40: Aún.
Las heridas en el rostro de Owen y William han sanado pero ambos siguen con los huesos rotos y probablemente, algo más dentro de ellos.
Owen ha pasado más tiempo con nosotros, se ha ido abierto poco a poco y ya no actúa para nada como antes. A veces pienso en Rilley, en sus tontos apodos y eso me estruja el corazón, espero que despierte cuanto antes así puedo escucharlo llamarme “Brynston” una vez más.
— ¡Cállense! —alguien grita en la cafetería, volteamos y William está de pie frente a dos chicas que se ven más jóvenes.
Las chicas hablan pero no se puede escuchar sus voces, mueven sus manos y señalan a otra mesa.
— ¡Superen a la banda! —Responde William—. Es una tontería, ¿Acaso no tienen vida propia?
Owen frunce el ceño y niega —Y sigue comportándose así.
William sale de su asiento y pasa en medio de las dos chicas empujándolas con los hombros, camina hasta la puerta de la cafetería donde una profesora le hace señas diciendo “no” pero a él no le importa, abre la puerta y sale con la profesora siguiéndolo.
Cuando él se va, la cafetería entera se llena de murmureos y personas juntando las cabezas para hablar sobre lo que acaba de pasar. Yo regreso mi mirada a la pizza con jamón, arrancando un poco de este con el tenedor.
—William debería dejar un idiota —Owen afirma—, es su culpa, todo lo que nos está pasando.
Dylan suspira — ¿No has hablado con él?
Niega —No más de lo necesario, él ahora está actuando de una forma que jamás lo había visto, no me interesa ser su amigo —admite con el ceño fruncido.
Yo cierro los ojos un segundo cuando siento un dolor punzante en la cabeza, Dylan lo nota y frunce el ceño — ¿Necesitas algo?
Niego —Estoy bien.
Owen arruga su frente —Ey, Bryn —parpadea un par de veces—, ¿estás bien?
Asiento y veo a Dylan. Aunque no me molesta que Owen pase tiempo con nosotros, tengo que ser cuidadosa con lo que hablo cuando estamos con él. Aun no sé si me siento muy cómoda hablando sobre los detalles de lo que me pasa, no es que me avergüence pero tampoco es un logro que quiero presumir y hay cosas que son muy personales.
—Sí —es todo lo que digo, Dylan estira su mano y toma la mía.
Él rasca su frente — ¿Puedo preguntarte algo?
Me encojo de hombros, puede que sea el momento de contarle a alguien más sobre esto. — ¿Qué pasa? —Dylan aprieta mi mano y me siento más segura.
— ¿Porque nunca dijiste nada sobre que William te estaba engañando? —Ah, pensé que preguntaría otra cosa.
Retiro el cabello de mi cara —No lo sé —confieso honestamente—, mi mente estaba ocupada pensando en otras cosas, me daba igual William y no quería involucrarme en esos tontos dramas.
Owen tuerce un poco la boca — ¿Por qué no se defendieron? —Señala a Dylan—. Ustedes sabían las cosas que las personas decían, ¿Por qué se quedaron callados?
Dylan se encoje de hombros — ¿Valía la pena? Yo le decía a Bryn que sus opiniones no eran relevantes para mí, las personas podían decir lo que quisieran y eso no iba a afectarme.
—Pero —Owen se detiene—, ¿Cómo no te va a importar lo que digan los demás de ti?
—Simple —responde Dylan—. Dime, ¿Si te llaman algo así como “tonto” o “sin talento” cambia los hechos? ¿Si me hubieran dicho mentiroso cambia la verdad, la realidad?
—No pero, ¿Qué pasa si lo que hubieran dicho si era real? —Me mira—, como las cosas que decían de Bryn, sin ofender pero antes eras un poco cruel, a veces.
Ahora yo hablo: —Creo que tienes que asumir la responsabilidad —afirmo—, si algo es verdad y eso es el tema más comentado, tienes que afrontarlo. Si es malo, solo… te arrepientes y lo haces de verdad.
Owen baja la mirada —No entiendo cómo es que ustedes terminaron juntos —sonríe un poco—, se nota que Bryn ha cambiado mucho por estar contigo.
Dylan niega con una sonrisa —No fui yo, es ella —me mira y acaricia mi mejilla—, Bryn es una gran persona, siempre lo ha sido pero ahora lo demuestra.
Owen traga fuertemente —Ustedes... ¿Por qué no sentían vergüenza de estar juntos? ¿O ahora?
— ¿Vergüenza? —Junto mis cejas—. Owen, creo que he aprendido un par de cosas estos meses y una de ellas es que si alguien realmente te quiere, no te esconderá —como por ejemplo, William nunca me llevó a conocer a su familia formalmente. Si estaba en su casa un par de veces pero siempre me pedía que no hablara mucho con sus padres—. Si quieres a alguien te enorgullece estar con esa persona.
Owen sonríe — ¿Estas orgullosa de salir con quien llamabas hippie?
Ruedo los ojos —Por supuesto —bufo—, de todas formas era el más guapo de la banda, nos vemos tan bien juntos.
Me señala con el dedo —Ahora ya no usas tu ropa “de moda”, ahora tú pareces la hippie.
Dylan suelta una carcajada — ¿De qué hablas? Bryn siempre se ve muy linda.
—Ah —se queja Owen—. Por favor no seas cursi cuando estoy aquí, se me revuelve el estómago.
—Oye —entorno mis ojos—. Nosotros ya nos sentábamos aquí antes así que si vas a seguir comiendo con nosotros vas a tener que soportar los comentarios cursis, un poco demasiado cursis, de Dylan.
Dylan sonríe en mi dirección —Gracias por defender a mis comentarios cursis.
Hago mi cabello hacia atrás —Claro, solo yo puedo decir cosas malas de tus cursilerías.
Owen niega y finge tomar las muletas —Ya me voy.
—Oye —digo—, después que te recuperes, ¿me las prestas?
Él junta las cejas — ¿Tu para que quieres muletas?
Veo mi pierna y pienso que tal vez algún día las vaya a necesitar. Tal vez algún día, mi pierna dejará de funcionar y tendré que usar un par de esas —Por nada en específico, solo que nunca las he usado.
Niega —Es molesto, te lastima después de un rato y es incómodo ir cargándolas todo el tiempo —mira hacia la puerta—. Por desgracia yo me rompí la pierna mientras que William solo el brazo, no tiene que tener esto para caminar.