Cuando Eve llegó lo primero que hizo fue abrazarme, y no pude evitar romper en llanto otra vez. Le había contado más o menos lo sucedido por teléfono mientras se cambiaba para venir a verme. Me acarició la espalda durante un rato, el cual me llevó calmarme y poder hablar.
— Lamento haberte hecho venir, estoy hecha un desastre— me disculpé limpiando un poco mi cara con mi buzo.
—Sí, te veo— dijo con su característica sinceridad, sacando cosas de sus bolsillos—. Primero, sonate los mocos que parece que hablas con una papa en la boca— dijo tendiendome dos pañuelitos y haciéndome reír.
— Gracias, al señor cara de papa eso le gusta— dije intentando alegrarme un poco.
—Si, pero el que te gusta cara de papa no tiene, aunque es un papanata— dijo intentando alegrar el ambiente ella también— y después del desastre que sos hoy, no te creo un carajo que no te gusta.
— Es que no es justo— me exasperé—, de verdad no quiero que me guste y mucho menos que me afecte de esta manera— tomé aire—. Incluso ya me había dejado en claro en otras ocasiones que no quería nada.
— En primer lugar, empezaste el gym, sin avisarme por cierto que estoy ofendida— me acusó con el dedo— solamente porque él lo mencionó y consideraste que sería una buena idea.
— Me pareció oportuno ahora que no estoy pudiendo ver a Lexa— me excusé.
— No importa, fuiste por él, y no te culpo, porque no elegimos quien nos gusta— suspiró y me tendió media barrita de chocolate con frutilla— ¿O vos pensas que yo quería que me guste mi ex? Era una redflag andante y así me fue.
— Pero es diferente, vos te enamoraste— dije masticando mi parte—. Y las redflags las mostró después, y Aimon no tiene redflags.
—Admitido el punto uno, que es que te gusta Aimon, pasaremos al siguiente— dijo sonriendo con satisfacción—. Siento que te está haciendo preocuparte por cosas que antes no te importaban demasiado, como tu imagen o tu forma de vestir.
— Si, bueno, quizás también estoy creciendo un poco ¿No? y ya siento que mi ropa es aniñada para mi edad— parte de mi reflexión en la bicicleta había sido eso.
— Cada quién tiene su estilo, y no creo que eso esté mal — me tironeó del buzo y me abrazó junto a ella— pero si lo que queres es un cambio de armario, conta conmigo y vayamos mañana de compras— dijo entusiasmada, era su actividad favorita.
— Si, tengo que ver en cuánto están mis ahorros, pero me parece una buena idea— contesté respirando hondo— ¿Puedo hacerte una pregunta y que me respondas con honestidad?
— Para qué estamos los amigos sino— dijo haciéndose la ofendida.
— ¿Crees que ya es momento de dejar el azul atrás? Me gusta un montón, pero quizás ya no es tan serio, y la verdad es muy difícil de combinar, y me está cansando estar tiñendo todo el tiempo las raíces, es un color complicado de mantener.
— De nuevo, estilos son estilos, siento que te queda precioso, pero es super entendible que después de dos años ya te hayas cansado— dijo con honestidad— ¿En qué color estás pensando?
—Creo que negro es la mejor opción, sé que hay un negro azulado, quizás puedo intentar con ese primero para que no sea tan fuerte el cambio y luego pasar oficialmente al negro— contesté, siendo conciente de que era un color del que no había vuelta atrás.
—Tu pelo azul es muy Tressa, pero si sentis que eso va a lograr que te sientas mejor y linda otra vez, apoyo tu decisión.
— Gracias Eve, por todo, no sé qué haría sin vos.
— Seguir teniendo un guardarropas cuestionable y hundiéndote en la miseria, sin dejar de lamentar lo triste que es la vida sin una mejor amiga— dijo moviendo sus manos de manera melodramática.
—¿Sabes qué es lo peor de todo?— cuestioné suspirando.
—¿Hay más? Estoy empezando a pensar que tenes otra mejor amiga— se quejó cruzando sus brazos.
— Le dije te quiero Eve.
—¿Y qué respondió?— quiso saber muy intrigada.
— Me ignoró por completo, aunque debo admitir que desvíe la conversación a propósito— confesé.
— Que mal día que elegiste para ir al gym la verdad— dijo apenada por mi.
Le agradecí nuevamente y nos fundimos en un abrazo muy sincero. Mi amiga estaba siempre que la necesitaba, y realmente estaba muy agradecida por ello. Y me conocía mejor que nadie, así que sabía antes que yo que sí, efectivamente Aimon me gustaba.
Llamamos a Timmy y pasamos por su casa para contarle todo lo que había sucedido, y aunque al principio se enojó y ofendió muchísimo por ser el último en enterarse y opinar sobre los cambios que pensaba realizar, la tarde terminó con los tres riendo a carcajadas. Estaba decidido, al día siguiente me acompañarían a hacer compras de ropa y el sábado por la tarde a la peluquería para poder despedir el azul de mi pelo.
Aimon
Luego de que Tressa se fuera del gimnasio, me quedé terminando mis series y meditando. Cuando se fue, no solo no se despidió ni de Baco ni de mi, sino que sus ojos estaban llorosos. No quería escribirle para saber si estaba bien, porque sentía que estaba invadiendo su privacidad, quizás había sucedido algo con algún familiar y por ello estaba así. Sin embargo, no dejaba de tener la vaga sensación de que tenía algo que ver conmigo. Repasé mentalmente todo lo que había sucedido ese día y qué palabras había usado, estaba siendo un miércoles realmente pésimo.
#831 en Joven Adulto
#6729 en Novela romántica
triángulo amoroso y sentimientos fuertes, triangulo amoros, confusión: no sabe si siente algo
Editado: 07.10.2025