Tron: el codigo fantasma

cuando los fantasmas aparecen

Todo estaba en calma, como si el mundo hubiera decidido detenerse un instante para tomar aire. En algún lugar lejano, donde nadie sabía sus nombres ni sus historias, se extendía un paisaje de ensueño. El sol apenas comenzaba a asomarse detrás del horizonte, bañando la playa con tonos dorados y rosados que se deslizaban sobre la superficie tranquila del mar. Era el tipo de lugar que cualquiera desearía para escapar del ruido del mundo... y Sam por fin lo tenía.

La casa frente al mar respiraba quietud. El murmullo de las olas llegaba hasta el balcón donde Sam estaba sentado, con una cerveza fría en la mano, observando cómo el nuevo día nacía. Aunque los años habían pasado, apenas se notaban en él; más bien parecían haberlo suavizado. Vivía la vida que alguna vez había soñado: sencilla, serena, sin responsabilidades que lo ahogaran.

Dentro de la habitación, sobre la cama revuelta y cálida, descansaba Quora. La misma chica a la que una vez ayudó a escapar de la red. Dormía profundamente, con el cabello extendido sobre la almohada como un pequeño océano oscuro, respirando con esa paz que solo tienen quienes confían plenamente en quien está a su lado.

Pero Sam no lograba disfrutar del amanecer. Una inquietud punzante le atravesaba el pecho. Tenía el impulso de llamar a Eve, de preguntar si todo iba bien, pero se contuvo: no quería volver a escuchar preocupaciones, códigos, amenazas... por algo se habían alejado tanto. Buscaba silencio. Calma. Un respiro.

Entonces el teléfono vibró.

Lo tomó rápido, antes de que el sonido despertara a Quora. Pero al escuchar la voz de Eve al otro lado, sintió que el aire se le congelaba. Algo estaba mal. Muy mal.

Mientras Eve le contaba lo ocurrido, Sam se puso tenso, intentando no alterar el ambiente. Pero fue inútil: Quora ya estaba despierta. Lo miró con preocupación y le preguntó en voz baja:

—¿Qué está pasando?

Sam dejó el teléfono a un lado y se sentó junto a ella, sintiendo que la suavidad de la cama chocaba con el peso de la noticia.

—Al parecer... —respiró hondo— un Dillinger quiere borrar la red. Y algo más. Algo grande.

Quora se incorporó de inmediato. Sus ojos, aún adormilados, se llenaron de determinación.

—Voy contigo.

Sam negó, casi con desesperación.

—No quiero que vayas. Puede ser muy peligroso.

Ella tomó su mano, firme, cálida, como si con ese solo gesto pudiera anclarlo para que no huyera del mundo.

—También es peligroso para ti. Y no pienso dejarte ir solo. No otra vez.

Sam bajó la mirada. La idea de exponerla a algo así le hacía un nudo en el corazón.

—Por eso quiero que te quedes... —susurró él— porque no quiero que vuelva a pasar lo de la otra vez.

Quora lo acercó a su pecho con suavidad, obligándolo a mirarla a los ojos.

—Estamos en esto juntos —le dijo, con una convicción que casi dolía por lo sincera que era—. Vamos juntos, sí o sí.

Sam la observó unos segundos, en silencio, dejando que la luz del amanecer se reflejara en su rostro. Y entonces la abrazó con fuerza, como si ese abrazo fuera la única certeza que le quedaba en el mundo.

—Está bien —murmuró finalmente—. Vamos juntos.



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En el texto hay: fanfic, disney, tron

Editado: 16.11.2025

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