SECRETO #3
WILLIAM
— ¿Te duele la cabeza? —pregunta mamá sentándose frente a mí en la mesa.
—No —cierro los ojos.
—Will —su tono es bajo—, escucha, necesitamos salir de esto como familia…
Suelto una risa —Lo sé, sé que solo están esperando a que cumpla dieciocho años para que me saquen a patadas.
— ¿Qué? ¡No! —responde alarmada—. Will, yo no quiero que te vayas pero, sabes bien que ahora tienes que ser responsable.
—Mi vida está arruinada mamá, ¿Qué más quieres de mí? —aprieto los dientes y ahora sí siento como comienza a dolerme la cabeza.
—Hijo —aclara su garganta—. Sabes que te amo pero esto que hiciste, no puedo estar siempre para limpiar tus errores —suspira—. Pudiste haberte matado o pudiste haber provocado la muerte de alguien, ¿Estas entendiendo lo que te estoy diciendo?
Ya lo sé. —Mamá solo déjame en paz, no necesito que tú me des más sermones.
Ella se levanta. —Llevaré a Leticia al doctor, deberías acompañarnos.
—No —contesto inmediatamente—. Sabes que no puedo ahora.
Asiente —Bien, me voy entonces —mira hacia un lado—. Hay comida en el refrigerador, pórtate bien.
Pórtate bien.
Me dejo caer en la cama, de regreso en mi habitación. Si tan solo pudiera regresar el tiempo, pudiera cambiarlo todo, no estaría aquí.
¿Qué voy a hacer?