Tres Secretos

43: Un buen desenlace.

 

 

WILLIAM

—Hola Will —Dylan se detiene a un lado de mi casillero.

Yo lo miro por un segundo, no tengo ganas de hablar con nadie ahora. —Dylan —es todo lo que digo.

Él junta sus manos y juega con sus dedos. —Oye… ¿Podemos hablar?

Niego y cierro mi casillero. —Tengo que ir a clase.

No quiero hablar con él. No lo conozco mucho pero sé lo suficiente de Dylan y de cómo trata a las personas. Me siento débil y mi supuesta fortaleza se ha quebrado. No quiero verme vulnerable frente a él.

Dylan toma mi hombro. —Ey, por favor, solo quiero decirte algo.

Me giro sin energía, me siento muy mal ahora. No sé cómo describirlo, es como si todo el mundo se hubiera detenido por un periodo largo y luego, empezó a avanzar rápidamente. Me siento cansado y cuando me veo al espejo es como si mi reflejo fuera irreconocible.

—No sé, Dylan… yo… no estoy de humor.

Pero es Dylan, él cree que puede salvar al mundo y por eso no se aparta de mí. —Mira Will, Rilley quiere que vayas al hospital para verlo, ya despertó, supongo que lo sabes.

Lo sé, mi padrastro me lo dijo. Él se está encargando de todos los gastos, no porque es buena persona sino porque mamá le rogó que me ayudara de alguna forma, que no quería que mi futuro siguiera arruinándose. —Rilley me odia.

Decirlo me rompe el ya lastimado corazón. Rilley y Owen eran mis mejores amigos, tengo tantos recuerdos con ellos y teníamos tantos planes para el futuro. Los extraño mucho, extraño la banda y extraño ser quien era antes de arruinarlo todo.

Dylan niega. —No te odia, quiere verte, Will.

Debería odiarme, yo me odio. —No sé si pueda verlo ahora, yo no…, todo esto es mi culpa.

Pude matarlos. La vida de mis mejores amigos estuvo en peligro por mi culpa, he destruido todo lo que era importante para mí. Perdí a las personas más importantes, cada una de ellas.

—William —Dylan deja su tono amigable, suena serio, algo inusual en él—. Lo mejor que puedes hacer ahora es ir con él, tienen que hablar y tú tienes que dejar de culparte.

Levanto mi rostro. —Fue mi culpa, ¿Cómo quieres que deje de culparme?

Levanta las manos. —Porque no fue tu culpa, ¿Crees que quiere verte para hacerte sentir mal? Quiere arreglar las cosas porque eres importante para él, ve y habla con Rilley.

Hago una mueca. —Su familia…

Rueda los ojos. — ¿Desde cuando eres así? El Will que conozco tenía seguridad y hacía lo que tenía que hacer, vamos, recuerda quien eres.

Resoplo. Dylan no lo entiende. —Ese Will era un idiota, solo arruinó todo.

Se acerca y me da una palmada en el brazo. —Entonces que este Will haga las cosas bien, ¿no? Puedes hacerlo.

Niego sintiendo un dolor en el pecho. —No lo entiendes, Dylan, las cosas no son tan fáciles.

Él me mira y deja salir una exhalación. —Esta conversación me recuerda a alguien más —él toma su camiseta y la levanta, me muestra su abdomen y al principio me sentía confundido pero luego noto unas marcas en su piel, se ve que algo muy doloroso le sucedió—. No creo que nadie lo tenga fácil en la vida, Will, solo somos mejores ocultándolo que otros.

Baja su camiseta. — ¿Qué te pasó? —pregunto aun viendo el lugar donde tiene las marcas debajo de la tela.

Dylan se cruza de brazos. —Cuando era niño alguien me quemó la piel con cigarrillos — ¿Qué? ¿Es enserio? —. No te lo muestro para que tengas lastima, te lo muestro para decirte que si yo salí del dolor, creo que tu también puedes.

No sé qué dijo exactamente pero provocó algo dentro de mí, como si hubiera quitado un ladrillo de mi muro y luego todos comenzaron a caer. Dylan no debería estar intentando ayudarme, no debería ser amable conmigo después de todo. — ¿Por qué me lo dices? Dylan, sabes que no…

Dylan sonríe. —Me recuerdas a alguien que era como tú, mira, solo creo que no se debe ignorar el dolor de las personas.

Miro hacia el techo y muerdo mis labios. —No he sido el mejor contigo.

— ¿Ah, sí? Casi ni me di cuenta —contesta usando el tono que ya es común en él, alegre y relajado.

Yo resoplo. —Eres tan raro, Dylan, deberías odiarme como el resto de la escuela.

—Nah, yo no odio a nadie —afirma—. Y no eres tan malo como crees, eres un buen tipo.

Dejo mi espalda recostada sobre los casilleros. —Solo tu podrías pensar algo así —deslizo mi cuerpo hacia abajo, Dylan se sienta a mi lado.

—Will, no tengo idea que ha pasado en tu vida personal pero siempre habrán personas que quieren ayudarte, sea lo que sea —habla como si realmente lo creyera—. He aprendido que lo peor que puedes hacer es asumir que tus problemas y secretos son demasiado malos, lo mejor que puedes hacer es liberarte de ellos.

Doblo mis piernas. —Pero no es fácil, y no sirve de nada buscar ayuda si el problema no tiene una solución.

—Mira —Dylan levanta sus ojos al techo—. Te diré esto, no creo que la vida sea buena para todos pero es solo bajo presión que descubrimos de qué estamos hechos. Eres más fuerte de lo que crees y sea lo que sea que te esté lastimando ahora, recuerda que no será para siempre y si es para siempre, tú serás cada vez más fuerte.



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En el texto hay: secretos, amor, amor adolescente

Editado: 06.12.2022

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