Tron: el codigo fantasma

cerrando asuntos

Eve estaba mirando el horizonte, tratando de anticipar lo que estaba por venir. Sus pensamientos giraban alrededor de todo lo que Luca le había dicho, y al mismo tiempo sentía el peso de aquello que la red había provocado en el mundo. Sus dedos se llevaban solos a la boca, mordiéndose las uñas sin darse cuenta.

Ares estaba detrás de ella, observándola en silencio. No quería interrumpirla, solo la miraba, presente. Cuando ella sintió su cercanía, se giró bruscamente. El susto la hizo soltar un pequeño grito.

—¿Nadie te dijo que no se hace eso? —dijo con el corazón agitado.

Ares caminó hacia ella con calma.

—Es difícil... —respondió—. Las relaciones humanas. Hasta hace poco yo estaba en un mundo hecho solo de datos. Así que, para responderte, no, nadie me dijo que eso podía molestar.

Eve suspiró, con una pequeña sonrisa.

—Alguien tiene que enseñarte algunas cosas de los humanos... ya que vas a pasar el resto de tu vida aquí.

—Lo sé —dijo él, bajando la mirada—. Pero no encontré a nadie que pudiera hacerlo. Así que... tal vez tú puedas enseñarme cómo es ser humano.

Eve sintió que sus mejillas se calentaban. Desvió la mirada, riendo suavemente.

—Bueno... creo que eso va a ser difícil.

Ares dio un paso más, acortando la distancia entre ellos.

—¿Por qué sería difícil? —preguntó, con una voz que casi parecía un susurro.

Ella lo sintió muy cerca. Ese tipo de cercanía que había imaginado, pero no esperado tan pronto.

—¿Y... qué quieres que te enseñe? —preguntó con voz suave.

—Quiero que me enseñes lo que significa ser humano —dijo él—. Lo que se debe hacer... y lo que no.

Eve apoyó su mano en su pecho para detenerlo un poco.

—Eso... eso que estás haciendo —murmuró.

Él se detuvo.

—¿Te estoy molestando?

Ella respiró hondo, con la voz temblorosa:

—No lo sé... estoy nerviosa por todo lo que está pasando. Apenas ha pasado una semana desde lo que ocurrió... y apenas supe dónde estabas hace dos días. Todo va tan rápido... que siento que no puedo pensar.

Ares, con la mayor delicadeza que aprendía en ese instante, se acercó y la envolvió entre sus brazos. Eve no lo dudó: lo abrazó con fuerza, como si no quisiera soltarlo jamás.

—Estoy tan feliz de que estés aquí... —susurró contra su pecho—. No sabes cuánto.

Ares se quedó quieto, procesando el significado de ese gesto, hasta que ella murmuró:

—Si alguien te abraza... tú también debes hacerlo.

Él cerró los brazos alrededor de ella, suave, como si temiera romperla.

—¿Así? —preguntó.

—Así —respondió con una sonrisa pequeña—. Esto es lo que hacen los humanos cuando quieren o aprecian a alguien.

Él inclinó el rostro, más cerca, sus ojos buscando los de ella.

—¿Y tú... me quieres? ¿O solo te parezco?

Eve lo miró fijamente, el corazón golpeando fuerte.

—No lo sé —confesó, con sinceridad desnuda—. Apenas te conozco desde hace dos semanas... no sé si lo que siento es lo correcto.

—¿Y quién decide qué es correcto? —preguntó él, suave, casi cálido.

—La sociedad —respondió, casi sin pensarlo.

Ares sonrió, con esa serenidad que parecía no pertenecer al mundo humano.

—¿Y por qué debería importarte lo que la sociedad dice? Por lo que aprendí... la sociedad es solo un concepto.

Eve lo miró... y algo en ella se soltó.

—Se supone que yo debería enseñarte a estar en este mundo... —susurró antes de acercarse.

Y lo besó. Un beso lento, sentido, lleno de todo lo que no sabía cómo decir.

Ares la miró a los ojos, todavía muy cerca.

—Entonces... ¿me quieres? ¿O solo te parezco?

Eve apoyó su frente contra la de él.

—Te amo —dijo.

Y esta vez no dudó.



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En el texto hay: fanfic, disney, tron

Editado: 16.11.2025

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