DICIEMBRE:
Fue ayer el día que el doctor nos dio los resultados de mi resonancia indicándome que tengo una enfermedad llamada Esclerosis Múltiple para después explicarme por casi cuarenta y cinco minutos lo que significa vivir con esa enfermedad, lo que puede pasar, las opciones que tengo de tratamientos y las recomendaciones para intentar “controlarla”
Mi mente se apagó, todo en mí entró en una pausa indefinida pues sentí como mi vida entera se deslizaba a través de mis dedos. He estado experimentando ciertos “síntomas” desde hace unos meses pero no les presté atención, hasta que los dolores de cabeza eran muy intensos y mi pierna dejó de ser una pierna normal, perdí sensibilidad en ella.
Mi corazón latía con fuerza, irónicamente, al mismo tiempo que mentalmente estaba sucediendo un funeral para la Brynley que era un día atrás. Esa chica ya no volverá, ella ha muerto y se ha llevado consigo mi futuro ideal. Ahora soy una enferma de por vida, con una enfermedad difícil de predecir, con riesgo a que cualquier cosa me pase y sin muchas respuestas.
Fue como morir, pero seguía respirando. Fue como perderlo todo pero tener las mismas cosas de siempre. Fue como estar en medio de una pesadilla eterna, una donde deseas solo despertar pero ya no hay vuelta atrás.
Estas atrapada.
No hace falta decir que lloré todo el día y quise hablar con alguien pero todas mis amigas se han ido a otros lugares con sus familias o están ocupadas en fiestas donde yo debería estar con ellas. Mi única opción es Will, quien tengo miedo de decirle pues no le quiero poner una carga encima pero necesito de su amor ahora más que nunca.
Sé que Will no es perfecto pero sin duda me ayudará, al menos dirá algunas cosas bonitas. Necesito sentirme bonita, necesito sentirme como siempre. Pero no me siento como antes. Me siento tan mal.
Mi mano tiembla, ¿Por qué es tan difícil llamarlo? Es mi novio, me ha dicho que me ama muchas veces. Sé que me ama, sé que él estará conmigo a pesar de cualquier cosa. Es por eso que somos la mejor pareja, nos ayudamos mutuamente y somos felices juntos. Somos perfectos juntos. Él me ama sin importar nada, ¿no?
No sé cómo va a reaccionar, no sé cómo reaccionaría yo. Si Will estuviera en esta situación seguramente lo abrazaría, intentaría entender todo lo que le pasa y le diría que las cosas están bien, que él estará bien. Necesito que ahora él haga eso por mí.
Lo llamo pero no me contesta, ¿Estará ocupado? Recuerdo que él no iba a salir, ¿Seguirá molesto conmigo por nuestra última pelea? Espero que no. Will y yo hemos peleado recientemente, casi todo el tiempo.
No sé qué nos está pasando, no entiendo por qué ahora se ha comportado raro conmigo, yo intento no darle motivos para que se moleste o se enoje. Intento ser buena para él y demostrarle que sí me importa nuestra relación y que quiero estar bien pero, cuando lo llamo de nuevo, sigue sin contestar.
Y lo intento otra vez.
Y no me contesta.
¿Por qué no me contesta?
¿Por qué ni siquiera me envía un mensaje explicándome que está ocupado?
Es difícil guardar la calma. Tengo pensamientos sobre como lo he apoyado siempre y él no puede estar para mí una sola vez. Quiero que me apoye por primera vez en su vida. Pero me recuerdo que Will no es malo, tal vez está discutiendo con su padrastro de nuevo, me ha dicho que ha tenido algunos problemas familiares.
Sí, eso debe ser.
Pero estoy tan triste.
Y me siento tan sola.
Cierro los ojos y lloro por media hora más mientras que mamá me pregunta si tengo hambre, si quiero comer algo. Le digo que no y vuelvo a tomar el teléfono, lo que realmente quiero es hablar con mi novio, necesito que me abrace y me reconforte.
Me toma muchas llamadas para que me conteste, se escucha agitado y algo enojado, pero no pareciera que es conmigo. Le digo que necesito hablar con él, que quiero decirle algo. Will acepta venir a mi casa y yo le digo que lo amo pero él no me dice que me ama.
Quiero que me diga que me ame.
Treinta y siete minutos después mamá le abre la puerta, le avisa que estoy arriba en mi habitación. A veces mis padres me regañaban por estar con Will en mi habitación aunque hoy tienen lastima de mí y no me dicen nada, solo lo dejan pasar con esperanzas, seguramente, que él me devuelva a la vida.
Lo que no sabían es que William terminaría de hundirme.
Yo hice mi mejor intento para verme mejor, peiné mi cabello y me apliqué algo de labial en los labios, sin embargo mis ojos estaban llenos de tristeza. No recuerdo una sola vez donde Will me haya visto sin maquillaje, o con un poco de base por lo menos.
No es que él sea superficial pero siempre lleva un aspecto impecable y solo he intentado mantenerme a su altura, debo admitir que ha sido agotador y a veces no entiendo por qué tengo que siempre verme bien solo por él.
No sé qué cambiaría si Will me viera como realmente soy. No solo externamente, sino por dentro.
William entró y se veía nervioso, cuando me miró frunció el ceño. —Vaya, ¿Qué te pasa? —pregunta quedándose cerca de la puerta, como si quisiera estar listo para salir corriendo.
Quiero que se acerque.
No lo hace.
Hago una mueca. —Will, tengo que decirte algo —trago saliva mientras intento no llorar porque me veo fea cuando lloro—. Mira, últimamente he estado como, sintiéndome mal y tuve que ir al hospital —le explico—. Es por eso que yo no he podido salir mucho contigo este mes, ¿sabes?
— ¿Hospital? —Frunce el ceño—. ¿Por qué?
Muerdo mi labio, pensé que me sentiría mejor cuando él estuviera aquí pero ahora solo me siento más nerviosa. ¿Por qué me siento mal con el chico que suele decirme que me ama?
¿Me ama? Claro que sí. Sé que sí. Tiene que hacerlo. Me lo ha dicho.
—Bueno, fui al doctor y me dijo que yo tengo algo —Pero su mirada me da ansiedad, ¿Cómo es que puede mirarme de una forma apática cuando estoy diciéndole que he estado en el hospital? ¿No le importa?