- Fechas: Mediados de los 50, hasta mediados de los 60.
- Apariencia: Chaquetas de cuerazo, pantalones vaqueros, botas, guantes y casco negro. Y una moto Triton, claro, a ser posible trucada para alcanzar velocidades inhumanas.
- Hitos: Su influencia en los primeros años de los Beatles es palpable. De hecho, la banda tuvo que aguantar muchas preguntas acerca de por qué cambiaron las chupas y el pelo hacia atrás por trajes con corbata.
- Máximo exponente: Eddie Cochran, príncipe de los rockabillies.
Existen matices diferenciales entre los rockers (o rockeros) y los rockabillies, pero conjuntamente constituyen una de las tribus con más solera de cuantas existen. Es una tribu inseparable de la música rock and roll y rockabilly y poseen algunas de las imágenes más icónicas de todas las tribus urbanas. Además, el rock and roll influye de alguna manera en casi todas las corrientes musicales modernas.
El movimiento rocker nace a principios de la década de 1950 en Estados Unidos.
Existe una conexión fundamental con el estilo musical del rock and roll, pero también es inseparable de la aparición de una serie de ídolos gigantes que encajan y fortalecen el movimiento rocker en la cultura occidental. Éstos se convirtieron en iconos culturales que generaron verdaderos fenómenos de masas tras ellos a partir de una popularidad forjada masivamente desde el cine y la música.
Estos iconos de gran popularidad están personificados en James Dean (Rebel without a cause, 1955), Marlon Brando (The wild one, 1953) y Elvis Presley (Jailhouse rock, 1957) y responden a personajes de mentalidad rebelde o innovadora, que por su actitud y comportamiento plantean conflictos de valores dentro de la sociedad conservadora de la época. Las películas que presentamos como referencias son auténticas declaraciones de principios del movimiento y en su momento representaron un excelente vehículo de expansión de la ideología tras de la tribu rocker a nivel planetario. Ello tuvo un valor tremendo en un momento en que aún no existía Internet y los medios de comunicación globales no estaban ni muchísimo menos desarrollados de modo pleno.
Hay un último elemento que con el tiempo ha ido perdiendo algo de peso en esta tribu, pero que fue clave en su aparición: el uso de motocicletas y, conforme se acercaba el final de los 50’s y se adentraban en los 60’s, los automóviles. De hecho, antes que en Estados Unidos, en Inglaterra ya aparecen en los 50’s los llamados “ton-up boys”, auténticos predecesores en Europa de los rockers motociclistas y que comienzan a ligar la imagen rocker con la velocidad y las motos. Ambos, motocicletas y automóviles rockers, adquieren una estética muy propia y sirven también para identificarlos y forjar el paradigma visual de esta tribu ligado al motor. Si a ello le unimos que son los años en que las industrias automovilísticas se desarrollan más, podemos comprender que tras de esa identificación también había un punto de dichas industrias de “hacerse deseables” a la jóvenes generaciones a través de la presentación de personas de referencia que respresentaban figuras aspiracionales.
De hecho, estos iconos aparecen también en las películas más típicamente ligadas al inicio y consolidación de este movimiento (Rebelde sin causa, Salvaje, Grease o Easy rider). Eran numerosos los rockers que competían en carreras de motos y coches, incluso de manera ilegal, al margen de circuitos o competiciones oficiales y regladas (James Dean, por ejemplo participaba en carreras de coches y, acudiendo a una de ellas tras finalizar el rodaje de Gigante, falleció en un accidente de carretera).
La estética rocker es una de las más características entre las tribus urbanas. ¿Quién no ha visto alguna película sobre ellos o se ha cruzado con algún o alguna rocker?
En la vestimenta y aspecto de los hombres, son indispensables el mítico tupé con patillas largas, la gomina (es mítica la marca Brylcreem), las cazadoras de cuero negro o vaqueras, a veces también las chaquetas universitarias o de high school, los pantalones tejanos a menudo con el dobladillo ancho y usualmente cortos, las hebillas de metal, las camisetas de algodón de manga corta (blancas o negras) y las camisas de cuadros o lisas de colores clásicos, habitualmente remangadas y abiertas. También usan insignias, parches o escudos en la espalda. Y su calzado más típico son sin duda las botas camperas de largas punteras e incluso con espuelas, hebillas y tachuelas en los casos más extremados; también emplean deportivas blancas y zapatos teddy boy en blanco y negro combinados.
En las mujeres, abundan los cabellos teñidos, los recogidos de pelo con pañuelos y numerosas horquillas. Al igual que los hombres emplean camisas remangadas y camisetas ajustadas de colores básicos (blanco y negro habitualmente), a veces incluso con tirantes si quieren mostrar un look más masculino. Hay diversas tendencias y algunas mujeres de esta tribu optan por los vaqueros ajustados, algo cortos y con dobladillos, otras prefieren las faldas de tubo bien sea de tela o de cuero, muy ajustadas; finalmente, otras, de corte más clásico, optan por vestidos con cancanes. Los calzados suelen ser de zapatos de tacón bastante extremados. Especialmente en el ámbito rockabilly, abundan los tatoos, muy coloridos y por todo el cuerpo llegando hasta el cuello.
A menudo se asimilan en la misma tribu los movimientos rocker y rockabilly. Y es cierto que son muy semejantes, pero las diferencias (fundamentalmente musicales) existen.
Puede decirse que el rock and roll tiene una gama de ritmos más amplia que el rockabilly y surge de la mezcla de varios subgéneros estadounidenses como son el rhythm and blues y diversos ritmos afroamericanos. En ambos casos, las guitarras eléctricas están presentes, pero si uno de los dos las hace suyas “por definición”, ése es el rock and roll. Por su parte, la música rockabilly es en verdad un subgénero del rock and roll que surge como fusión del rock and roll de los comienzos y del hillbilly (que es el sonido country del Sur de los Estados Unidos).
El rockabilly tiene un sonido más directo, sincopado y lineal que podemos decir que “mezcla” sonidos blancos y negros y a menudo prescinde de las baterías, sustituyéndolas por contrabajos golpeados, o emplea baterías tocadas con escobillas para suavizar su sonido. El rock and roll tiene un ritmo más marcado, es más afro y por ello la percusión de la batería siempre suele estar mucho más presente. Lo cierto es que ambos son géneros bailables. ¡Muy bailables!