Tristan Devoe

1

Días y noches, luz y tinieblas. 
Quiero decir, no sé qué estoy haciendo aquí, los días son largos y las noches aún más, me gusta que me dejen salir con mis amigos en el bosque, aproximadamente son veinte chicos y chicas… pacientes de un proyecto. 
Se que no puedo morir, ni porque más quisiese. Era hora de dormir, la peor hora del mundo, nos desnudaban, y nos acostábamos sobre camillas, nos enrollábamos como caracoles y la temperatura siempre era caliente. 

—Despierta bella durmiente— una voz suave me hablaba. 

Dios me duele la cabeza, no puedo abrir los ojos, se siente como si estuviesen pegados con goma, mi cuerpo dolía, sentía vacío y oscuridad. Intenté abrir los ojos nuevamente y dolía un poco intentarlo hasta que lo logre. Vi borroso la silueta de tres chicas y no estaba en el laboratorio. 

—¿Dónde estoy? —pregunté asustada sin fijarme en los rostros. 

—llegaste de Berlín ayer… ya le dijimos a mamá que llegaste bien y papá fue a comprar tu medicación—respondió, son mis hermanas. 

—Tristan nos alegra mucho que estés aquí— dice una de mis otras hermanas. 

Vienen donde mi y me dan un abrazo entre las tres, ellas son Alaia, Aisha y Amelie, al respirar sentí el olor a jabón y rosas que salía de sus poros o piel, no estoy segura. Terminé el abrazo apartándolas de la cama. Ellas me miraron con confusión ya que no les veía desde hace un año ya que yo vivía con mi mamá en Berlín. Todas somos de Alemania, pero cuando íbamos creciendo mis padres decidieron divorciarse y yo me quedé con mamá. Y estaba en una escuela privada y nos llevaban a proyectos y viajes de verano, al último que fui fue a Moscú hace dos años, cuando tenía catorce años. 

Estoy segura que fue uno de mis mejores viajes y seguramente mis amigos ya están con sus familia de donde ellos provienen, solo que no los recuerdo en absoluto. Hace aproximadamente me detectaron un trastorno que no tiene cura, es el Trastorno de identidad disociativo, porque cada vez que mi otra personalidad o identidad toma el control yo no recuerdo nada es como un agujero negro o vacío que es casi imposible de que lo recuerde. 

—tierra Tristan… — me hizo volver a la realidad Aisha. 

—¿mi celular? —pregunté quería hablar con mi mamá. 

—en la mesita de noche— respondió Amelie confundida. 

—Quiero estar sola— dije más calmada. 

Ellas a sintieron y salieron cerraron la puerta cuando de fueron, yo me quedé parada por unos minutos, trataba de estabilizarme para que el horrible dolor desaparezca. Esto no se siente como estar en casa, esto es tan diferente a cuando vine a vivir aquí por seis meses. Hace así un año. Cogí mi celular y tenía notificaciones nuevas, en Instagram, y llamadas de una amiga llamada Melanie, bueno no es una amiga es lo mas cercano que tengo a una, otras de Adam mi mejor amigo, y mamá. 

Entre a Instagram para recordar algo, en mi historia solo salía una foto tomada desde el avión privado y puse “Home” y wow, nada más no recuerdo nada más. Alguien tocó la puerta: 

—Tristan soy papá… —dijo a través de la puerta, yo no sabía que responder—, tus hermanas dijeron que estabas confundida porque no recuerda nada— agregó y de nuevo no le di una respuesta—, tan solo si me dejas explicarte… 

Fui hacia la puerta y la abrí, ahí estaba él, estaba con su traje de trabajo, muy elegante ya que es abogado, tenía barba bien cuidada, sus ojos verdes estaban con una chispa de alegría, podía notar que le iba bien en el trabajo, en su compañía. Tenía una bolsa de plástico habían tubos de medicamentos. Me aparte y lo deje entrar. El se quedó parado a unos pasos de la cama y yo me metí de nuevo en ella, me arrope y recosté mi espalda en la cabecera de la cama. 

—Ayer después de que entraste al avión me dijeron que te sentías mal con un horrible dolor de cabeza… pues ella te dio uno de los calmantes porque empezaste a tener un ataque de pánico, decidieron que dormiría un rato—explicó—, dijo que despertarías confundida y probablemente tengas un dolor de cabeza pero nada más que eso, y Adam fue a recogerte cuando llegó a casa el te subió y te acostó en la cama, todos sabían que no ibas a despertar hasta hoy… y vengo a dejarte esto—el camino hacía mi cama y me dio la bolsa de plástico, se sentó en la cama—. Mi princesa mamá vendrá en una semana para venir a verte y a tus hermanas sabes que queremos lo mejor para ti. 

Yo asentí y no tenía la necesidad de hablar, el me dio un beso en la frente y un abrazo, y le devolví uno, con papá no hemos tenido una relación muy cercana ya que prácticamente me crie sola con mamá y él crio a mis tres hermanas más. Unos segundos después el se separó y dijo: 

—alístate hoy es tu primer día como tu madre te dijo ayer— me aviso. 

—Yo… —logre decir, nada más salía de mi boca ¿por qué? 

—si no quieres ir hoy está bien—dijo mientras se acercaba a la salida.  

—No, si voy a ir  

El me dio una sonrisa y salió cerrando la puerta detrás de él. Estaba sola nuevamente y no quería ir a la preparatoria pero prefiero eso a quedarme aquí.  

Me levante y fui al armario a buscar un conjunto para ponerme. Escogí un jogger color negro, una blusa pegada al cuerpo de tiras color negro, una sudadera y unas converse del mismo color. Lego lo deje sobre la cama y me dirigí al baño. Me di un baño refrescante y relajante. A lo que salí de la ducha me cepille la boca y seque mi largo cabello lacio.  

Luego me vestí y fui al tocador puse algo de maquillaje, bueno solo para las pestañas y nada mas. Busque en el armario una mochila, solo tenía la del año pasado que creo que use una vez era de color azul marino, al igual que mi collar con gema lapislázuli. Guarde mi celular en el bolsillo del jogger y salí de la habitación.  

Baje las escaleras y fui directo a la cocina, mis hermanas estaban desayunando, eran las 7:30 y entrábamos a las 8:00, desayuné por suerte la preparatoria quedaba a diez minutos de mi casa. Mis hermanas mayores se fueron en el Audi negro de Aisha porque ellas iban a la universidad que quedaba un poco más lejos. Amelie vino conmigo en el coche de papá. Ella iba en el asiento de copiloto y yo estaba atrás mirando a la ventana.  
Nadie dijo una sola palabra, pero Amelie estaba en chat con alguien y se reía. Se que es popular aunque no pertenezca al equipo de porristas. Es más por su belleza y porque a salido con los chicos más populares o la mayoría.  

-- 

Llegamos a la preparatoria, ella se despidió de papá, y se bajó, desapareció con sus amigas yo estaba nerviosa y me quedé dentro del coche unos minutos. 

—lo harás bien, confía en ti y entra allí— me dijo alentándome a bajar. 

Le hice caso y me baje, me di la vuelta y el desapareció. Me motive para entrar, mientras caminaba por los pasillos algunos me miraban y otros hablaban en susurro de mi. Se que tenía que ir a donde la directora para hablar sobre retomar el año y darme mi horario.  

Al entrar me doy cuenta que ella no estaba sola, ella estaba hablando con dos chicos. Uno tenía el cabello bien peinado de color rubio y el otro tenía el cabello de color azabache, estaba despeinado que le daba un toque ¿masculino? . Ellos me miraron al igual que la directora. 

—Yo… puedo venir más tarde— dije casi intentado salir de nuevo 

—No, —se negó la directora— ellos ya se iban— dijo mirándome—, y chicos no vuelvan a meterse en problemas o los sacare del equipo… 

Ambos me dieron una vista rápida, el que era rubio me dio una sonrisa y el que tenía el cabello azabache hizo una sonrisa mostrando los dientes. Ambos eran a puestos, el rubio tenía los ojos grises casi azules y el de cabello negro tenía los ojos color verdes. 

Me dirigí hacia el escritorio y la directora me hizo seña para sentarme. Ella tiene los ojos color azul, su cabello era negro y se podía ver algunas canas, era delgada y parecía de al menos unos cincuenta años. 

—Tu padre dijo que te reincorporarías de nuevo— me dijo y yo asentí con la cabeza hoy no estaba dispuesta a hablar—, bien quiero que me digas como te sientes, Tristan nos llegó tu informe quería saber si te sigues mediando… 

—Yo estoy bien y estoy medicada, tengo que ir al psicólogo dos veces a la semana… —respondí. 

—Bien, ahora ya entraron a clases este es tu horario— me dio una hoja—, espero que te sientas cómoda y cuando no vienes aquí ¿si? 

—Si. 

Me levante y salí, ahora me toca literatura con la profesora Montgomery, al dirigirme a la clase pasé por mi casillero, se que aún tenía mis cosas y necesitaba mi libreta para dibujar  ya que tengo la mochila vacía y necesitaba muchas cosas más. Guarde lo que necesitaba y llegué a la clase. 

—Señorita DeVoe— dice la maestra—, es un placer tenerla de vuelta. 

—pues, es muy raro para mí— respondí algunos me miraron y algunas chicas dijeron algo al oído de la otro chica. 

—Bien, señorita siéntese y preséntese ya que la mayoría no la conocen y nos pidieron que hagamos eso con todos para que se sienta cómoda— dijo en voz alta a toda la clase. 

Me dirigí a los puestos de atrás ya que estaban vacíos y me fastidian las personas, yo dejé la mochila en el piso y me quedé parada—. Soy Tristan DeVoe, estudie hace un año aquí y luego fui a vivir con mi mamá a Berlín y volví de nuevo 

—Tristan ¿nos podrías decir porque viniste a vivir aquí con tu padre? —preguntó la maestra 

—Sí, vine aquí porque mi comportamiento se estaba volviendo agresivo tenía la necesidad de golpear a mi madre cuando me enojaba o incluso tenía ataques de ira y yo iba al bosque mi mamá se entero que asesinaba a conejos o ardillas o cualquier cosa que me diera placer al hacerlo, por eso ella me pidió venir aquí con mi padre y estoy bien ahora… estoy medicada y tengo que ir dos veces por semana al psicólogo para que tenga ya un diagnostico y tenga como tratarme— dije con un toque de diversión al ver la cara de mis compañeros asustados—, no se asusten esa no es la razón— algunos pusieron cara de alivio. 

—Tristan— soltó la maestra en reclamo—, ¿nos puedes decir sin chistes? 

—Sí, vine aquí porque estoy cansada de mi mamá y el aire que nos rodea, no mentí cuando dije que estaba medicada y lo de ir al psicólogo— mi voz era neutra y fría 

—bien chicos es su turno de presentarse —dijo la maestra en tono de motivación 

Al pasar unos minutos ya se había presentado casi toda la clase, creo que faltaban cinco personas. 

—Soy Ian Gray, como saben soy el capitán de fútbol y me mude aquí hace un año, venía de Moscú mi familia es proveniente de Inglaterra y de Italia, durante muchos años estuve en un programa de adolescentes de mi misma edad—era el chico rubio que estaba con la directora, su voz era ronca y varonil, se que la recordé no se porque pero me es familiar—, y los últimos meses del año anterior recién pude venir tomando el curso nuevamente… 

Preste atención a cada una de sus palabras, el chico me es familiar pero no lo recuerdo en lo absoluto, al alzar la mirada el estaba de pie y nuestra mirada de cruzó por segundos, también me dio una sonrisa. Algo estaba mal. 

—Bien nos quedan siete minutos les voy a hablar de su proyecto—dijo dándose vuelta escribiendo al pizarrón—, el proyecto se dará la próxima semana en grupo de dos personas, quiero que sea intelectual y tenga un mensaje claro y directo, que tenga que ver con tecnología o un proyecto creando una nueva, pero al ser presentada será en poesía— explico—, quiero que sea una presentación en 3D y el ganador del proyecto será exonerado de exámenes en mi materia, no se preocupen yo haré los grupos de trabajo y se los diré mañana. 

Sonó el timbre y todos salieron, yo espere a que todos salgan porque tenía que hablar con la maestra de algunas cosas por llegar tarde. 

—Señorita DeVoe venga un momento— se sentó sobre el escritorio me di cuenta que yo no era la única que no había salido—, y señor Gray también…— ambos fuimos —, chicos sé que ha sido difícil incorporarse nuevamente especialmente para ti señorita DeVoe, y no quiero presionarlos a ambos, al menos en mi clase… Ian te dejo a cargo enseñarle a acoplarse al menos en mi materia quiero que vayan a la biblioteca el día miércoles de esta semana allí yo estaré porque necesitamos un trabajo.. 
—Bien— dijimos los dos al mismo tiempo. 

Me di la vuelta y salí primero que él, negué con la cabeza y vi a Amelie, ella estaba con sus amigas y me llamó. Fui donde ella. 

—Tristan papá me escribió y dijo que no nos podía venir a ver más tarde, yo iré con mi grupo a la salida y te vendrá a ver Alaia en el coche ¿Ok? 

—Ok —respondí me fije en el resto de chicas que estaban alrededor de mi hermana. 

—Bien, tengo que ir a clases y por cierto sonríe más que eres hermosa y no queremos que todo el mundo piense que eres psicópata— dijo sonriendo. 

La vi desaparecer por el pasillo, ahora me toca química con el señor Robets. El laboratorio queda en el segundo piso, me dirigí hacia allí. Muchos me recordaban pero otros solo no sabían quien era, pero hoy se sentía más duro que la primera vez que vine a vivir con papá. Las horas de clases fueron duras. 

Unas horas más tardes yo era la última en el salón, estaba recogiendo mis cosas, hasta que la puerta se abrió y entró Ian, pero lo más extraño es que hace un rato no había nadie detrás de mi, ahora está el chico que estaba esta mañana con Ian. 

—¿Quién eres? —pregunté muy nerviosa 

—Nos conoces… soy Dorian 

Dorian. 




 



#13751 en Fantasía
#5531 en Personajes sobrenaturales
#8341 en Thriller
#4809 en Misterio

En el texto hay: suspenso drama, amor dolor

Editado: 06.06.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.