Capitulo 12: Gustos y Disgustos

Michelle

Mi grito de sorpresa hizo que todos me miraran y solo me toco disimular.

Pero las había logrado ver, esas mujeres me miraron con desprecio.

—hijos… acompáñenme adentro.

Todas nos movimos dejando un espacio para que ellos pasaran, tuve que volver a bajar la mirada cuando mis ojos dieron con los de Kyle, parecía que quería encerrarme de nuevo en las mazmorras así que solo di un disimulado paso ocultándome detrás de Nath.

—calma Michelle…

Susurro otra de las chicas a mi lado y cuando estuvimos solas solo nos miramos las unas a las otras ¿ahora que pasara?

Todas nos asignaron diferentes lugares y Nath solo dijo que, por mi falta de experiencia, desempolvara los libros de la biblioteca, se lo agradecí, de todas maneras, era el lugar más tranquilo para estar.

Estas mujeres recién llegadas solo me estaban agobiando, Melt otra de las chicas de Kyle era de nariz sensible como yo y ella también se mantuvo lejos.

El olor de los perfumes de esas mujeres era exageradamente escandaloso.

Escuche la puerta de la biblioteca ser abierta, yo estaba en el segundo piso de esta, pero al ser un lugar tan silencioso ese sonido me hizo mover las orejas.

Esperaba no escuchar mi nombre pues según las advertencias de Nath, si no me decían “sirvienta” era mejor no hablar.

—Michelle.

La voz de Cane me hizo bajarme rápido de donde estaba y mirarlo buscarme entre los estantes.

—estoy aquí!

Moví mi pañuelo como una bandera de paz, mala idea, comencé a toser por el polvo.

—oh. ¿estás bien? Blake te está buscando, ve a tu habitación.

Asentí quitándome el delantal y el intento de tela que cubría mis orejas.

Cuando baje las escaleras Cane tenía una sonrisa burlona, yo había estado despotricando sobre Blake y justo ahora mi cola estaba en mi contra, se movía como si le estuviera dando un ataque, estaba delatando mi emoción.

Estaba dando casi saltos por los pasillos solitarios, Blake quería verme, parecía una niña pequeña la cual—

Detuve mis pensamientos felices cuando recordé.

Solía saltar así cuando era pequeña y papá me levantaba algún castigo que mamá imponía, luego a la final resultaba que nos castigaban a los dos.

Pero papá y mamá ya no estaban…

No era culpa de Blake.

¿de quién era la culpa entonces?

Los Gray.

Ellos tienen la culpa de todo lo que me paso a mí y al resto de las chicas que viven aquí.

Subiendo las escaleras ahora deprimida no esperaba encontrarme a una de esas mujeres.

—tu… —su desprecio era más palpable que su cara la cual no se le podía ver más el disgusto. —¿Qué crees que estás haciendo aquí? Monstro.

Iba a replicarle, pero Nath y el resto me advirtió que era mejor no ofender a ninguna de esas plásticas, bueno no sabía si podía usar ese término, tal vez estiradas, era mejor.

—lo siento, pero Blake—

—es AMO Blake para ti, a mi prometido no debes tutearlo.

La mirada de desagrado y el hecho de que mirara mis orejas y mi cola como si tuviera alguna enfermedad contagiosa no era algo que me agradara.

—ok…ok… el amo Blake me mando a llamar.

Intente subir de nuevo y ella me tomo con fuerza enterrándome las uñas sobre la ropa.

—como te atreves, usa las escaleras para las sirvientas como tú.