Tressa de cabeza

Capítulo 15

Nos encontrábamos con Eve y Timmy haciendo la fila para entrar al boliche. Mi amigo se había decidido por un jean negro y una remera azul marino que le quedaban sumamente bien, mientras que Eve había optado por una pollera negra hasta el muslo y un top de brillos que se ataba por la espalda, estaba realmente preciosa. Había pintado sus ojos de plateado y se había puesto un gloss tornasolado en los labios. Yo había decidido salir con un jean celeste claro y un top blanco con cuello halter, que dejaba mi espalda al descubierto. Esas semanas de gimnasio comenzaban a notarse, y mi espalda estaba mucho más tonificada que antes, por lo que ese top me favorecía muchísimo. Había pintado mis pestañas de azul, para que hicieran juego con el leve tono azul con el que había quedado mi pelo, ese que se reflejaba con ciertas luces.

Luego de esperar algunos minutos y mostrar nuestro documento, pudimos ingresar. Estaba ya bastante lleno, por lo que tardamos un poco en divisar a los chicos. Ese día, Baco había decido ir con un jean negro algo más holgado de lo que usaba habitualmente, pero que le quedaba genial, y una remera blanca boxy. Aimon , por su lado, había decidido ir con un pantalón negro y una chomba blanca. Estaban instalados en uno de los sillones que se encontraban a la derecha de la barra, con Isa conversándoles como si de ello le fuera la vida. No pude evitar la cara de disgusto y cuando la miré a Eve estaba igual, porque además estaba muy sobre Baco para hablarles.

Nos dirigimos hacia donde estaban, nos saludamos todos y fuimos a por nuestros tragos de bienvenida. En la barra se nos unió Tobías, el moreno musculoso del gimnasio. Había salido con algunos amigos más, que se presentaron, y nos saludaron con especial atención a Eve y a mi. Antes de pedir nuestras bebidas, uno de los amigos de Tobías invitó una ronda de tequila para todos. Luego de terminar, cada uno tomó su vaso y nos dirigimos hacia la pista, formando una ronda mediana. En el camino, Aimon me halagó el cambio de look de mi pelo, comentando que hacía resaltar más mis ojos. Baco no se quedó atrás, y además de señalar lo mismo que su hermano, me dijo que el top me quedaba increíblemente bien, haciéndome ruborizar.

El dj era realmente bueno, y la música que sonaba era sumamente divertida y diversa, pasando desde un reggaetón viejo hasta un rkt más actual. Mixeaba las canciones con mucha naturalidad y todos coreábamos los estribillos con mucha emoción. Los tragos aparecían por parte de los varones y nosotras los íbamos pasando mientras seguíamos bailando. Cada vez había más gente en el lugar, por lo que la ronda se deformaba muy seguido y quedábamos bailando en parejas o tríos.

Comenzó a sonar El efecto de Rauw Alejandro, y uno de los amigos de Tobías se colocó frente a mí para bailar. Pude ver de reojo que Baco hacía lo mismo con Eve, y sin poder evitarlo no pude sacar la vista de ellos. Por suerte, mi compañero estaba lo suficientemente ebrio como para no notar que mientras me cantaba “Quién sabe si mañana no te vuelvo a ver? Vamo a olvidarlo de lo correcto” yo solo podía observar a Baco. Si bien me seguía moviendo y bailando, mis ojos iban y venían entre el chico que tenía enfrente y mis amigos, que se acariciaban de manera lasciva y se tentaban una y otra vez. Mi interior estaba hecho un caos de sentimientos encontrados, que el alcohol no ayudaba para nada a controlar. Si mis tobillos estaban invisibles o no, me importaba poco, no me estaba sintiendo bien. Comencé a sentirme algo asfixiada y luego de ver como Eve y Baco por fin se besaban, dejé plantado a mi compañero y salí a los empujones hacia la zona de fumadores al aire libre. Timmy que no me había sacado el ojo de encima durante toda la noche, vino detrás de mí para saber si todo estaba bien.

— Me estaba faltando el aire, nada más— expresé a mi amigo mientras respiraba para tranquilizar mis pulsaciones.

— Hay demasiada gente y hace muchísimo calor, es normal— respondió él aliviado— ¿Cómo estás pasando la noche?

— La verdad que bastante bien, la música está genial y con la atención de los amigos de Tobías me siento particularmente linda hoy— respondí sonriendo.

Era verdad, en parte, me sentía muy hermosa por las miradas de los hombres que nos estaban acompañando esa noche, pero también me percibía mucho más linda cuando me miraba al espejo. Si bien los cambios por el gimnasio iban de a poco, yo ya los notaba y me hacían realmente feliz. Además, el negro azulado del que había teñido mi pelo había superado ampliamente mis expectativas. Una vez que me sentí mejor, volvimos a entrar y nos unimos a la ronda con los demás.

La pista se había vaciado un poco por una promoción de tragos 2x1 que había aparecido en pantalla. Los varones del grupo no se quedaron atrás, por lo que quedamos Aimon, Timmy y yo. Aunque mi amigo rápidamente se excusó para ir al baño, dejándome a solas con Aimon. Como era usual en él, mantenía la compostura, mientras que a mi el aire del exterior me había dejado algo entonada. Comenzó a sonar Fresa de Tini y comencé a cantarla acercándome peligrosamente a él y su boca. Me sentía hermosa y lo demostraba bailando, aproximándome y retrocediendo mientras me movía al ritmo de la canción. Él al principio me miró algo confundido, después se relajó y comenzó a bailar a la par mía. Cuando sonó la parte de “Cuando tú me toca, toca ,toca, como me provoca, boca, boca” golpee suavemente su pecho con mi dedo índice y luego recorrí mis labios con ese mismo dedo. Pude ver como sus cachetes se tornaban de un color carmesí y me sorprendió agarrándome de la cintura para continuar bailando juntos.

Aparecieron nuevamente todos, Baco y Eve incluidos, que habían desaparecido vaya dios a saber dónde. Continuamos bailando y divirtiéndonos, y en un momento dado Tobías ofreció fumar. Aimon se había ido al baño y los únicos que no aceptamos fuimos Baco y yo. El resto salió al patio de fumadores y nosotros dos nos quedamos bailando juntos. Si bien bailábamos juntos, coqueteábamos con la gente que pasaba por al rededor. Realmente estaba disfrutando ser su compañera de baile y ver cómo la gente que pasaba nos regalaba miradas de deseo a ambos. Comenzó a sonar China y Baco se puso directamente frente a mí y empezó a cantar la canción. Yo también la cantaba, mientras seguíamos bailando pero algo más pegados que antes. Mi mente me decía que aquello estaba mal, que era el chico de mi amiga y que probablemente se acabaran de meter mano en algún lugar que prefería desconocer. Sin embargo, la cautivante mirada de Baco hacía que no pudiera sacar mis ojos de los suyos. Me cantó cerca del oído “Quería que me bailara y el dj que la música nunca me la bajara” , luego se despegó de mí y recorrió mi costado con su mano, dejando un pequeño recorrido de chispas mientras me cantaba “Y si está prendida en fuego”. El roce y el contacto con esos chispazos me hicieron volver a la realidad, por lo que me alejé un poco más de él para seguir bailando. Noté algo de frustración en su mirada, sin embargo enseguida me miró con una media sonrisa y sacudió la cabeza con negación, riendo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.