Tres Cartas A Santa Que Piden Lo Mismo

CAPITULO CINCO - UNA VERDADERA NAVIDAD

CAPITULO CINCO

UNA VERDADERA NAVIDAD

Veinticuatro de diciembre de 2025,

−Ya realizaste las evaluaciones de desempeño de cargo−, preguntó Santiago al gerente de Recursos Humanos, la verdadera evaluación, no la que le ordeno realizar Roberto −, le dijo seriamente,

−si señor, ya se la traigo −, media hora después regresó con cinco carpetas debidamente documentadas,

−estos fueron los cinco candidatos propuestos para una acenso con sus respectivas bonificaciones y nombramientos−, le extendió las cinco carpetas y dos correspondian, una a mi madre y la otra a mi esposa, las otras tres a trabajadores en los departamentos de mi madre y mi mujer,

−Porque no se hicieron los ajustes pertinentes−, preguntó molesto,

−fue por orden de presidencia señor, no pudimos, hacer nada al respecto, pero al menos no fueron despedidas como pretendía él, por la posible demanda que llevaría a la prensa a divulgar el tipo de acoso dentro de la empresa,

−esta bien, hágalas efectivo de inmediato, pase los memorándum que tenga que enviar y que sean enviados a cada uno de los interesados para hacerse efectivos desde el día veinticinco de diciembre a partir de la hora cero, que se les haga llegar a su correo y que pasen el día hábil siguiente a firmar sus nuevos contratos ya firmados por mi −, dijo con firmeza

Ahora viene lo difícil, decirles la verdad a mi madre y a mi mujer, ya tenia en sus manos, los informes médicos emitidos por el hospital al momento de recibirme en emergencia inconsciente desde donde me trasladaron sin darle información a nadie en el hospital, demás del informe medico de mi perdida de memoria total, razón por la cual estuve prácticamente incomunicado hasta el día de mi cumpleaños número veintinueve donde no les quedó mas remedio que entregarme la herencia de mi padre por orden de un juez, por eso tengo que darle gracias a Andrés, el desde las sombras se mantuvo alerta evitando que pasaran cosas peores, hasta que llegué aquí y la carta de mi hija a santa, fue el detonante para que regresara mi memoria, ahora voy a recuperar a mi familia y luego seguiré haciendo limpieza de las ratas en mis empresas, y pienso eliminarlas a todas, me deben siete años de sufrimiento de mis mujeres, siete cumpleaños de mi hija sin los regalos de papá.

Parado frente a la puerta del apartamento de mi familia, levanté la mano con miedo, ya deberían estar cenando apenas son las nueve de la noche, toqué el timbre, que repico en un din don con una melodía navideña conocida,

−abre abuela es Santa, es Santa −, oí la voz de mi pequeña que emocionada pedía que abrieran la puerta rápido,

−debe traer a mi papi de vuelta−, decía Emilia con firmeza, mis ojos estaban cristalizados, mi hija era seguramente un aprendiz de hada o elfo de Santa, era mágica.

La puerta se abrió y ahí paradas estaban mi tres mujeres viendo a quien traía la noche buena a usar el lugar que todos los años tenían reservado en la mesa para la cena de navidad, pero ahora tenían que colocar dos platos, Santa había enviado a un hijo, a un padre y a un esposo perdido, junto a un asistente leal para cenar en familia.

−hola mamá, hola amor, hola hija, ya por fin pude volver−, dijo Santiago con la voz quebrada por el llanto, mientras abrazaba a su familia en un abrazo cuádruple, sintiéndose inmensamente feliz.

−La abuela y mama tenían razón, Santa sabe lo que quiere mi corazón −, dice feliz Emilia,

−apareció mi papi, el esposo de mi mami y el hijo de mi abuela, ahora si estoy muy feliz, gracias santa, ese es un verdadero regalo de Navidad

Feliz navidad a todos




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