Treinta días para recuperarte I Sinrin

Decimotercer día: Labios sabor melocotón.

Sus labios se movían junto al compás del aire. Era un grandioso día y el clima las favorecía en todos los sentidos posibles. Sinb se inclinó más haciendo que Yerin choque con la cesta de comida que se encontraba detrás suyo.

─Sinb. ─Yerin la detuvo antes que cayera. ─Eso es todo por ahora. ─Reclamó.

─No, yo quiero más de ti. ─Sinb se acercó de nuevo siendo evitada por Yerin.

─Tengo hambre. ¿Pastelillos o pastel?

─A ti en mi cama, por favor.

─ ¡Sinb! ─Yerin golpeó el hombro de Sinb por lo mencionado, la había puesto roja.

─Dame un pastelillo.

─Está bien. ─Yerin le dio uno de los pastelillos de chocolate que habían en la cesta.

Ese día Sinb la levantó muy temprano para salir a un picnic juntas. ¿Por qué un picnic? No lo sabía; pero Eunbi leyó en una revista que era algo romántico en una pareja y lo hizo.

─ ¿Verdad o reto? ─Preguntó Sinb después de haber terminado los bocadillos de la cesta, recostándose en el pasto.

─Verdad.

─ ¿Alguna vez has pensado en tener hijos?

─Muchas veces, quisiera tener dos hijos. Una mujer y un varón, lo típico.

─ ¿Compartirías esa dicha conmigo?

─Sí, sería lindo verte junto a mi barriga toda inflada.

Eunbi se acercó al vientre de Yerin y alzó un poco de su blusa.

─Hola, futuro bebé mío. Soy tu otra madre, los tres seremos una familia muy feliz.

─No pienso quedar embarazada ahora.

─Tampoco pienso tener hijos en este momento, solo que sería lindo tener una familia contigo.

─ ¿Estarías hablándole a mi pancita todos los días?

─Nuestro hijo estaría cansado de escucharme.

─No solo él, sería muy agobiante tenerte abajo en mi pancita siempre.

─ ¿Entonces puedo ir más abajo?

─ ¡Sinb! ─Otro golpe en el hombro de Sinb se hizo presente, Eunbi solo rió por la conducta de Yerin, igualmente, sabían que tarde o temprano iban a tener intimidad.

─Es mi turno. ¿Verdad o reto?

─Verdad.

─ ¿Qué estarías dispuesta a hacer por mí?

─Alejaría a cualquier persona que interfiriera en nuestro amor. ─Respondió Sinb dándole un beso en la mejilla a Yerin.

─Eres tan ocurrente.

─Todo por mi bella Yerin.

Yerin sonrió por el cumplido. Si supiera los secretos ocultos detrás de aquellas palabras, quizás en estos momentos no estaría con una sonrisa en el rostro.

Ambas se dispusieron a ordenar las cosas para retirarse del lugar. Sinb encendió el auto abriéndole la puerta de copiloto a Yerin, que estaba con la cesta de comida a su lado.

─Tengo muchas ganas de llegar y seguir durmiendo. ─Dijo Yerin ingresando al auto.

─Lo dudo. Tenemos otras actividades.

─ ¿Qué? Sinb, quiero descansar.

─Puedes descansar en la noche.

─No es lo mismo, me despertaste muy temprano.

─Mi excusa es que lo disfrutaste.

─ ¿Qué haremos?

─Quiero presentarte a Anggko.

─ ¿Anggko?

─Hace unos días adopte un perrito. Lo encontré en la calle yendo a la empresa de mi padre.

─ ¿Lo dejaste con alguien?

─Lo deje en la veterinaria, estaba enfermo y me dijeron que cuando su salud mejore me lo iban a entregar. ¿Te parece si vamos por algunos accesorios antes de ir por Anggko?

─Suena bien. ¿Hembra o macho?

─Es una adorable princesa blanca.

─Entonces le compraré un vestido.

Sinb sonrió ante el gesto de Yerin. Se dirigieron a una tienda de mascotas y entraron comprando lo más lindo que les parecía a simple vista.

─ ¿Qué te parece esto? ─Sinb señalo un chaleco rosa.

─Está hermoso. ¿Debería comprarle esto? ─Yerin señaló un vestido jean.

─Es muy lindo, sé que a Anggko le encantará.

─Entonces nos lo llevamos.

Ambas mujeres se acercaron a la caja registradora a pagar lo que eligieron. Al terminar se dirigieron al auto en dirección de la veterinaria.

Sinb se llevó la sorpresa de su vida al ver a la perrita llegar a sus pies en cuanto había ingresado al lugar.

─Mejoró demasiado rápido. Es una perrita saludable.

─ ¿Dónde firmo para llevármela?

─Acompáñeme.

Sinb salió del cuarto donde estaban todas las mascotas junto con la encargada, dejando a Yerin con los demás perritos. Se enamoró de Anggko en cuanto la vio.

─Hacen una bonita pareja. ─Un joven entró con dos cachorros al lugar.

─ ¡Zeus, Sehun! ¿Es qué acaso te paran despidiendo de todos tus trabajos?

─Bueno, yo renuncié al último porque no me pagaban bien. Ahora trabajo en un acuario, pero hoy es mi día libre y decidí visitar a mi prima. Esta es su veterinaria.

─Oh, lo siento. No debí decirte esas cosas entonces.

─No importa, la mayoría de mis conocidos me lo dicen a menudo. Estoy acostumbrado. ¿Ya regresaron? ─Sehun se refería a Sinb.

─No, aún no. Estamos en eso.

─ ¿Pensaste en lo que te dije?

─Sí, estoy pensando en darle esa oportunidad a Sinb.

─ ¿Estás segura?

─Más que segura. Realmente me gusta mucho Sinb.

─Eso es bueno. Espero que realmente seas feliz a su lado, se ve que es una buena chica.

─Lo es, tengo que irme con Anggko. Espero verte algún día otra vez. ─Yerin salió del lugar con la perrita en manos. Sinb ya estaba terminando de firmar los papeles para adoptar oficialmente a Anggko.

─Que seas muy feliz, Anggko. ─Dijo la dueña del lugar despidiéndose de Anggko.

Sinb y Yerin se dirigieron a su hogar con la mascota feliz.

Entraron entre risas y alegres al ver a la mascota saltar entre los sillones.

─Será nuestra hija. ─Sinb le dio un beso a Yerin alegre.

─Yo seré la mamá buena y tú la mamá mala.

─Mejor dame un beso. ─Sinb atrajo a Yerin a sus brazos besándola. ─Me encanta besarte.

─ ¿Por qué?

─Tienes labios sabor melocotón. Una delicia.

─ ¡Sinb! ─Yerin propinó otro golpe a Sinb riendo.



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En el texto hay: kpop, gfriend, sinrin

Editado: 02.01.2021

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