16: Quería saberlo

DICIEMBRE

La última fiesta a la que pude ir fue a la fiesta que me organizaron todos mis amigos por mi cumpleaños. Bueno, en especial Chelsea y Olivia.

Era en la casa de William, la mayoría de las personas que nos agradaban o que no eran raros iban a estar ahí. Olivia y Kourtney tenían muchos amigos de grados superiores así que también los invitaron con la promesa que no sería una fiesta de niños, que sería algo grande y que sin duda habría alcohol.

A Will no le molestaba eso, su casa es muy grande y a él siempre le ha gustado las fiestas y todo eso, además, soy su novia después de todo. Por suerte su madre y su padrastro se fueron a otra ciudad con su hermanastra pequeña, iban a visitar a los abuelos de ella pero Leticia no fue porque según William, estaba sintiéndose un poco mal del estómago o lo que sea.

Le pregunté si nos arruinaría la fiesta o si les diría algo a sus padres pero Will me aseguró que no habría problema con ella, que Leticia se quedará en la habitación más apartada y que no saldrá de ahí.

Antes que empezara la fiesta, Olivia, Kourtney y Chelsea ya estaban aquí al igual que Will y Owen, Rilley llegó un poco antes de las ocho y poco a poco las personas fueron llegando. Varios chicos mayores entraban y yo no los reconocí pero se acercaban y me deseaban feliz cumpleaños luego procedían a saludar a Olivia o a Kourtney, amigos de ellas asumo.

Fue así como sucedió, todos nos estábamos divirtiendo y cada vez que alguien llegaba las chicas se aseguraban que me felicitaran por mi cumpleaños.

Will me tomó por la cintura — ¿Te la estás pasando bien? —susurró en mi oreja.

Asiento —Mucho —me acerco y le doy un beso—. ¿Quieres que bailemos?

Will asiente y ambos nos movemos al fondo para bailar. Él con sus manos en mí cintura y yo rodeándole el cuello mientras él besaba mi mejilla o la comisura de mis labios. Dos canciones después dejamos de bailar y solo nos besábamos, mis manos revolvían su cabello y él me acercaba a su cuerpo más.

Luego de besarnos por varios minutos, se separa de mi cuando su teléfono vibra. El lugar está un poco oscuro, hay luces navideñas blancas colgando por varias partes, pero la pantalla de Will con el brillo alto le ilumina la cara. Él entorna los ojos y suspira antes de sonreír un poco.

— ¿Todo bien? —pregunto, puede que sea su madre avisándole que regresaran o algo.

Asiente, guarda su teléfono y besa mis labios rápidamente —Lo siento, solo algo que necesita Rilley —voltea y señala a Olivia quien está bailando pegada al cuerpo de un chico con camiseta ajustada—. Mira, ahí está Olivia, ve con ella mientras regreso.

Asiento y él se va. Claro, no me acerqué a Olivia, no interrumpiré su momento con su posible futuro novio universitario. Me acerco para tomar agua a la cocina, mientras camino varias personas me felicitan, me dicen que me veo genial o que están amando la fiesta.

Sonrío, supongo que así se siente ser famosa. Me gusta esto, siempre he querido algo así, que todas las personas volteen a verme y sepan mi nombre, me conozcan y que cuando entre a una habitación, las personas se emocionen.

Saco una botella de agua del refrigerador, la abro y bebo un trago largo. Me recuesto en una pared antes de dejar la botella sobre la encimera y regresar con todas las personas. No sé si es por el cansancio o si de verdad es así pero escucho la música mucho más fuerte.

Se suponía que hoy los chicos tocarían en la fiesta pero en tres días irán a un festival y Will afirmó que era mejor que descansaran un poco y aunque Owen dijo que podían solo tocar un par de canciones, él se negó. A mí no me importó, de todas formas los he escuchado muchas veces antes.

Cuando camino a la parte de atrás, donde está el enorme jardín con la piscina al fondo y el jacuzzi que ya está ocupado por varios chicos, mientras que las personas se mueven al ritmo de la música sobre el pasto o se acercan a la mesa llena de bebidas de todos los colores posibles, intento ubicar a Will.  

Aunque esta es mi fiesta de cumpleaños no hay mucha diferencia a cualquiera de las otras fiestas que organizamos. No habrá un pastel para mí ni nada de ese estilo, solo un letrero con letras brillantes al frente que dice CUMPLEAÑOS DE BRYN y varios globos rosados y plateados.

Veo que al fondo, cerca de la piscina está Rilley y Owen con dos chicas mientras hablan alegremente. Will no está con ellos, frunzo el ceño mientras me acerco a ellos.

—Ey —Owen levanta la mano—, cumpleañera.

— ¿Y Will? —Grito para que me escuche.

Rilley se encoje de hombros — ¿No estaba contigo?

Me dijo que estaría con Rilley, ¿no? —Pensé que estaría con ustedes —respondo.

Owen se acerca a mí —No, búscalo adentro —propone—. Por aquí no ha estado, no lo he visto desde que empezó la fiesta.

Asiento y antes de alejarme escucho como ellos se ríen con las chicas. Que extraño, ¿Dónde estará Will? Pensé que tendría algo que hacer con Rilley, estoy muy segura que eso dijo, ¿Dónde está?

Entro de nuevo a la casa y la música parecía estar tres veces más fuerte, tanto que comienza a dolerme la cabeza. Siento como si me costara un poco de trabajo respirar pero debe ser la acumulación de personas.

¿Dónde está Will? Me muevo y el dolor lo siento a un lado de mi cabeza, cuando encuentro a Will le preguntaré si tiene pastillas para el dolor de cabeza. ¿Puede alguien bajarle un poco a la música? Y de repente, me siento mareada. Veo a las personas moverse pero no porque estén bailando, sino porque mi cabeza está dando vueltas.

No he tomado nada, yo no bebo alcohol porque no me gusta en absoluto y no consumo nada, ¿Qué rayos me pasa? Me cubro los oídos con las manos porque esta música comienza a taladrar mi cabeza, me muevo entre las personas buscando llegar hasta el baño del pasillo.

En mi camino, con los ojos entrecerrados y la cabeza hacia abajo me topo con alguien. Levanto la mirada y para mi desgracia, es el hippie.