Tressa de cabeza

Capítulo 9

El domingo pasó sin mayores complicaciones. Volví a mi casa a las seis de la mañana y dormí casi que hasta las cinco de la tarde. Hice tarea de la escuela y navegué un poco en las carreras que deseaba estudiar el año siguiente. Faltaban solo tres meses para terminar las clases y todavía no me decidía entre estudiar literatura en letras o matemáticas. Estaba segura de querer enseñar alguna de las dos asignaturas en escuelas secundarias, pero no lograba decidir cuál de las dos sería la mejor opción. Algo frustrada después de comparar ambos planes de estudios por enésima vez, me tiré en mi cama a mirar el techo y pensar. Al día siguiente debía empezar el gimnasio, y aún no había pensado qué les diría a mis padres. Inicialmente iba a entrenar tres días a la semana, y dependiendo de mi rendimiento Aimon me diría si necesitaría más días de entrenamiento o no. Realmente a mí me apetecía pasar todo el tiempo posible con él, me gustaba la paciencia que tenía conmigo y su manera de enseñarme. Recordé que Aimon había hablado de mandar a pedirme un traje y le escribí. Sorprendentemente me contestó enseguida, incluso como si estuviese en mi chat desde antes que enviara el mensaje.

T: Hola ¿Cómo estás? Quería saber cuánto me va a costar el traje y si existe la posibilidad de que elija el color o el diseño.

A: Buenas tardes Tressa. No quiero que te preocupes por tu traje. En cuanto tengan el diseño me lo envían y me decís si querés hacerle cambios de diseño o color.

T: ¡Genial! ¿Y cuánto va a costar? Necesito ver que me invento para pedirle plata a mis papás.

A: Te dije que no te preocupes, va por mi cuenta. ¿Te puedo hacer una pregunta?

T: No puedo aceptar un regalo así, por favor, quiero saber el precio. Sí, pregunta lo que quieras

A: Ya está hecho. No sé cómo preguntártelo de una manera que no te ofenda. No es una pregunta ofensiva pero no sé cómo te lo podes tomar y no quiero hacerte enojar o sentir incómoda.

T: Sí es sobre la apuesta, que por cierto me ganaste no te preocupes, te dije que haría lo que quisieras y sigo manteniendo mi palabra.

A: No es sobre eso, te dije que no quería el premio. Bien, lo preguntaré sin vueltas ¿Sos lesbiana?

T: jajajajajjajajajajaja dios Aimon cuando pensé que no podías ser más tierno me decís esto.

A: No le veo la gracia Tressa.

T: Es gracioso, y tierno, que te tomes tantas molestias para preguntar algo así. ¿Por qué te interesa saberlo de todos modos?

A: Nada, perdón, no debí ni preguntar.

T: Soy bisexual, pero ahora quiero saber por que me lo preguntaste. Y no me importa que no quieras tu premio, soy una persona justa y lo tendrás. Si no puedo conseguir que me digas lo que querés le voy a terminar preguntando a Baco.

A: Él fue quién pregunto por tu orientación sexual. ¿Realmente vas a insistir tanto con el premio?

T: Obvio, me ganaste de manera justa así que lo mereces. ¿Qué vas a querer?

A: Bien, lo pensaré y en cuanto sepa te lo diré.

Aimon

Me sentí algo estúpido después de enviarle la pregunta, pero la duda me carcomía la cabeza y Baco me había estado molestando con que me estaba enamorando de una lesbiana. En primer lugar, lo reprendí porque apenas llevaba una semana conociéndola, lo que hacía imposible que estuviera enamorado. En segundo lugar, si ella realmente lo era no me molestaría en absoluto, pero sabía que Baco podía llegar a hacerle la vida imposible en la escuela y no quería que eso pasara. Le mostré el mensaje a Baco y asintió en señal de aprobación.

—Qué interesante, incluso pueden hacer un trío —comentó Baco para molestarme, sabía que esas cosas no me gustaban—. O bien yo puedo hacerlo con ella y su amiga.

—No seas tan imbécil de romperle así el corazón a Eve, joderias todo con Tressa por demás — lo regañé.

—En primer lugar, te aseguro que Eve está lejos de estar enamorada de mí. En segundo, lo quieras o no y pase lo que pase, Tressa está bajo tu responsabilidad y cumplirás de cualquier modo.

—Te estoy pidiendo que no me hagas las cosas más difíciles Baco, por favor— supliqué mirándolo frustrado.

—Tranquilo, no me pasaré de la raya con ella.

Me tiré en la cama y miré el techo. Necesitaba que Tressa entrenara realmente duro para prepararla para lo que fuese que se avecinaba. Tenía la leve sospecha de que uno de nuestros compañeros de la escuela anterior, se había mudado hasta ahí con la intención de formar una pandilla de villanos. Era una ciudad súper tranquila, ideal para moverse bajo las sombras sin levantar sospechas. De todos modos, me ponía muy feliz haberme mudado, la universidad para super héroes quedaba solo a tres horas de allí y podría estudiar donde realmente quería. Mis padres estaban de acuerdo, porque los entrenamientos se sumaban a carreras normales como profesorados de matemática, literatura, filosofía, entre tantos otros. Baco ya tenía decidido que estudiaría Literatura, le agradaba la idea de ser a futuro un gran editor y tener su propia editorial. Yo todavía no me decidía entre el profesorado de Literatura y el de Filosofía, ambos me encantaban. Había comparado sus programas cientos de veces y ambos tenían materias super interesantes. Tenía que decidirlo antes de que llegara diciembre, por que era el mes donde debía inscribirme. La universidad SH era una universidad que aparentaba ser normal, pero tenía un edificio exclusivo para los estudiantes que cursaran el entrenamiento de super héroes. Se daban diferentes clases en los diferentes cuatrimestres, en un campus paralelo al normal, que estaba oculto entre los grandes bosques que rodeaban la institución.

Preparé mi mochila para el día siguiente, con las carpetas y los libros necesarios. También puse un pantalón corto y una musculosa para poder ir a entrenar después de clase.

—Baco, mañana entrenamos luego de la escuela, no lo olvides —dije dirigiendo mi mirada a su cama— y tenemos historia, así que no olvides tu libro.




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