Tres Secretos

6: Caligrafía

 

—Buenos días Bryn. —Dylan se sienta a mi lado, en esta clase no somos compañeros en ningún trabajo pero si la llevamos juntos, aunque normalmente se sentaría en otro lugar, no aquí.

No le contesto solo muevo la cabeza y lo veo.

Él se inclina, toma su mochila y saca algo de ella. —Te traje esto —es una barra de chocolate—. Por cierto, este es el suéter que te dije ayer, ¿No es genial?

Es un suéter azul marino, ese color resalta el azul de sus ojos. — ¿Por qué un chocolate? —Normalmente no comería esto, el chocolate suele sacarme granos en la barbilla y tiene mucha grasa.

— ¿No te gusta el chocolate? —me mira preocupado—. Ah, entonces te daré las gomitas de osos, ten —coloca un empaque pequeño con osos de gelatina pequeños—. O puedes tener ambos.

Niego. —No quiero nada.

Aunque he huido del azúcar, las calorías y todas esas cosas desde el segundo año por lo que produce en mi cuerpo, me gustan mucho. En esos días cuando William me hacía sentir como si había hecho algo mal, me llenaba el estómago de dulces y lo que sea que yo quisiera comer, recuerdo esas tontas peleas: tal vez no contesté sus mensajes demasiado rápido o estaba hablando con algún chico de algo irrelevante.

Sonríe y toma los osos, los abre y saca uno —Las personas dicen que los rojos son los mejores —lo acerca a mi mano—, ten, es rojo.

Dylan coloca el dulce sobre mi mano, iba a moverla para que cayera al suelo pero lo tomo con la otra mano y me lo meto en la boca. Él toma uno y también lo mastica. —Entonces nos vemos en la tarde, ¿no?

Suspiro. —Sí.

No tengo opción, tenemos un tonto trabajo y es en pareja, por mucho que quisiera no hacer nada siempre he odiado cuando en un trabajo grupal o de dos personas, solo una hace todo. Es por eso que no dejaré esto a un lado.

— ¿Quieres el chocolate? —lo acerca a mí—. No estaba seguro que chocolate te gustaría así que compré este pero si quieres te traigo otro diferente mañana.

Lo miro entrecerrando los ojos, noto que dos chicos de la banda entran y me miran para luego mover sus ojos a Dylan. Son Owen y Rilley quienes están caminando hacia donde estamos sentados. No les quito los ojos hasta cuando están a un lado de nosotros.

—Dylan —Owen habla—. No entendí tu mensaje de hace un rato, ¿Qué quieres decir?

Dylan sonríe. —Ah, lo siento, solo estaré ocupado esta tarde.

Rilley me mira un segundo y luego voltea con él. — ¿Ocupado? Amigo, tenemos que ensayar. En dos semanas tendremos una presentación en el festival, ¿recuerdas? También vamos a grabar un video, tenemos que hacerlo bien.

Dylan se encoje de hombros. —Está bien, solo será un día además está relacionado con la escuela así que no tengo mucha opción.

Owen me mira pero le habla a él. — ¿Por qué no te sientas con nosotros? —seguramente para él soy ahora una perdedora.

No me importa, jamás me importó lo que Owen pensaba de mí. Yo siempre he sido buena manteniendo el contacto visual así que no aparto mis ojos como él está esperando.

—Porque quiero sentarme aquí —responde Dylan levantándose—, con Bryn —coloca una mano en el hombro de Owen y sonríe—. Nos vemos después, no se preocupen tanto por los ensayos, ya hemos ensayado mucho.

Rilley suspira —Mira Dylan, eres mi amigo pero en esta banda nos lo tomamos en serio —mira a Owen—. Esto no es un juego para ninguno de nosotros.

Dylan levanta sus manos —Tampoco lo es para mí, me lo estoy tomando en serio y estoy muy agradecido por dejarme formar parte de todos ustedes chicos, realmente son geniales haciendo lo que hacen —sonríe—. Pero hablo en serio, tengo que hacer una tarea y es importante, después de todo somos estudiantes de último año y tenemos que graduarnos.

Rilley entrecierra sus ojos y levanta las manos. —Como sea, pero Will no estará feliz.

—Sin duda —Owen me mira y luego a Dylan—. No estará nada feliz.

—No te metas en problemas, Dylan —Rilley le da una palmada en el brazo.

Owen suspira y comienza a girar —No pierdas todo por algo que no vale la pena.

Siento que esa fue definitivamente una indirecta para mí, ¿Acaso está diciendo que Dylan puede perder su lugar en la banda por sentarse aquí? ¿Por hablarme? Pues no me importa si Dylan me deja de hablar, en realidad, espero que se dé la vuelta y se vaya con ellos. Haría las cosas mucho más fáciles.

Pero Dylan no se va, sonríe en dirección a ellos y se despide: —Los veo luego chicos.

Ambos se van hasta el otro lado y Dylan se sienta de nuevo, toma la barra de chocolate y la abre para darle una mordida —Ah, está muy buena —la acerca a mi cara—. Prueba.

Niego apartando su mano, intrigada por la conversación que todos ellos acaban de tener. —Es muy temprano para comer dulces —afirmo.

Él ríe. —Bueno, puede que sea verdad pero me encanta lo dulce, lo necesito para tener un buen día —se acerca con la silla—. Oye, ¿Te gusta dormir de día o de noche? Yo no puedo dormir de día y de noche, algunas veces es difícil dormirme. No es como insomnio, es como que, necesito silencio completo.

Lo miro confundida. — ¿De qué estás hablando?

Se encoje de hombros —De dormir, entonces, ¿Noche o día?

No lo entiendo en absoluto, ¿realmente no le importa que Owen lo amenazó de estar en riesgo de salir de la banda? O bueno, que lo echen solo porque va a faltar a un ensayo. Créanme, William haría algo así.

Había un chico antes de Dylan y él tuvo que ausentarse una vez porque según recuerdo, su mamá estaba en el hospital y William le preguntó si estaba estable pero no para saber del estado de su madre sino para reclamarle luego. William se enojó, le dijo que si mamá estaba bien, ¿Por qué había faltado?

Recuerdo esa vez como se notaba que Owen y Rilley estaban incomodos, a decir verdad, yo también lo estaba. Me sentía avergonzada de William, aunque jamás me atrevía a admitirlo.



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En el texto hay: secretos, amor, amor adolescente

Editado: 06.12.2022

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