Por fin el día de la fiesta había llegado en todo este tiempo Clarice no respondió a ninguna de las llamadas de Roch ni le abrió la puerta las veces que éste intentó ir a verla.
En la oficina no se concentraba mucho es más le pedía a Bea su asistente que se encargará de los proyectos comenzados.
Ese día no asistiría a la oficina y ya se lo había dicho con anterioridad a su asistente, pasaría en el salón de belleza todo el día pues quería dejar con la boca abierta a Ray.
Vestiría un vestido de diseño de alta costura, muy costoso y exclusivo.
Era la primera vez en su vida que quería se el centro de atención y no quería que nadie más la opacara.
Llegó a la fiesta con un vestido azul marino que la hacía parecer como una sirena recién salida del mar, un peinado muy coqueto y delicado .
Y si logró su propósito, robo muchas miradas y dejó boquiabiertos a muchos invitados pero su principal objetivo no se encontraba.
Fue llevada a su mesa y desde que se sentó no dejó de buscar con la mirada a Ray, aunque sabía que él era el principal anfitrión no quería dejar que comenzará el evento sin verla primero.
Tanta era su concentración por Ray que en ningún momento se percató que era observada por Roch desde la mesa contigua al momento de que ella apareció.
Roch quedó tan anonadado de ver a Clarice vestida tan bella que sintió que se enamoró más de ella.
Pero de repente esto cambió al ver que un hombre se acercó por la espalda de Clarice y le susurraba algo al oído.
-¡Me alegra mucho que estés aquí!-escuchó Clarice que una voz masculina que tanto añoraba le hablo desde su espalda, quedando congelada sin poder decir nada.
-¡Siento mucho lo que sucedió!- prosiguió la voz.
-Ray yo ..-alcanzó a decir Clarice.
-¡Puedes esperarme en el otro salón púrpura luego de que yo dé mi discurso de bienvenida!
¡Si quieres por supuesto!-
-¡Sí, allí te esperaré!-contestó Clarice.
-¡Gracias!- luego de decir esto Ray se dirigió a la
plataforma.
Pronto inició el evento y luego de un par de presentaciones artísticas Ray dió el banderillazo de salida con un emotivo discurso de bienvenida.
Finalizado el discurso, Clarice se levantó pronto de su asiento y se dirigió hacia donde le había indicado Ray.
Roch que no había despegado los ojos de Clarice al ver que ella se levantó hizo lo mismo y se fue tras ella siendo discreto.
Se mantuvo a una distancia prudencial de ella, pues quería estar cerca de ella por si ocurría algún incidente.
Clarice entró al salón púrpura llamado así por estar decorado con muchas cortinas de ese color. Ray ya se encontraba ahí, vistos por Roch desde una puerta entreabierta donde podía escuchar perfectamente.
-¡Pensé que te habías arrepentido!-dijo Ray.
-¡Había muchas mesas llenas y se me dificultó
el paso!-contestó Clarice.
-¡Quiero pedirte mil disculpas o mejor dicho
dicho un millón de disculpas¡-
-¡Ya no pienses en eso Ray, por favor!-
Terminando de decir está oración se apresuró a abrazar a Ray y besarlo.
Aunque no fue rechazada por él sintió en ese beso una frialdad tan enorme que le hizo alejarse rápidamente.
-¡No debiste haber hecho eso!-
-¡Si lo siento, no sé que me pasó!-
-¡Olvídalo!-dijo Ray tan a secas que Clarice se sintió herida, agachando el rostro para que él no notará sus ojos llorosos.
-¡El motivo para este encuentro era principalmente pedirte perdón por todo el daño que te cause!-
-¡Ya te dije que no debes preocuparte por eso!-
-¡Agradezco no sabes cuánto eso!
¡Y también pedirte si me podrías regresar el anillo diamante escarlata que te di en nuestro compromiso es que quiero pedirle matrimonio a Jante con ese anillo!-
Clarice no lo podía creer, él solo se acercó a ella para pedirle ese anillo que pertenecía a Margee la bisabuela de Ray.
Y ella creyendo en todo este tiempo que su intención era regresar con ella.
Pero al escuchar las palabras de Ray tenía una cosa muy clara, nunca más existiría: Ray y Clarice.
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Editado: 27.06.2022