Tres Secretos

44: Todo.

— ¿Podemos pasar a verlo? —pregunta Owen.

William asiente y se lleva un dedo a sus labios. —Pero no sean ruidosos.

Dylan toma mi mano y entramos, Leticia está en la camilla al lado de varios globos de colores. Owen y Rilley entran en silencio, casi ni respiran. Ambos están mucho mejor, Rilley aún tiene que usar una muleta para avanzar pero Owen ya no las necesita.

Leticia sostiene un pequeño bulto entre sus brazos, yo me quedó detrás de Owen y Rilley.

William fue a hablar con Rilley y después de una hora, las cosas entre ellos estaban bien. William también habló con Owen, quien al principio no quería disculparlo pero luego cedió. Eventualmente él también se sentó con nosotros en la mesa durante la cafetería y cuando Rilley volvió a la escuela, se nos unió.

Fue extraño, así es como todo comenzó. Con Rilley, Owen, William y Dylan pero las cosas entre nosotros no eran nada como al principio. Rilley y Owen le contaron a Will que ellos dos han estado saliendo desde el verano pasado, William rebeló que él era el padre del bebé de Leticia y bueno, Dylan y yo seguimos juntos.

Ah, y una cosa más, yo también les confesé mi secreto. Les dije que en diciembre fui diagnosticada con Esclerosis Múltiple. Ellos me hicieron muchas preguntas y yo hice lo que pude para responderlas todas, aunque hay algunas que ni siquiera yo tengo las respuestas.

Es así como terminamos aquí, una semana antes del baile de graduación y dos semanas antes de la graduación. Leticia y William se van a casar luego de graduarse y ambos se mudaran de su casa.

Si me lo preguntas no siento ningún rencor por William, nuestra relación tuvo momentos buenos pero ahora comprendo que él y yo no estábamos destinados realmente a estar juntos.

También me disculpé con Leticia por la forma en que la he tratado y ella aceptó mis disculpas.

—Es tan pequeño —Owen afirma.

Will mira a su hijo sonriendo. Vaya, jamás pensé que él iba a tener un hijo tan pronto. Ni siquiera sabía que él quería tener hijos, en ocasiones hablábamos sobre eso pero solía evitar el tema.

No tengo idea qué pensará Leticia sobre todo esto. No entiendo cómo pudo estar en una relación con alguien que abiertamente salía con alguien más, ósea yo. A mí me besaba y todo eso, no sé cómo puede aceptarlo pero bueno, eso ya no es mi problema.

Espero que de ahora en adelante, Will tome responsabilidad de sus acciones. Pero sobre todo espero que les vaya bien en la vida, sea a donde sea que se dirijan.

— ¿Quieren cargarlo? —pregunta Will.

Owen niega. —No, me da miedo tirarlo.

Rilley levanta un hombro. —No puedo.

Mira a Dylan. — ¿Quieres?

Dylan asiente, suelta mi mano y se acerca. Will toma a su hijo y lo coloca entre los brazos de Dylan, yo me acerco para ver al bebé. Sus ojos están cerrados, su nariz es diminuta y es lindo. Muy lindo.

Dicen que los bebes recién nacidos no son lindos y quizás es cierto, cuando ya tienen como un mes son mucho más adorables pero me parece hermoso el hecho que este pequeño ser humano acaba de entrar a este mundo extraño, está comenzando su propia historia y desde hoy es un libro en blanco.

Sonrío. Espero que a este pequeño bebé le vaya mucho mejor en la vida que a todos nosotros, y si tiene que pasar por situaciones dolorosas, espero que nunca se sienta solo.

Dylan sonríe al verlo. —Entonces, ¿Lo nombrarás Dylan?

Will resopla. —Ya te he dicho mil veces que no lo vamos a nombrar Dylan.

—Deberías llamarlo Rilley —Propone el mismo Rilley.

Leticia ríe. —Me gusta ese nombre.

—Le gusta ese nombre —repite él orgulloso.

Dylan me mira con una sonrisa. — ¿Lo sostienes?

Mis ojos se abren, ¿Cuándo fue la última vez que sostuve a un bebé? No recuerdo, creo que eso jamás ha sucedido. Tomo una respiración y veo a Leticia, ella asiente sonriendo. Will me mira también, con aprobación.

Me acerco a Dylan para que me pase al bebé. Él lo coloca sobre mis brazos y realmente no pesa nada, es muy ligero.

Si hace un año alguien me hubiera dicho que estaría sosteniendo al hijo de William me hubiera reído en sus rostros. Y los hubiera llamado locos si me hubieran dicho que ese bebé era de Leticia también.

—Oh, parece que a Brynston le está gustando sostener un bebé, ahora te va a pedir uno Dylan —Rilley bromea.

Yo niego. —Los bebés son lindos pero no gracias —respondo.

Dylan sonríe viéndome. —En unos años tal vez.

Mis ojos están en el bebé. Nunca he soñado con ser madre pero tampoco desecho la idea y si dejo que mi imaginación vuelve y permito verme a mí al lado de dos pequeños, junto con Dylan, me siento feliz.

No estoy segura si Dylan querrá tener hijos algún día, ni siquiera sé si vamos a llegar a ese punto. Él y yo estamos muy bien ahora, viviendo día a día, disfrutando nuestro presente sin presiones del futuro.

Pero entre tú y yo, ¿Quiero casarme con Dylan? ¿Me gustaría crecer a su lado? ¿Tal vez tener una pequeña Bryn y un mini Dylan? Las mariposas en mi estómago son la respuesta.



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En el texto hay: secretos, amor, amor adolescente

Editado: 06.12.2022

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