Tres Principes, un Castillo

Capitulo 14: Mundos Paralelos

Michelle

 

 

Desperté sobresaltada, el sol apenas y estaba saliendo.

 

¿dormí todo el día?

 

Mire a mi lado en la cama y estaba vacía, lleve las manos a mi cabello para intentar acomodar mi nido de pájaros y ¡oh! ¡Sorpresa!

 

—mis orejas!

Levante las sabanas descubriendo mi cuerpo desnudo, la sangre subió a mi rostro al recordar lo de ¿ayer?

 

Blake tomo mi primera vez, no sé cómo sentirme al respecto ¿si quería esto? incluso ahora estoy más confundida.

 

Ayer podía escucharlo en mi mente ¿Qué paso después?

 

No tengo ni la menor idea… pero fue como estar flotando en una nube y no tenía ganas de volver a la tierra.

 

Como pude me levanté de la cama y caí de lleno al piso justo a tiempo de que la puerta fuera abierta.

 

—Michelle?

Esa voz…

 

—Nath… Nath ayúdame…

Levante la mano y escuche sus pasos, aunque casi imperceptibles ella me miro asombrada apresurándose en levantarme, entre ambas volví a las sabanas, no sabía cómo podía haber tantas cobijas en la cama, pero parecía un nido, era lo único agradable, además del olor que desprendía Blake.

 

—no deberías levantarte, aun estas débil.

Me regaño acomodando las sabanas en mi cuerpo.

 

—pero… quiero… quiero ir al baño.

Me queje haciendo un puchero, ella solo me dio palmaditas en mi cabeza, suspire aliviada, ya esas orejas no estaban.

 

—¿yo… seguiré así? ¿no volverá a salirme esa cola?

Toque inconscientemente la parte de atrás donde estaba la base de mi cola, solo podía tocar mi espalda sin nada.

 

Nath coloco un mechón de cabello rebelde detrás de mi oreja.

 

—¿Cómo te sientes?

 

—Cómo si me hubiera aplastado un tren.

Ambas nos reímos y yo me detuve al ver a dos chicas entrar a la habitación con un carrito lleno de comida.

 

—tampoco puedo sentir mis rodillas.

Me queje, claro que las sentía, pero creo que ellas no querían llevar todo mi peso.

 

—es normal, todas pasamos por algo similar, mejor ten, como algo y luego veremos si tus rodillas las puedes sentir.

Me agrada más Nath que Jenny, creo que tal vez por sus amos

 

—ahora somos uno… amo

Ese recuerdo llego a mi mente mientras tomaba una tasa con un té caliente, no sabía a nada en realidad, pero lo sentía calentarme el cuerpo, esa voz la he escuchado antes.

 

—Nath

La chica quien desenredaba mi cabello mientras las otras se sentaban en la cama quitando el exceso de sabanas no parecían prestarnos atención.

 

—es normal que… haya escuchado en mi mente a Blake?

Las tres miradas cayeron en mí.

 

—si… cuando se está en medio del ritual… puedes escuchar la voz de la otra persona o sus pensamientos.

De mi boca cayo un pedazo de pan, esto debe ser una broma ¿ahora él puede escuchar mis pensamientos?

 

—oye Michelle, no te alarmes, él no puede escucharte ahora mismo, ayer tal vez, pero ahora mismo necesitas practicar eso.

Dijo la pelinegra mirando mi rostro el cual estaba de seguro diciéndole lo jodida que me sentía.

 

—es bueno saberlo

Solté un suspiro tomando de nuevo el pan de las sabanas y metiéndolo a mi boca, las chicas me miraron atónitas.

 

—tenemos que enseñarte a controlar, igual el amo Blake tampoco lo sabe controlar, pero es un príncipe, seguro que aprende rápido.

Las chicas alagaban demasiado a Blake ¿Cuántas de ellas lo desearon en secreto?

 

Y si no fuera por este enlace mental ¿él se hubiera acostado con ellas?

 

Sacudí mi cabeza mientras las chicas me ayudaban a ducharme, una vez en la tina para “relajar” mis músculos Nath y yo nos volvimos a quedar solas.

 




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