Michelle
Una gran barrera color purpura rodeaba la entrada, si era como de Blake hace un rato, nos íbamos a matar, pero en vez de eso él iba con la misma velocidad o incluso más.
—¡para! ¡Para! ¡Nos vas a matar!
Le doy golpesitos en el brazo intentando que se detuviera, mi corazón acelerado viendo cada vez más cerca esa barrera; Blake parece una piedra ni siquiera me ve, cerré mis ojos cuando el auto freno y al abrirlos estamos frente a la casa. Cane corrió a abrirnos la puerta.
No entiendo ¿Por qué ellos parecen que tiene su memoria intacta? ¿me engañaron?
—Michelle, Michelle. Vamos adentro
Melt bajo tomándome del brazo junto a Cane intente mirar atrás y llamar a Blake pero esos ojos verde que una vez vinos en el bosque se volvieron grandes, si antes daba miedo ahora estoy con las rodillas temblando; abajo estaban la figura de tres hombres intentando contener a esa cosa con una barrera que ahora lucia blanca.
—Dios mío, Michelle, que bueno que estés bien.
La señora Roseline me abrazo mirándome con ojos rosa preocupados.
¿rosa?
Debajo de esa gran melena negra sobre salían unas pequeñas y puntiagudas orejas, sus rasgos ahora son más delicados.
—¿Qué… ¿qué está pasando?
La mujer miro a su alrededor y en las escaleras están no solo Jenn, sino que también las otras chicas del castillo, todas tenían un extraño collar en sus cuellos el cual brillaba ligeramente.
—tu… tú tienes el poder para desaparecer a ese espíritu.
La mire como si ya no solo esas orejas y ojos fueran extraños ¿Cómo que yo puedo?
—¿de que habla? ¿ese es el zorro?
Intente mirar de nuevo hacia afuera y allí estaban las figuras que apenas puedo distinguir, padre y ambos hijos, Kyl y Blake.
Mi memoria que antes me mareaba ahora cobraba sentido.
Ese zorro es temperamental, no solo me guio hasta el bosque, sino que también nos encerró en esta extraña realidad por años ¿esta demente? ¿Porque no resucito a mis padres en vez de crear todo esto? Apreté con fuerza los puños.
—sé que no es fácil… —mire a la mujer un segundo sintiendo mis ojos picar. —este no es el mundo real, nos encerró en una especie de mundo alterno, sacado de tu mente, de tus recuerdos.
Su voz intenta ser calmada para que comprenda la situación en la que estamos.
—pero… ¿Por qué?
Volví mi vista afuera y ellos están retrocediendo.
—el zorro que te hablaba, era inofensivo pues estaba del otro lado de la barrera una vez llegaste aquí comenzó a guiarte para que entraras.
—ya luego todo fue obra de Aldrick, ahora este zorro quiere cumplir con su castigo, quiere castigarnos por mezclarnos.
Y allí es donde me cayó el veinte, todo parecía tener sentido.
La pelea, mi tío; el solo quería que regresara a mi mundo, a la actualidad, yo no desee esto, lo hizo él.
Las puertas se abrieron de golpe y tres hombres cayeron hasta nuestros pies, Melt y Jenn socorrieron a Kyle, mientras Roseline tomaba a su esposo y yo me acerca a Blake, pensé que estaban muertos pero los tres se quejaron al unísono.
Ayude a Blake a levantarse, aunque es en vano, pesa toneladas.
—La puerta… deben … salir de aquí.
Dijo el hombre apenas colocándose de pie.
En la puerta solo se veía como el humo verde se acumulaba en la entrada sin pasar; la tierra bajo nuestros pies, pisadas lentas como un depredador cazando a su presa.
Mi corazón late demasiado rápido, las chicas comienzan a retroceder en grupo, pero por algún motivo mis piernas se quedan allí, inmóviles.
Aquellos ojos que antes se veían inmensos ahora regresan a ser pequeños, volviéndose casi de estatura humano, los pasos igual de pequeños resonando desde afuera.
—hay una salida.
Escuche la voz de Cane a lo lejos, pero ni siquiera podía moverme, esos ojos estaban mirándome directamente.
—mi pequeña… pequeña Michelle.