Tres Secretos

41: Eso es suficiente.

 

Puedo sentirlo ahora en mi otra pierna.

Ocurrió cuando me estaba bañando, cuando pasé la esponja detrás de mi rodilla izquierda. Sentí algo, algo que he estado sintiendo por varios meses pero procuré guardar la calma. Bajé y al llegar a mi tobillo, la sensación de hormigueo apareció.

Así que ahora será en ambas piernas.

Si ya es difícil con una pierna débil, que duele por las noches y me incomoda cuando intento dormir, que ha dejado de percibir las sensaciones parcialmente y que me ha obligado a usar ropa holgada, con ambas piernas no quiero ni imaginarlo.

Se lo conté a la mamá de Dylan y a Dylan, ella sugirió que se lo dijera a mis padres pero me negué. No quiero que vuelvan a entrar en unas crisis nerviosas y me obliguen a comer vegetales todo el día, a practicar yoga y a que vuelvan a considerar cuestiones como la acupuntura, la aromaterapia y hasta un baño termal o algo así, ni siquiera lo recuerdo.

La madre de Dylan me explica que la medicina no actúa inmediatamente y que no es una cura, es una ayuda para mi cuerpo y que debo tener paciencia pues las sensaciones se irán eventualmente.

Cuando ella se fue de nuevo a su trabajo, Dylan me miraba un tanto preocupado así que le di un empujón en su hombro —No pongas esa cara.

Niega —Deberías decírselo a tus padres, así ellos estarán pendientes de ti.

Ruedo los ojos —No quiero, no sirve de nada —suelto una respiración—. No me van a curar, lo único que van a hacer es estresarme más y eso empeorará todo.

Dylan toma mi cabeza con su mano y la acerca a la suya —Solo quiero que estés bien, que hagas todo lo posible para sentirte mejor.

—Lo hago —le doy un golpe suave a mi pierna—. Pero mi cuerpo me traiciona.

—Estarás bien —susurra mientras acaricia una de mis mejillas—, te lo prometo, estarás bien.

—No puedes prometer algo así —otro golpe en mi pierna. Puedo sentir el golpe pero no completamente. Odio esto—. Tal vez algún día, ya no pueda caminar.

Solo con decir algo así nubla mi vista con lágrimas. No quiero pensar en un futuro no tan lejano en donde yo no pueda moverme, donde una tonta enfermedad me deje limitada por el resto de mi vida —Bryn —acaricia mi cabello—, pase lo que pase, estaré contigo.

Resoplo — ¿Estarás con alguien así? —al mismo tiempo que una lagrima cae por mi mejilla, las gotas de lluvia empiezan a caer. Quizás el universo también está llorando conmigo—. Alguien inútil, que tengas miedo de dejarla por lastima.

—Brynley —Dylan toma mi puño, con el que me estaba golpeando la pierna—. No digas esas cosas, no tienes idea de lo que siento por ti, claro que me quedaré a tu lado.

Suspiro —No mereces estar con alguien como yo.

Y es cierto. Dylan no merece estar con una persona así, alguien que no puede controlar sus lágrimas cuando piensa en lo malo que podría llegar a ser su futuro. No debe estar con alguien que un día pueda dejar de ser normal y se sienta obligado a estar a mi lado solo porque es una buena persona y no querrá dejarme sola.

—Brynley —toma mi rostro entre sus manos—, ya hemos hablado de esto, yo soy el afortunado de salir con alguien tan maravillosa como tú —retira el cabello de mi lado—. Yo sé que es difícil pero no estás sola y cuando te sientas abrumada, ven conmigo.

—Pero Dylan…

Él coloca un dedo sobre mis labios. —No Bryn, estoy enamorado de ti —besa la punta de mi nariz—. Eres la única para mí, te lo he dicho. Tienes mi corazón.

Estiro mi mano y toco su mejilla —Eres el mejor chico del mundo.

Niega —No lo soy, bonita —acerca su rostro hacia mí—. Creo que tú me haces una mejor persona.

—No —acerco mi rostro y nuestras narices se tocan—, tú me has hecho alguien mejor, sin duda alguna.

Dylan inclina un poco su rostro y me besa. Yo cierro los ojos y dejo que nuestros labios se conecten a su propio ritmo, mientras mi corazón se acelera como siempre cada vez que siento sus labios sobre los míos.

Ahora la lluvia es más fuerte, no se escucha nada del exterior y nos encierra en un ruido blanco apartándome de la realidad y concentrándome únicamente en este beso. Yo muevo mi mano y la coloco detrás del cuello de Dylan, para acercarlo más a mí.

Dylan me toma de la cintura y yo me muevo al frente para rodear su cuello con mis brazos, dejándome llevar por la sensación. Cuando las cosas se ponían un poco más intensas con William, yo me apartaba, no me sentía lista pero esta vez, no me aparto.

Dylan y yo nos besamos un poco más rápido y yo lo empujo sin despegarnos hacia atrás, casi recostando su espalda en el sofá, Dylan lleva sus dedos a través de mi cabello y sonrío por la sensación tan emocionante que estoy sintiendo. Justo cuando él termina con la espalda totalmente recostada en su sofá, Dylan aparta el rostro.

Yo aún tengo los ojos cerrados así que cuando los abro, se tardan un par de segundos en enfocarse. La lluvia aumenta, mi corazón late muy rápido y ambos estamos respirando agitados. Dylan permanece con el rostro a un lado y los ojos cerrado.

Parece, ¿triste?

Ahora me siento avergonzada, quizás esto es demasiado pronto para él. Quizás no debí hacer esto, vamos bien juntos y las cosas entre ambos funcionan a la perfección, temo haber arruinado algo con mis acciones. Es solo que, pensé que ambos queríamos esto.

Quizás no lo quiere.

—Perdón —digo levantándome de su torso y acomodándome en el sofá, nunca me senté a considerar lo que él quiere. Solo porque es un chico no significa que está dispuesto a hacerlo en el sofá de su casa, tal vez es algo relacionado con sus creencias.

Dylan se sienta de nuevo, pero mira hacia abajo —Lo siento Bryn.

Niego —No, yo lo siento —aclaro mi garganta—, yo… debimos hablarlo antes, ¿no? Esto no es… quizás es muy pronto, lo siento.

—No es pronto... —suspira—, tal vez nunca vaya a pasar.



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En el texto hay: secretos, amor, amor adolescente

Editado: 06.12.2022

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