Tres y un cuarto

Capítulo 11

Esa noche era el baile de Halloween que organizaba el instituto y no pensaba salteármelo por nada del mundo porque después de Navidad, Noche de Brujas era mi festividad favorita. E ir a ese baile significaba ver a los T disfrazados cosa que no me perdería ni siquiera si Timothée Chalamet aparecía en el pueblo. Bueno, por Timothée sí.

     —Ya casi termino con tu disfraz —me indicó Sophie quien estaba sentada en un escritorio con una máquina de coser y la mirada fija en la costura que estaba haciendo.

     —Tómate tu tiempo, todavía es temprano.

     —Y… ¡ya está!

     Me senté sobre su cama, dos segundos antes había estado acostada divisando las estrellitas que tenía adheridas al techo formando constelaciones, y observé la falda plisada que me mostraba con orgullo. Sonreí ampliamente y me puse de pie para tomar la prenda entre mis manos.

     —Es bellísima —admití.

     Luego de que anunciaran la fiesta, descubrí que Sophie era una diseñadora de ropa estupenda y con mucho, mucho talento. Ella me abordó en el pasillo y me prometió hacerme un disfraz único que no luciera barato como los de la tienda a pesar de que yo no se lo había pedido. Luego de varias visitas vespertinas a su casa los fines de semana en donde tomó mis medidas y me hizo elegir un atuendo, había confeccionado un bonito conjunto para mí.

     No era muy pedigüeña por lo que había elegido un disfraz sencillo, bonito y femenino. Sí, me iba a vestir de animadora. Pero no de ese feo color amarillo que lucía el equipo de la escuela sino de un lindo color rojo combinado con líneas blancas con un lince en el centro. Hasta me había aprendido la coreografía de We’re All In This Together por si alguien me pedía que la bailara.

     Sophie, por el contrario, sí se había esforzado con su disfraz y había hecho un vestido precioso con alas para lucir como un hada. Con su estatura y su adorable rostro parecía una de las amigas de Campanita.

     —Te verás muy bien en él.

     —Eres una gran amiga, Sophie.

     Chasqueó la lengua restándole importancia, pero fue merecedora de un fuerte abrazo de todas maneras. Sophie realmente se había comportado como un ángel conmigo y le había tomado cariño a pesar de que tan solo nos veíamos en el instituto y con muchísima suerte los sábados por la mañana si sus exigentes padres lo permitían.

     —¿Quieres que peine tu cabello? —añadí luego de soltarla.

     —Claro.

 

     Llegamos a la fiesta un poco tarde porque peinar a Sophie no era tarea sencilla, tenía mucho cabello y era muy escurridizo. Además, poner su vestido resultó casi imposible por lo que necesitamos ayuda de su madre para no arruinar sus alas. Pero finalmente habíamos llegado y el gimnasio del instituto lucía bastante divertido. El club de drama había decorado el pasillo que llevaba al salón con telarañas, fantasmas y luces violetas para darle un toque oscuro. La cancha de basquetbol lucía una decoración similar solo que le habían añadido arañas de plástico –que me habían hecho soltar un grito porque creí que eran reales cuando las vi por primera vez—, murciélagos, calderos y calabazas. También había una larga mesa con refrescos y snacks, y una tarima para el DJ que estaba haciendo sonar una animada canción de 5 Seconds Of Summer.

     —Iré por un refresco, ¿vienes?

     —No porque sé que irás con el trío y sigo siendo muy tímida para acercarme —soltó con rapidez—. Iré con la banda, gracias de todas maneras.

     —¿Segura? No quiero dejarte sola después de haber pasado una tarde genial.

     Se encogió de hombros.

     —Eres libre, Genesis. Pero guárdame una canción para que te haga pasar vergüenza.

     Solté una risita y la observé alejarse hacia un extremo del salón donde los integrantes de la banda del instituto bailaban descoordinadamente y reían por ello. Luego giré la mirada hacia la mesa de bebidas y como había sospechado allí estaban Tyler, Theo y Taylor charlando animadamente mientras bebían lo que parecía ponche de frutas.

     Me acerqué a ellos sigilosamente ya que no habían reparado en mí y con la única intención de molestar, le robé la boina a Theo dando un salto para llegar hasta su cabeza. Los tres voltearon a verme a la misma vez y una sonrisa se extendió por sus labios. Eran sonrisas que transmitían distintas emociones: Theo parecía divertido con mi robo, Taylor me miraba con burla a causa de mi disfraz y Tyler… ¿Tyler me sonreía con coquetería?

     —Pequeñita, creímos que no vendríamos jamás.

     —Lo siento, se me hizo un poco tarde.

     Le devolví el sombrero y él no tardó en ponerlo en su lugar. Vestía como uno de los Peaky Blinders y lucía estupendo. Llevaba un traje gris de época y el cabello peinado hacia atrás.

     —Veo que seguiste mi consejo y decidiste ser animadora —comentó Taylor y se llevó el vaso a los labios.

     —Solo por esta noche, mañana volveré a ser la hermanastra fea.

     —Deberás esforzarte mucho para dejar de ser Cenicienta, MIT.




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