Treinta días para recuperarte I Sinrin

Quinto día: Iluminas mi vida más que el Sol.

—Así que Yuna no estará contigo.

—No, tiene que viajar a Japón. —Yerin resopló al contárselo a Eunbi, no quería a Yuna lejos ella dejándola sola a su merced.

—Y eso, ¿Por qué?

—Fue contratada por una nueva editorial.

—Totalmente inesperado.

—Sí.

— ¿Cuándo se va?

—Mañana en la tarde.

— ¿Qué haces ahora?

—Dormir. Trato de dormir.

—Compré un nuevo departamento. ¿Quieres verlo? Te puedo recoger.

—No creo que sea la mejor idea.

—Ya estoy saliendo.

—Supuse que no te negarías, te espero.

Yerin estaba sola en aquella fría noche. Yuna al recibir la noticia a la primera persona que avisó fue a Yerin, ambas tuvieron un festejo tanto sexual como romántico. Habló con sus padres, los cuales le pidieron que los visiten antes de su despedida.

Yuna confirmó contenta, iba a ir con Yerin pero la Universidad y su último parcial la obligaron a quedarse.

Se sentía mal por ir a un lugar donde solo estarían ambas solas. Atrapadas entre cuatro paredes. Quizás no era la mejor idea del mundo, pero ahí estaba.

Subiendo al coche de Sinb, el cual acababa de llegar.

— ¿Cuándo lo compraste?

—Ayer en la noche. Se notaba la tensión sexual que Sojung y Eunha se traían y yo estando ahí solo hacía mala presencia.

— ¿Y tú antiguo departamento?

—Lo vendí. Me traía malos recuerdos.

Yerin se sintió mal por aquel comentario. En ese lugar ambas pasaron muchas cosas, su primera vez, su primera cena romántica, sus noches de veladas y las tantas veces que tonteaban juntas, ese lugar tenía historia. Eunbi pareció notar el rostro entristecido de Yerin.

—No lo digo en ese sentido, linda. Los últimos meses solo era una prisión de cigarros y alcohol. —Trató de arreglarlo.

—No, no te preocupes. A veces es bueno desechar algunos recuerdos.

—Para crear nuevos. —Eunbi completó la oración estacionando en la cochera del edificio.

Ambas subieron por el ascensor hasta llegar al nuevo departamento de Eunbi.

Este tenía un color pastel, algo nuevo en Eunbi ya que era más de colores grisáceos. Las paredes rosa pastel con algunos cuadros puestos adornaban perfectamente el lugar. Una mesita de estar había entre cuatro sillones en forma de cuadrado dentro de lo que parecía la sala de estar.

—Impresionante, ¿Cierto?

— ¿Rosa?

—Rosa pastel para tu información.

—Esta no es la Sinb que conozco. ¿Qué hiciste con ella?

—El rosa pastel es un color relajante que influye en los sentimientos haciéndolos amables, suaves y profundos, provocando de esta forma a sentir cariño, amor y protección. En pocas palabras, el rosa es hermoso.

—Estas cambiando.

—Sí, cambiando para bien.

—Me alegra que sea así. —Yerin abrazo a Sinb, inesperadamente, ya que no pensaba hacerlo; pero era como si su cuerpo haya tomado vida propia y lo hiciera.

Acción que Eunbi no negó en corresponder.

Se separaron lentamente, mirándose la una a la otra. Una feroz batalla de miradas se había iniciado y no lo sabían. ¡Zeus! Ni la tercera Guerra Mundial alcanzaba la octava parte de esto.

—Iré a hacer palomitas, ¿Si?

—Bien. Veré que películas podemos ver. —Yerin agradeció internamente aquella sugerencia. Era como si se hubieran estado comunicando solo con los ojos. Lo malo es que no sabía que rayos se decían.

Vieron juntas una película animada. Sugerencia de Yerin, ya que ella amaba las películas animadas.

Terminada la sesión de películas se tomaron un tiempo para respirar saliendo al balcón del apartamento de Eunbi.

—Tienes bonita vista.

—Escogí este lugar solo por eso. Me visualice saliendo cada mañana a mirar la salida del sol y lo amé.

— ¿Te siguen gustando esas materias de Astronomía?

—Sí. Es un hobbie muy bonito.

— ¿Tienes tu telescopio?

— ¿Quieres ver las estrellas? ¡Espera! ¿Qué día es hoy?

—Eh, veinticinco de Enero.

— ¡Rápido! Ayúdame a sacar el telescopio. No puedo creer que lo olvidé.

Ambas fueron a un cuarto donde había varias cajas. Yerin supuso que era el inmobiliario que aún faltaba ordenar.

Vio a Sinb sacando una caja de lo que suponía serían las partes del telescopio. Afirmó su teoría viendo los parantes de este a un lado.

Demoraron diez minutos armando el telescopio y ubicándolo en el mejor lugar para observar lo que Eunbi le había dicho sería la osa menor.

—Ahí, observa. —Sinb se alejó del oráculo del telescopio dejando que Yerin se acerque a ver. — ¿Lo ves?

—Sí, es bonito. —Yerin realmente no sabía lo que estaba viendo, solo asintió a lo que Sinb le decía. No quería quedar mal ante ella como muchas veces lo había hecho.

—Es mi constelación favorita.

— ¿Por qué?

—Por qué de niña lo veía junto a Mamá.

—Eunbi... —Yerin sabía la razón de la tristeza en los ojos de Eunbi. Jessica, su madre, había fallecido cuando esta tenía tan solo doce años.

El dolor de perder a tu Madre no se compara a nada. Es el peor sentimiento que se puede vivir. Yerin estuvo para ella siempre -Ya que sus padres eran amigos- ver a Sinb tan vulnerable a sus doce años fue quizás la peor escena de ella.

Sabía que en algún momento tendría que fallecer su Mamá, ¿Pero a los doce años? Lo peor de todo es que Jessica falleció embarazada. No solo perdió una madre, perdió un hermano. Aquel acontecimiento fue el detonante para que cambiara drásticamente para mal.

Su actitud tan fría con todos era la principal de todas, pero con Yerin nunca cambió. Cosa que agradeció enormemente.

Gracias a la muerte de Jessica, el Padre de Eunbi aparte de caer en una fuerte Depresión tuvo la motivación de salir adelante junto a Eunbi creando su propia empresa de muebles y adquiriendo bienes de otras empresas.

—No importa. ¿Te quieres quedar a dormir?



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En el texto hay: kpop, gfriend, sinrin

Editado: 02.01.2021

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