Tres Lunas, Primera Luna

Diez, Casería.

Después de hacerme del control de mi casa, decidí regresar con mi Alfa. Ellos habían peleado y ganado la batalla contra Záitsev padre, el primero de nosotros. Quien se supone fue bendecido por los mismísimos dioses, pero que en su largo camino se corrompió. Se decía que un poderoso enemigo lo pudo haber hechizado, para que la Sed de sangre despertara en él.

Por fin después de mucho tiempo, decidieron que arian la ceremonia de vinculación. Algo que la manada entera celebraría, a excepción de una sola persona, Isidro Taftian. Nadie le tomo importancia a sus amenazas, a su ira por esa unión. Todos pensamos que era un hermano celoso, y lo dejamos pasar.

Un par de años después, nuestra señora Henrriette fue secuestrada de forma muy extraña, prácticamente desapareció del interior de su casa. La búsqueda por nuestra señora la encabezaron los Slavik. Pero el rastro de ella, desaparecía con tan solo atravesar el portal de la casa donde ellos Vivian.

Incluso revisamos los edificios del Vulpak, que el mismo Isidro Taftian había fundado, para educar y entrenar a las nuevas generaciones de Lobos. Nada, ella simplemente no aparecía. Una noche, mientras estaba montando guardia en casa de mi alfa. Un ruido nos puso en alerta a todos, algo había sido dejado fuera de la casa como un regalo.

Era un bulto, un cuerpo.

Todos pensamos exactamente lo mismo, alguien la había encontrado y solo pudo traerla de regreso, Grigori la tomo en brazos y la llevo a su recamara. Allí notamos que no estaba muerta, ella estaba inconsciente y embarazada, muy embarazada. Además de que había otra cosa que emanaba de ella, algo que nos partió el corazón.

Ella olía igual que un Venántium y apostaría mi vida a que cuando recobrara la conciencia luciría como uno, pero el problema era ese bulto en su vientre.

-Nadie debe saber que ella está aquí, seguiremos enviando brigadas... cuando sea el alumbramiento... si la criatura nace muerta lo mataremos junto a su madre.

La sentencia de Grigori nos dejó helados a todos, pero sabíamos que una vez que caíamos en manos de esos bastardos no había marcha atrás. Las condiciones en las que se encontraba Henrriette eran abrumadoras, la habían torturado de maneras atroces y todas ellas dejaron marca en su cuerpo.

Para el día del alumbramiento Grigori envió a los Slavik a otro lado, se deshizo de su equipo tan rápido que no le dio tiempo a nadie de sospechar. Solo me quede yo, de modo que éramos solo nosotros dos los que recibiríamos a ese bebe. Mi escala de terror se había roto en el momento en que dijo, "te necesito para hacerme cargo de ellos"

No podía decir que no, aun cuando era lo que más deseaba.

Esa noche Henrriette despertó, pero no era un Venántium. Su mirada seguía siendo la de un Lobo, pero su aroma contaba otra historia. En cuanto vio a Grigori comenzó a agradecerle a los dioses y a llorar. Suplicaba que dejáramos que su hijo naciera, que no lograron arrancar su espíritu de su cuerpo.

Grigori lloro con ella, la noche del alumbramiento, recibimos a un varón. Fue entonces que Isidro Taftian trajo a sus alborotadores, acusando a Grigori de proteger un Cazador. Mi Alfa me pidió alejarme y ocultar lo que sabía, días después todos supimos de su muerte, su huella telepática había desaparecido.

Si al menos hubiéramos sabido de lo que estaba por... Verona, mi Verona.

No había pensado en ella en muchos siglos, pero no la había olvidado. Era su obligación como oráculo y sobre todo como amiga de Grigori el habernos advertido, pero no lo hizo... ¿Por qué?

Decidí hacer lo que hace mucho tiempo tenía que, viaje a la isla de la Oscura. Tenía que preguntarle directamente sobre esto, saber por qué su silencio. Me tomo varios días llegar, pues no sabia como tener esa conversación, ni siquiera estaba seguro de que me recibiría.

Por fin una mañana de invierno llegué por fin a la isla, no tuve que presentarme, parecía que todos allí me conocían. Solo me indicaron donde se encontraba ella, y me dijeron que hacia oras estaba allí y temían por su salud. Camine con el corazón en la mano durante un rato, no sentía frio, no sentía el ardiente sol. Sin embargo, estaba aterrado de volverla a ver después de tantos siglos. La noche que me entere que mi madre la había maldecido robándole su inmortalidad, y que los dioses habían aceptado, estaba tan furiosos que quería matarlos a todos.

Ahora, siglos después les agradecía que lo hubieran hecho. Ella estaba con vida, y podría verla una vez más. Pero cuando la tuve frente a mí, solo una frase salió de mi garganta.

-Tu pudiste evitar su muerte.

¿Qué? Después de no verla en siglos y solo eso sale de mi boca... Mierda. Pero nunca espere enterarme de que la razón por que no había dicho nada era Isidro Taftian. Justo ahora que la gente de Grigori estaba disgregada y no había consejo al cual acudir, además de que Isidro era nuestra nueva alfa.

Después de su explicación de interrogarle, de culparla, solo pude abrazarla. Ambos teníamos culpas, ambos habíamos destrozado nuestro futuro. Pero ahora estábamos juntos, me quedaría a su lado. Quizá no podríamos recuperar lo que alguna vez nos unió, pero sin duda estaría a su lado.

El tiempo como es en la vida comenzó a transcurrir, días, semanas, meses, años y siglos. El Hijo de Grigori había crecido, y finalmente había escogido una compañera. La vida en la isla era buena, de vez en cuando salía de casería. Pero no eran animales los que cazaba, eran Lobos, algunos enfermos con la Sed de sangre otros que debían ser sometidos a la justicia de la raza.

Nos hicimos viejos, para esas épocas ya éramos antiguos. De cuatro a seis mil años, ya éramos un grupo de antiguos que luchaba por mantener a su raza a flote, después de que Isidro la destrozara. Tratando de corregir las cosas desde las sombras, ser el soporte del Alfa.

Gracias a los dioses Isidro había muerto, Henrriette había vuelto por él y nos libro de ese bastardo. Bastardo. Esa tarde regresaba a la isla, después de reunirme con algunos viejos Lobos. Habíamos discutido en si apoyar o no al nuevo Alfa, las cosas parecían estar mejorando bajo su mandato.



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En el texto hay: lobos, amor, magia

Editado: 24.02.2021

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