Tres Secretos

42: Rilley despertó.

 

— ¡Chicos! —Owen se acerca tan rápido como puede a nosotros—. ¡Rilley despertó!

Dylan y yo nos volteamos a ver. — ¿Cómo está? —Pregunta él

Owen muerde su labio. —No estoy seguro, solo… le pedí a su mamá que me avisara y aunque no quería, lo hizo, me acaba de enviar un mensaje —toma su teléfono y nos coloca la pantalla al frente—. Quiero ir a verlo, necesito verlo.

Dylan le coloca la mano sobre el hombro. —Tranquilo, ya falta poco para que acabe la escuela, vamos después.

Owen asiente y muerde su labio inferior. — ¿Creen que querrá verme? Fue mi culpa… bueno, ya sé, dicen que no fue mi culpa pero tal vez él no cree eso.

Suspiro y me encojo de hombros. —Tienes que ir a verlo, es tu amigo.

Asiente y pasa una mano por su cara, se ve demasiado ansioso por que las clases se acaben ya y vayamos al hospital.

 

Nunca había visto a Owen de esta manera, la urgencia en su rostro se mostraba y casi nos empujaba a Dylan y a mí para que entráramos al auto y que él condujera lo más rápido posible.

Intentamos pedirle que se calmara pero era inútil, su nerviosismo era palpable en el aire.

Llegamos al hospital, ayudamos a Owen para que suba el elevador y llegamos al área donde él está. Su familia está sentada, se ven un poco animados pero también preocupados, puede que él haya despertado pero seguro aún tiene que seguir recuperándose de los golpes.

Una mujer alta se levanta de su asiento cuando nos mira, camina hacia nosotros y poco a poco voy asociando su rostro con el de Rilley. Nunca había conocido a su familia hasta ahora. Recuerdo lo que Dylan me contó, tuvieron que viajar hasta aquí por todo lo del accidente.

— ¿Dylan Harman? —Lo reconoce y Dylan camina hacia ella, lo abraza como abrazas a un familiar que no has visto en mucho tiempo y le da una sonrisa corta—. No sabía que ibas a venir, ¿vives aquí ahora?

Dylan asiente. —Sí, en realidad… Rilley y yo éramos parte de una banda —afirma—. Nos volvimos a encontrar.

Ella suelta un suspiro. —Me alegra tanto que sigan siendo amigos, sabes que Rilley te quiere mucho.

Bajo la mirada, me entristece un poco que Rilley y Dylan ya no eran tan unidos estos últimos meses. Supongo que la vida sigue y las personas solo cambian, los amigos de la infancia no son para siempre.

—Bueno, venimos porque Owen nos avisó —informa Dylan—. Esta es Brynley —toma mi mano—. Es también amiga de Rilley.

Ella me sonríe y le devuelvo el gesto. —Bueno, gracias por venir —no mira a Owen, sus ojos siguen entre nosotros—. Pueden pasar a verlo, estoy seguro que le gustaría ver a sus amigos.

Yo giro hacia Owen y le hago una seña, él parece indeciso. Se nota que su familia lo culpa de lo que pasó pero espero que con el tiempo dejen de pensar algo así. Noto la preocupación de Owen y se nota que le importa mucho Rilley. Sé que él no quería que le pasara algo así. —Ven Owen, vamos a verlo.

Caminamos a través de las puertas blancas, la enfermera nos pregunta a quien venimos a ver y nos señala un cuarto al fondo. Owen camina con la mirada nerviosa y se detiene unos metros antes de la entrada al pequeño cuarto blanco lleno de máquinas con cables.

—Mejor, pasen ustedes primero —pide nervioso.

Junto mis cejas. —Pero Owen, ¿no estabas muy feliz de verlo?

Dylan estrecha mi mano. —Tal vez deberías ir tu primero, Bryn —sugiere—. Digo, nosotros éramos parte de la banda y quién sabe si no quiere vernos.

Levanto mis hombros. —No es como si yo era su amiga.

—Le caías bien a Rilley —Owen afirma con una pequeña sonrisa—. Les daba un apodo a las personas que le agradaban.

Suelto un suspiro, creo que tal vez es lo mejor, después de todo Rilley puede que esté confundido por todo lo que pasó. Me muevo hasta su habitación, entro y él está lleno de cables y cubierto hasta los hombros con una manta blanca.

—Rilley —hablo, mi voz suena muy baja—. Hola.

Rilley se gira lentamente hacia mí, eleva las cejas. — ¿Brynston?

Me relajo al escuchar su apodo. —Hola Rilley, ¿Regresaste de la muerte para seguir usando ese tonto apodo?

Resopla y arruga un poco la frente. —Aun tienes ese humor, ¿no?

Me acerco a la cama médica y tomo la baranda blanca. — ¿Qué tal estas? ¿Te duele algo?

—Creo que me duelen muchas partes de mi cuerpo —responde con una pequeña sonrisa—. Pero tengo medicina que me quita el dolor, dolerá después.

Asiento, cuando lo veo de esta forma me siento un poco mal. O muy mal. Rilley era un tonto pero no en un mal sentido, es un chico agradable y aunque no era perfecta, era mucho mejor que los otros dos. Aunque Owen está cambiando. —Ya veo, al menos despertaste.

Noto que tiene unas marcas debajo de su barbilla, también cerca de su oreja izquierda. Creo que ahí le pusieron algunos puntos. —No imaginé que serias la primera persona de la escuela que vendría.

Niego sonriendo. —No vengo sola, hay dos chicos ahí —miro hacia la puerta—. Pero tiene miedo que los eches a patadas, uno de ellos es un cobarde muy tonto y el otro es muy guapo, pero no le digas que dije eso.



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En el texto hay: secretos, amor, amor adolescente

Editado: 06.12.2022

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