Los eglones pertenecían a las llanuras del este de Miriar; el reino de Garumeial era su lugar y su territorio; llegaba hasta el norte donde limitaba con algunas islas de Kurf Fal Toi y Valualf; al sur limitaba con el reino de Diamanion y el oeste con el Río Golpús separándolos de los reinos de Caleal, Olmaial. Su capital Karnataros se encontraba en la costa este; era una ciudad de gran influencia económica por el puerto; como todos los grandes puertos del mundo: Japkus en la provincia de Sarnak en Kurlanf; Narga en la provincia de Holmus en Gerolinjia; Moxzes en la provincia de Armax en Terri; Ordoñas en la provincia de Kualaf, Ibergon en la provincia de Emin y Nahamf en la provincia de Josinan todas de Carñaf; en cuanto a Korf Fal Toi acaparaba todos los puertos del oeste en Miriar; quedando Pergonia en la provincia de Daflus en Diamanion y Rojanara en la provincia de Azorre en Imrrel.
A diferencia de Korunda que los Kerolms fueron creados por los primeros padres querras y las fratrias de los faralas respetando su origen en el Vielminiami; con los lileinalas no ocurrió nada tan distinto, los Kerolms nalas se originaron a partir del nombre de los primeros llegados, sólo conformaron una veintena de cada nala, pero también se hicieron llamar como la segunda, tercera y hasta cuarta generación, por eso en Miriar cada reino nala podía tener cientos de Kerolms, aunque siempre los aliqueniles conservaron el de los primeros; siendo Efcas el de la familia del Ialu.
Garumeial tenía once provincias, seis con salida al océano Mimbar y cinco con salida al Río Golpús. En la provincia de Garduil se encontraba Karnataros, les seguían hacía el sur las provincias de Mialmel, Alcarfas, Kartal, Cuirun, Enojar, Telcapir y Inalka; y las cinco que miraban al Río Golpús eran, Mialmel, Dorimas, Molquir y Altofares. El puerto de Karnataros era una joya del mundo, sus muelles estaban en una gran isla flotante en forma de medialuna que se unía al continente por puentes de piedras de maravillo ingeniería. Los grandes barcos atracaban en los muelles de la costanera, ingresaban por un extremo de la medialuna y el desembarco se realizaba en tres lugares de diferentes niveles de aduanas, siendo el último el de los aliqueniles con extrema seguridad. En cuanto a los barcos y barquillos que atracaban en la medialuna, pasaban por la aduana kerrielfes y seguían el recorrido por los comercios cercano ingresando después a la ciudad por los puentes.
La capital era una megalópolis comercial que reunía a un conglomerado de nalas oriundos de diferentes partes de Miriar y pueblos de Korunda con tiendas comerciales. La ciudad capital era enorme y una de las más antiguas, desde allí arribaban los antiguos lileimunil leiyas para visitar a los nalas primitivos. La cuidad tenía edificaciones encima de otra y la arquitectura variaba a medida que se alejaba del puerto; los edificios eran macizos y rectangulares con ventanas moderadas sin balcones, se podía ver un valle de edificios y el tránsito era aún más denso que el de Ordoñas. Los comercios de todo tipo sucedían, una mezcla de criaturas poblaba las calles y en su tono diferente acentos del mismo vauial. Sus calles eran lisas de cemento que facilitaba el transporte de unas bestias llamadas eptis —eran bestias omnívoras parecidos a los perros, con orejas largas y olfato desarrollado, su tamaño era superior al de los volbis y casquis de Korunda. Por el pacto de Aromels Yims, no se permitía sacar a los animales que el Mimilti regalo al suelo y el cielo del continente, por eso en Eorgilmunil no existía el contrabando de especies o la reinserción a un habitad desconocido, a menos, como sucedía con los pájaros que migren por orden divina. Para los nalas estaba mal visto codiciar animales para uso o exhibición.
Cuando llegaron en el primer muelle y desembarcaron los animales y productivo comerciales; Melmones acompaño a Silma para que se despidiera de los cuidadores y artesanos, fue muy emotivo, los jardines artificiales era uno de los lugares que la joven visito a menudo. En el segundo desembarco bajaron los soarfres que también pasaron a despedirse de la Alimalial, ella estaba algo cansada, pero se cargó de ánimo. Ya para el tercer muelle Ialu En Niel fue a despedir a Ialu Parnil y sus súbitos, también a Melmones y Silma; él seguiría el viaje con el Kaf Gul Kif hasta su reino Kurf Fal Toi. Vieron al transmimbar alejarse para salir de la medialuna, aunque ya los estaban esperando el kerrien eglon.
—Bueno, debemos partir para ver a Ialu Tona —dijo el anciano.
—¿Silma querés algo de Karnataros? —preguntó Melmones mientras subían al buglep.
—Me gustaría tener ropa nueva —no pudo evitar ponerse algo ruborizada.
—Tienes razón nos va a falta ropa —la respuesta de su eminke le preocupó, porque no era tacaña, ni vanidosa, el tema pasaba porque sí había que comprar cosas era para su uso.
—Animo Silma —susurro Parnil conociendo el asunto de Melmones, ya que de alguna manera él también estaba involucrado.
Cómo en todas las grandes ciudades portuarias una gran avenida finalizaba en ella y en su recorrido las calles les cruzaban perpendiculares llevando a los rincones de la cuidad. Los buglepess del reino dionte se dirigieron en caravana con escolta de kerrieres eglones hasta el castillo Galms; en el trayecto por la ciudad acostumbrada a ver buglep lujosos, por primera vez se detuvieron para ver de qué se trataba todo ese desfile del que al parecer nadie sabía nada. Las grandes vidrierías de las tiendas y las veredas repletas de criaturas, era equiparables a la bulliciosa Malkenka. Silma descubrió que Miriar era otro lugar, uno muy antiguo con edificaciones añejas y hermosas, allí vio a los nalas y cada tanto a un farala o querra, estaba fascinada con la ciudad que se perdía en un horizonte urbano.
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un amor verdadero e incondicional, un mundo distinto al nuestro, un amor que duele
Editado: 23.07.2021