Tron: el codigo fantasma

un encuentro inesperado

Habían pasado unos días desde que Eve y Sam se comunicaron.
Eve estaba nerviosa, igual que Aubrey.
En cambio, el único sentimiento que tenía Luca era la culpa.
Tenía que decirle en la cara al hijo de la persona que lo había inspirado que el sueño de su padre estaba siendo profanado por alguien que no tenía nada que ver con él.

Lo único que podía hacer era caminar por toda la casa como si fuera un preso en una cárcel, y el silencio que venía de la naturaleza solo hacía que su mente tuviera más poder sobre él.

Eve se estaba comiendo las uñas, sentada en su sala, mientras Sam la miraba con preocupación. Quería decirle algo, pero tampoco sabía qué.
Hasta que Ares tomó la iniciativa.

—Tenemos que hacer algo urgente. No podemos quedarnos viendo, esperando a que algo pase —dijo. Luego miró a Eve—. Necesitamos que todos estén reunidos para comenzar a hablar.

—Todavía no… todavía no —respondió Eve, apurada, casi suplicando.

Sam miró a Ares y preguntó:

—¿Quién es él?

Ares miró a Eve antes de responder.

—Un… —se quedó pensando unos segundos—. Un compañero de Eve.

Quorra lo observó con seriedad.

—¿Qué eres… y de dónde saliste?

Ares contestó:

—Hasta donde yo sabía, era el control maestro y la salida de la Red de Dillinger.

Sam y Quorra se quedaron sin palabras por un minuto.
Luego Sam preguntó:

—¿Cómo es que Dillinger tiene una versión de la Red?

Quorra, al escucharlo, se acercó un poco más, interesada en la respuesta.

Eve explicó:

—Al parecer, era algo en lo que estaban trabajando desde hace mucho, pero no lo dieron a conocer sino hasta hace muy poco.

Sam murmuró:

—Es una familia con muchos secretos.

Ares añadió, con un tono que heló la habitación:

—Tantos, que lograron borrar la existencia de uno de ellos. Pero ahora esa persona está haciendo todo este alboroto.

Aubrey estaba escondida en un rincón de la habitación. Le había pedido a Eve que la dejara estar en la conversación, pero sin decir ni una sola palabra. Eve lo aceptó, pero el destino quería hacerla hablar.

Ares siguió hablando:

—Pero eso no es todo. Estamos aquí porque él quiere borrar todo lo que hay en la Red y todo lo relacionado con ella. Tenemos que detenerlo, aunque cada día que pasa perdemos tiempo.
—Hizo una pausa—. Unos novatos, por así decirlo, hicieron un código capaz de adaptarse a cualquier obstáculo. Incluso puede tomar la forma necesaria para borrar la Red.

Miró directamente a Aubrey.

—Con ellos estamos tratando de crear un código para impedirlo. Y aunque Bill, el hijo de uno de los Dillinger, fue encarcelado, estamos investigando quién lo sacó. Suponemos que es alguien de su familia. Julian, el antiguo jefe, desapareció. Yo supongo que está dentro de la Red.
—Sus ojos se endurecieron—. Al parecer, Bill no puede borrar la Red sin mí.

Eve intervino:

—Estuvimos hablando… aunque me guste la idea de que Julian desaparezca, parece que tenemos que sacarlo de ahí. Y, a la vez, evitar que si llega a entrar descubra cómo borrar la Red sin Ares… o encuentre la forma de hacer que el código cambie de forma.

Sam abrió los ojos, impresionado.

—¿Quiénes son los que crearon el código?

Eve miró a Aubrey y le hizo una señal. Era su momento de hablar, sí o sí.
Aubrey se acercó, con los nervios marcando cada paso.

—Nosotros… o bueno, Luca fue quien lo programó —dijo.

Sam preguntó:

—¿Y por qué lo hicieron?

Aubrey tragó saliva.

—Nos dimos cuenta de que Dillinger estaba usando el código para… cosas malas. Luca y yo quisimos quitarles la Red para que los demás pudieran usarla para… separarse del mundo.

Sam asintió, con una mezcla de asombro y tristeza.

—Creo que eso es algo que mi padre hubiera querido. Pero no creo que darle el código a ese tal Bill haya sido una buena idea.

Aubrey se apuró en responder.

—Nosotros no se lo dimos. Él lo robó.



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En el texto hay: fanfic, disney, tron

Editado: 16.11.2025

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