Tron: el codigo fantasma

volviendo al juego... ¿pero a que costo?

Bill estaba en la cárcel, encadenado en su celda dando vueltas. Estaba enojado por lo que había pasado, pero aun con eso tenía la esperanza de manchar el nombre de su familia; tenía la esperanza de que el día que lo llevaran a juicio pudiera contar toda la verdad, llevando a la empresa de su abuelo a la quiebra. Pero de repente un hombre que estaba en la misma celda que él le bloquea el paso para decirle: —¿Quieres quedarte quieto? No me dejas dormir —poniendo una mano en su hombro. Bill se enoja y le mira a los ojos: —Si vas a hacer algo, hazlo ahora; no tengo tiempo para ti.

El hombre lo empuja y le pregunta: —¿Quién te conoce a ti? ¿Acaso crees que puedes hacerme daño?
Bill le responde de la forma más calmada posible: —Puedo hacer muchas cosas; incluso puedo partirte el brazo si deseo, pero ahora no deseo hacerlo.

El hombre lo empuja con fuerza haciéndolo caer al piso. Él solo se levanta y le dice: —Hubiera deseado no haber hecho eso jamás.

El hombre lo mira, ríe y, antes de irse sin advertirle, añade: —Si tienes el culo inquieto, solo dime.

Bill solo pone los ojos en blanco y se sienta en la cama, mirando hacia la pared. No había pasado más de un día y ya querían hacer cosas ilegales con él. De repente comenzó a pensar y preguntarse: —¿Será que ya sabe que estoy aquí?

No terminó de pensar eso cuando aparecieron unos policías diciéndole: —Alguien ha pagado tu fianza.

Cuando sale del lugar, ve a lo lejos un carro. Él intenta irse por otro lado, pero unos guardias lo guían al carro. Dentro de él estaba su padre, más viejo de lo que recordaba, en silencio. Él no quería subirse, pero lo obligaron. Bill le preguntó: —Así que, por fin, muestras la cara.
Él solo lo mira y le dice: —Solo lo hago para que me dejes en ridículo.

Bill se enoja y le dice: —Ya lo hiciste, tu sobrinito. ¡Qué inteligente es!

Él le responde: —¿Y tú lo eres más? Me imagino que no. Querías borrar la red con alguien adentro, y no dudes que si lo hubieras hecho te habría acusado de eso. Pero quiero preguntarte una cosa: ¿por qué?

Bill le dice: —¿Quieres saber por qué? Porque le diste la compañía al imbécil de mi primo, el borracho. Él solo está llevando a la compañía a tener una mala imagen y tú no quisiste que estuviera en lo alto. Yo sí me esforcé solo para que me vieras, y nunca lo intentaste; siempre miraste para otro lado solo por ser el bastardo.

Él le dice: —Uno, él es mayor que tú; puede que sea un idiota, pero gracias a mi hermana la compañía es lo que es ahora. Tu madre solo se murió en una cama sin hacer algo interesante en su vida. Que hayas ganado una beca en una de las mejores universidades no es gran cosa; me parece muy bajo de tu parte que tengas que hacer todo esto.

Bill le dice: —Tuve que hacerlo para que ustedes pudieran verme, para que supieran que soy una amenaza.

Él le pregunta, tomando el celular y escribiendo como si el que estaba a su lado no fuera su hijo perdido sino cualquiera: —¿Pero por qué lo haces si se supone que tu primo está llevando la compañía a la quiebra? ¿Te estás molestando de más?

Bill le dice, enojado, como si quisiera cambiar de tema: —Parece que te estoy haciendo daño; si no, no me hubieras sacado de ese lugar.

Al escuchar eso, él levanta la mirada del celular y le dice: —Si te saqué de ese lugar fue para que no pusieras en riesgo mi reputación y para que no salieras más ridiculizado de lo que estabas. Además, caíste como anillo al dedo: vas a ser tú quien saque a tu querido primo de la red.

Bill dice: —No.

Él le responde: —No tienes opción; ya quedaste muy derrotado a este punto.



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En el texto hay: fanfic, disney, tron

Editado: 16.11.2025

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