Tres Lunas, Primera Luna

Siete, Maldición.

Me había ido y nadie me había detenido...

Nadie vino tras de mí.

Esta mañana desperté en lo que sería mi nuevo hogar, no me importaba si tenía el permiso del futuro alfa o de su padre, este sería mi hogar. Aquí nadie podría juzgar a nadie, sería un lugar seguro para las personas como yo. Aquí no habrá alfas, reyes, dioses, nadie a quien rendirle pleitesía, no existirá la distinción de la sangre. Este sería mi legado, sería un lugar que perduraría.

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Veinte años después.

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Los ciclones de devastación y muerte jamás me abandonaron, y sabía que nunca lo harían. Gorigori decretó que este territorio estaba libre de su jurisdicción, nadie de la manada puede interferir en lo que ocurra aquí. Me da gusto decir que hace diez años se vinculó con Henrriette. Cosa que enfureció a Isidro el hermano de ella, les he advertido, pero dijo que si él no se entromete en mi vida, ¿Por qué yo si en la suya?

De modo que solo puedo prevenir a quien quiera saber... Cross, él finalmente unió su vida a otra mujer... Ellos se vincularon hace seis años... No voy a fingir que eso no me dolió, pero es parte de la vida y lo haría tarde o temprano.

-Mi señora, La busca el señor Maxwell.

Levante la mirada de los documentos que "estaba leyendo" noble gustaba que me molestaran, pero Aarón era un viejo amigo.

-Tráelo hasta aquí Miriam.

-Como ordene mi señora.

Era raro que un Lobo me llamara mi señora, pero ella llego a mí por protección de los humanos, alguien de su familia la dejo a merced de ellos. Fue violada, torturada y experimentada. La cojera que tiene, fue producto de la experimentación, le rompieron la pierna en pedazos y no se la acomodado, sus huesos se curaron de manera errónea. Hijos de puta, pagaron el precio.

-Hola, mi señora Verona.
-Aarón, mi viejo amigo.
-Sabes que esa palabra no me gusta, debería ser mi amado.
-Por todos los cielos Aarón, ¡Podrías ser mi hijo!
-En todas las familias existe gustos distintos.
-¡Aarón!

No es que él fuera un pervertido, simplemente le gustaba ponerme en aprietos.

-¿Cómo has estado?
-Bien, haciendo predicciones para quien le interesa escuchar. ¿Tu?
-Triste y solo si ti...

De pronto comencé a sentir el característico entumecimiento en la parte posterior de mi cabeza, esto me indicaba el inicio de una visión, pero la opresión en mi pecho me indicaba que esta era una de esas, de las que no olvidas nunca.

En la imagen se muestra una casa, una casa pequeña, para el tipo de construcciones de la manada. Parecía tener tiempo pero a su vez se veía nueva, algo me indico que era una visión del futuro, a mis espaldas estaba un lago. Allí se encontraba una cuna con tres niños idénticos, dos estaban en la orilla del lago y los que me parecieron los más grandes en el agua.

Sus edades eran entre los tres y seis años, podía sentir el calor de los rayos del sol. Lo que me hizo tener escalofríos, esto iba a ser malo e iba a verlo todo. Un ruido proveniente de la casa me hizo voltear, para encontrarme a un enorme Lobo, este hombre tenía la mirada fija en mí, pero en sus ojos podía verse la locura

-¡A Lugar seguro!-. Les grite a los niños sintiendo terror por ellos, pero no fue mi voz.

De pronto escuche el grito de una de las niñas, al girarme me percaté de que había más de doce Lobos a nuestro alrededor. Podría derribar a dos quizá tres de ellos antes de que llegaran a los niños, pero sin duda los alcanzarían y nada podría hacer.

Tal como pensé, me lance sobre el que estaba cerca de los trillizos, mientras un pensamiento de ayuda pasó por mi mente, pero no espere respuesta. Iba a atacar al tercer Lobo cuando unas garras cayeron sobre mí, no supe entre cuantos me sometieron. Pero me encontraba boca abajo, me obligaron a ver lo que le harían a los niños.

Pelee, mordí, rasguñe, maldije, amenace... pero ellos no se detuvieron. Frente a mi, destrozaron y desgarraron cada cuerpo de cada uno de los niños, se bañaron en su sangre, rieron con cada grito de dolor que dieron ellos. Obligaron a sus hermanos a desgarrar el cuerpo de los pequeños con sus propios colmillos, los... dejaron huesos y piel descartados en el suelo como vil basura.

A las niñas... no estaban satisfechos con su festín de sangre, tenían que continuar. Usaron el cuerpo de cada niña como quisieron, las hicieron sangrar, las desgarraron por dentro y por fuera. Las violaron una y mil veces antes de que sufrieran el mismo destino que sus hermanos, todo el tiempo me obligaron a ver.

Me obligaron a presenciar la muerte de cada uno de esos siete pequeños, que hace unas horas habían estado felices nadando, sonriendo, que no le habían causado daño a nadie. Lobos, esos malditos destruyeron a los de su misma especie.

-Quiero verle la cara.

Ordeno la voz de una mujer, no sé cuántas horas después. Como si fuera un costal me giró y me azotaron en el suelo. No vi el caso de pelear, ya se habían llevado todo lo que tenía.

El cabello rojo de una mujer entro en mi campo de visión, pero no podía ver su rostro con claridad.

-Así que tu usurpaste mi lugar, yo debí ser quien estuviera a la cabeza de la casa Rufsky y de la casa Herrter. Pero no, esa maldita tenía que elegir a una perra sin casta, esto le enseñara a no romper un trato.

-Mis hijos... ellos no te hicieron nada... ellos...

-Todos los de tu estirpe se extinguirán, para cuando Cross vuelva, nadie va a quedar... Es toda suya, hagan con ella lo que les plazca. Después de hoy, ambas casas serán mías.

La oscuridad me golpeo, sacándome de ese trance. No podía respirar, las lágrimas no dejaban de brotar. Trataba de hablar pero mi voz no salía, no sabía cuándo pasaría eso, pero tenía que advertirle Cross.



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En el texto hay: lobos, amor, magia

Editado: 24.02.2021

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