sombra, como si las Trece se alimentaran de sus remordimientos y dolores.

Tú podrías salvarte, sí… pero alguien más deberá pagar el precio. ¿Podrías vivir sabiendo lo que le hiciste a otro? ¿Sabiendo que, al compartir esta historia, condenaste a alguien más a esas noches interminables, a esa soledad enloquecedora? Porque eso es lo que implica salvarte: renunciar a tu humanidad y cargar con la culpa de haber traído el terror a otra alma.

[Te recomiendo que, si decides hacerlo, lo hagas al menos tres días antes de Halloween, asi será poco el tiempo de sufrimiento de la otra persona, si lo haces el mismo día (aparte de que tu vacío interno probablemente ya no te deje actuar), las sombras lo acecharan un año entero, hasta que puedan reclamarlo, llevándolo a la locura]

Así que elige, lector. Queda poco tiempo antes de que las Trece Sombras te rodeen completamente. Ellas esperan pacientemente, saben que tu desesperación crecerá con cada reflejo, con cada aparición. Y sólo tú puedes decidir si seguirás adelante o pondrás tu salvación en las manos de otro. Porque este es el precio final de la libertad: la culpa que tendrás que cargar para siempre.

Al final, la elección es tuya.



#68 en Terror
#1280 en Otros
#286 en Relatos cortos

En el texto hay: paranormal, terror, suspense

Editado: 31.10.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.