Estaba enojado, pero no sabía si estaba enfadado con ella; solo sabía que alguien del equipo había muerto por culpa de Bill. El viaje hasta la casa de Eve fue silencioso. Tanto que Ares sintió la necesidad de decir algo a Luca:
—Creo que tienes que hablarle. Lo puedo ver en tu cara; ella no tiene la culpa de nada.
Luca se quedó callado; asintió apenas y siguió conduciendo hasta llevarlos lejos del peligro, a un lugar donde se encontraba su amiga Eve Kim. Ella estaba a punto de salir de la torre, mirando su celular. Al verlos, se detuvo y, sin más, corrió hacia Ares y lo abrazó.
—Para nada —dijo—. De hecho, es un gusto que estés aquí. ¿Cómo te fue viajando?
Aubrey y Luca se miraron; por primera vez Luca pudo ver lo cansada que estaba ella. No dijo nada y se limitó a observar la escena como si fuera un espectador. Eve notó la presencia de los otros y preguntó a Ares:
—¿Quiénes son ellos?
—Necesitan tu ayuda —respondió Ares.
Ella no dudó en ayudarlos y los llevó a su casa, ella confiaba mucho en Ares, sabia el no era capas de mentirle a ella. Durante el camino habló con Luca, ya que Aubrey tenía la mirada perdida, como si su mundo se estuviera derrumbando por dentro. No entendía qué pasaba; solo sabía que su vida estaba a punto de desmoronarse. En cambio Luca usó todas sus fuerzas para estar presente, dispuesto a responder todas las preguntas que Eve pudiera hacerle. Ares conducía; Eve iba en el asiento delantero y, con el tono más amable que pudo, preguntó:
—¿Quiénes son ustedes y pueden explicarme qué está pasando?
—Me llamo Luca Valen y ella es Aubrey Holmes —respondió él—. «Qué es lo que está pasando» es una pregunta complicada; creo que no querrías escucharla.
Eve replicó con firmeza:
—Si no sé qué está pasando, ¿cómo quieres que te ayude?
Luca tomó aire y le explicó todo: sus objetivos, lo que querían hacer, todo. Eve quedó impresionada con su relato. Cuando terminó, preguntó:
—Es increíble que hayan creado un código capaz de derribar los muros de la Red. Pero tengo una pregunta importante: ¿cómo iban a hacer para que las cosas que saquen de la Red permanezcan en la realidad solo por un tiempo limitado?
Luca respondió con cierto orgullo:
—El código tiene algo llamativo: lo programé durante años para que se adaptara, para que aprenda a solucionar conflictos. No solo derrumba barreras; también es capaz de adaptarse... como un fantasma.
Eve lo miró seria.
—No tienes ni idea de lo que has hecho.
Luca, desconcertado, preguntó:
—¿A qué te refieres?
—Que lo veas como algo divertido no lo convierte en tal —dijo ella—. También puede usarse para el mal, y si cae en manos equivocadas puede causar muchísimo daño. Espero que seas tú quien tenga el código; tenemos que destruirlo.
Luca, desesperado, respondió:
—¿Qué? ¿Por qué tengo que destruir mi trabajo solo porque alguien en un futuro hipotético lo pudiera usar para algo malo?
Eve le dijo con contundencia:
—Porque eso puede tomar muchas formas, como tu lo digiste ; podría convertirse en un código que destruya todo. Y eso no puede pasar. Dime que tú tienes la copia y que solo tú la tienes.
Aubrey tomó valor y habló:
—Bill tiene la copia del código y quiere borrar toda la Red solo porque su primo obtuvo el poder de la compañía.
Eve frunció el ceño:
—¿Cuál primo? Julian no tiene primos, por lo que sé.
Aubrey respondió:
—Bueno, ahora las cosas son diferentes.
Cuando llegaron a la casa de Eve, Aubrey se quedó con la boca abierta. Luca, con una sonrisa nerviosa, dijo:
—Esta es la vida que me merezco.
Aubrey, tratando de calmarse un poco, soltó:
—Esa era la vida que tenías antes de querer hacer lo que se te diera la gana, Luca.
Eve les dio todo lo que necesitaban. Aubrey se fue a descansar por petición de Luca, pero antes de subir a su habitación le dijo a Luca:
—Yo no maté a Olen.
Él le respondió:
—Pero tampoco hiciste nada para pararlo.
Eso lo tensó de nuevo; empezó a caminar por el jardín. Eve lo vio y le dijo:
—Si quieres hacer algo, hazlo ahora. Dime: ¿tienes una copia?
—Sí —contestó Luca.
—Perfecto. Quiero revisarla —dijo Eve.
Luca le entregó una memoria y ella la llevó a una habitación donde tenía varios equipos y un ordenador. Luca se quedó observando lo tecnológico que era todo. El tiempo pasó rápido; cuando Eve volvió a mirarlo dijo:
—Esto es impresionante. ¿Cómo pudiste hacer esto? Es demasiado complejo.
—Cuando eres el mejor solo puedes hacer cosas perfectas —respondió él.
Eve negó con la cabeza:
—Ese concepto no existe.
(Pensativa) —Creo haber escuchado tu apellido antes... ¿tu padre no es cantante?, ¿verdad?
—Lamentablemente, si —dijo Luca con ironía.
Eve sonrió con cierta complicidad y volvió a mirar el código:
—Voy a necesitar tiempo para crear algo que destruya tu programa. Será difícil, pero si colaboras puede que te contrate... y solo talves te regale esa moto de luz que tanto quieres.
Luca sonrió y respondió:
—Trato hecho.