Treinta y Un Días: Juego de Novios

Día 2: Reunión De Amigos

—Te amo, Cam— Musitó.

—Yo también, Griff. — Respondí. Y luego sentí como sus labios se juntaban con los míos en una danza sincronizada.

Desperté.

¡Soñé que besaba a Harry, y no en la mejilla! Ese juego definitivamente si me estaba afectando. Ademas ese sueño no tenía fundamento ninguno, parecía una escena mal hecha de novela romántica adolescente, ugh. Ese hubiera sido mi primer beso, por cierto. Ya era el día número dos en el que teníamos que ser novios. Recordé el día de ayer y no había sido tan malo, de hecho gracias a él pude recobrar los colores de mi vida, y la depresión que azotaba mi mente estaba yéndose. Tenia más ganas de hacer las cosas, y el desaliento se había ido. Tal vez solo necesitaba una tarde con amigos para salir de ello completamente. Agradecí que no durará mucho esa situación en mi mente.

Hoy no había preparado nada con Harry, tal vez hoy no saldríamos. Era sábado y tampoco había mucho que hacer, me relaje y no pensé en nada. Tome en libro y me dispuse a leer. Al cabo de una hora leyendo, la canción Alone de Nico Collins sonó en mi celular, era el tono de llamada. Cuando vi el identificador me percaté de que era Simón. Era raro en él llamarme tan de repente. Contesté.

—Hola, Simón. ¿Que pasa? —Saludé.

—Cam, Erica quiere que tu, Harry, ella y yo, salgamos hoy en la tarde a una cita doble. Ella me dijo que te dijera y que tu le avisaras a Harry. —Informó — Por cierto, hacen linda pareja, jajajaja.

—¡¿Que?! Yo, esto, no malinterpretes la situación es que... yo...

—Tranquilo, Cam. Jajajaja, Erica me explicó todo. Espero que ese jueguito les resulte divertido. —Se burló.

¡Arg! Erica Adams se las vería conmigo. Al menos le comento a Simón lo del juego, para que no confundiera la situación.

—No te preocupes Simón Phillips de Adams. Lo disfrutaré como yo quiera. Dile a Erica que Harry y yo aceptamos. —Contraataque, no dejaría que se burlaran de mi tan fácilmente. —Nos vemos.

—Touche, amigo. Le diré que aceptaste, bye.

Una vez colgó, procedí a marcar el número de Harry. Timbre... Timbre... contestó.

—Hola, lindo. ¿Que sucede? —Saludó Harry desde el otro lado de la línea. Y yo como siempre al escuchar la palabra "lindo", me ruboricé. Siempre llevando la delantera, Griff, pero no por mucho.

—Buenos días, bebé. ¿Quería saber si a mi novio le gustaría salir en un cita doble conmigo? —Dije sarcástico. ¿Habría sido demasiado? Me gustaría saber si Harry se ruborizó o no. —Erica y Simón nos invitaron.

—¿Eh? Ah, sí, claro. Iré con gusto, cariño. —Aceptó. —¿Ellos saben lo de el...?

—¿El?

—Olvídalo. — Casi cae. Iba a hablar sobre el juego cuando se supone que debemos fingir. Creo que para ambos, desde ayer, se volvió una regla tácita el hecho de que fingir incluía no nombrar que nuestra relación era ficticia.

—Esta bien, bebé. — Cada vez que le decía algo cursi, como esos apodos, aunque fueran para el juego, mi lengua se hacía pesada, como yunque. Ugh, las cursilerías de estos 31 días me iban a matar de diabetes por tanta dulzura.

—Bien, nos vemos en la tarde, ¿en donde es, por cierto? Y la hora exacta?

—Oh, se me olvido preguntarle a Simón. Tranqui, le escribiré a Erica para preguntarle acerca de la hora y lugar, luego te escribo. — ¿Saben? Si mi amiga iba a usar a su novio de mensajero, al menos que lo hiciera dar el mensaje completo, pudo haberme dicho lugar y hora antes de colgar. Aunque es cierto que no pensé en ello, debí preguntarle.

—Esta bien, cariño. Nos vemos. —Se despidió

—Adiós. —Colgué. Y no me digan "¡que seco!" o "¡que frio!". Para mi ya es mucho tener que decirle lindo, bebé, y otras cursilerías. Además, solo hasta antier era mi mejor amigo, y ahora de repente era mi novio. Después de terminar la conversación entre al chat de mi queridisima mejor amiga. Nótese el sarcasmo en la palabra "queridísima".

La dulce y simpática de Erica se estaba tardando en responder y aparecía en linea todo el tiempo. Y al fin respondió:

Al despedirme de ella entre al chat de Harry para actualizarlo en la información. Por cierto, no se fijen en como lo tengo agendado, lo cambie al comenzar el juego, ayer. El también lo hizo, solo que más cursi.

Y por fin pude seguir leyendo mi libro.

El tiempo corrió normalmente hasta la 1:30 p.m que es el momento en que empiezo a prepararme para esa cita doble. Y pensar que esa mañana había deseado un salida con amigos para superar por completo la supuesta depresión que azotaba mi mente. El caso es que ahora estaba arrepentido de haberlo deseado, pude haberme quedado en casa leyendo, y pensando en como remontar el juego con mi novio ficticio. Como dicen: "cuidado con lo que deseas porque podría hacerce realidad." Tomé una ducha, me cepille los dientes, y demás actos triviales para salir. Me vestí "bien" pero no tan "bien" como ayer. Ya había perdido los nervios del primer día, y esta vez estaba junto a Erica y Simón, así que esperaba que eso disminuyera en gran medida las posibilidades de una interacción exclusiva con Harry. Si me dieran a elegir entre ver y aguantar las cursilerías de mis amigos, o yo realizarlas con mi "novio" claramente, en este caso, elegiría la primera. Volviendo al tema, cuando en mi reloj dieron las 2:25 p.m. salí de mi hogar y emprendí camino hacia el de Harry.




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