Tres desamores una ciudad

VUELTAS QUE DA LA VIDA

–¿Conociste a alguien?
¿Es de Bosques del Mar?
¿O de esta ciudad?–

–¡Si!
Conocí a alguien, pero quiero tomarme mi tiempo.
Sé muy bien que mi madre al saber que tu sentías algo por mí, en su desesperación te rogó que te convirtieras en mi pareja, y te estoy agradecido por haber aceptado pero no quiere que Azul y yo, seamos una carga para ti, eres joven y debes buscar a alguien igual de joven, que posea la misma energía que tú posees–

–¡Me has sorprendido!
Yo, aquí pidiéndote formalizar lo nuestro y tú dejándome–

–Debes recordar que no teníamos una relación amorosa, si no una amistad exclusiva–

–Si lo sé, no lo he olvidado pero ¿Qué sucederá con Azul?
Hace unos días me pidió llamarme mamá pero yo le dije que tenía que consultarlo contigo.–

–Si, me lo suponía pero hablaré con ella.–

–No me agrada todo esto pero lo aceptaré, lo que importa aquí es que estés bien–

–¡Gracias por comprender este situación, es díficil de explicar pero sé que es lo más conveniente–

–¿Donde iré?–

–¡Puedes quedarte aún, no es necesario que te vayas!–

–¿Estás seguro? –

–¡Claro que sí!
Aún estoy en arreglos para la nueva compañía no tendré mucho tiempo para Azul y tú podrías ayudarme en eso–

–¡Será un placer!–

Anyel sentía que su vida ya estaba en orden nuevamente pero para Clarice esto aún no comenzaba.

Llevaba días buscando el momento para decirte a Anyel que saldría de la ciudad, no sabía si decirle el verdadero motivo de su ausencia o inventar otra excusa.

Las llegadas de Anyel a su apartamento eran más constantes y eso hacía que Clarice se sintiera más nerviosa.

–¿Irás de viaje?–preguntó Anyel

–¡Si!
Debo ir a Ciudad Real , por unos asuntos importantes–

–¿Del trabajo?–

–Mmmm.... si, sin de mucha importancia–

–¿Sabes?
En Ciudad Real, se encuentra el lago Riverdi, un lugar hermoso con unos de los mejores restaurantes flotantes.
Aprovechando tu estadía allí, deberíamos tener una cena allí–

–¡No!
¡Sólo será una estadía corta!
¡No tendré mucho tiempo para...!–Clarice no terminó de hablar, sentía que se escuchaba sospechosa.

–Entiendo
Quieres estar lo más pronto de regreso para estar conmigo –

–¡Así es!
No quiero pasar mucho tiempo separada de ti–

Por fin Clarice puedo anunciar su salida sin mayor incoveniente.
Pasaron los días y al fin el día llegó.

Se puso en contacto con Ray y quedaron en encontrarse en una cafetería de la ciudad.

Al llegar observó que Ray ya se encontraba allí.

–¡Hola Ray!–

–¡Hola Clarice!
¿Todo bien?
Pregunto ya que nuestro último encuentro no fue muy grato–

–¡Si, por supuesto!
¡No te preocupes por nada!–

–¡Me alegro!
¡Dime!–

–¡Te entregaré tu anillo!–

–¿En serio Clarice?
¡Dijiste que lo había tirado a la basura!–

–¡Mentí!
¡Me sentí destrozada, cuándo supe que no llegaste por mí, ese día a la ciudad de Vista Linda!–

–Clarice, yo...–

–¡No, no te sientas mal por eso!
Fue un error de mi parte, pero ya lo superé–

–¡Disculpa todo el daño que te he hecho!
Me he comportado como un imbécil contigo y...–

–¡No sigas!
¡No es necesario!
¡Sólo venía a entregarte el anillo, desearte que sea feliz y despedirme de tí, de una forma amistosa como algo bonito en mi vida que no duró para siempre como yo quería pero que eso no le quita lo bonito–

–¡Eres increíble Clarice!
Espero que también encuentres a la persona que te quiera de esa misma forma que tú sabrás querer–

–Creo que ya la encontré–respondio Clarice un poco tímida y sonrojada.

–¡Me alegra escuchar esto Clarice!
Mereces un buen chico.
Se nota que te quiere muchísimo, por la forma en que me golpeó ese día–

–¡Oh no, no es él!
¡Él es solo un... amigo!–

–¡Yo creí que era él de quién hablabas!–

–¡No, no, es otro chico que me ha conquistado!–

–¡No importa!
Tú debes ser feliz lo mereces–

–Te lo agradezco mucho Ray.
Y tú también espero que seas feliz con ella–

–¡Lo soy!
Me casaré dentro de unos días–

–¡No recibí mi invitación–

–Clarice yo...–

–¡Sólo bromeaba!
¡Espero que sean muy felices!
Ya debo irme, tengo a alguien que me espera –

–¿Sabes?
¡Deberíamos despedirnos de una manera especial!–

–¿Especial?
¿Cómo?–

–Siempre me gustaron tus besos... así que concédeme está petición: despídete Clarice Herr con un beso–




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