Trono de odio,corona de engaño

Capitulo 25

Las Sombras del Pasado
"La traición no duele cuando la esperas… sino cuando viene de quien creías tu aliado."
— Lira

La tormenta rompió el silencio del alba con un estruendo que pareció sacudir los cimientos del castillo. Relámpagos desgarraban el cielo, iluminando fugazmente las torres y murallas ennegrecidas de Astereth. En ese instante, Lira sintió que no solo el clima conspiraba contra ella, sino que también las sombras del pasado comenzaban a emerger para arrastrarla hacia un abismo que creía olvidado.
Mientras las gotas de lluvia golpeaban el ventanal de su cámara, sus pensamientos viajaron atrás, a una época envuelta en fuego y traición.
Valdrik y Elyra se habían amado una vez. O al menos, eso decían las historias susurradas entre los muros del castillo. La reina Elyra era una mujer de poder, belleza y sabiduría mágica, la maga más formidable que Astereth había conocido. Pero también fue la madre de Lira, la luz que desapareció demasiado pronto.
Lira apenas tenía ocho años cuando el incendio consumió el ala este del castillo, donde su madre desapareció entre las llamas, dejando tras de sí una herida abierta que ningún tiempo podría cerrar.
En una sala apartada, oculta a la vista de todos, el joven Valdrik discutía acaloradamente con Elyra.
—¡No entiendes lo que está en juego! —gruñó Valdrik, con el ceño fruncido y la voz quebrada por la ira—. Si pierdo este reino, lo perderemos todo. La alianza con Velmor es la única salida.
Elyra lo miró con ojos que mezclaban tristeza y determinación.
—¿Y qué hay de nuestra hija? —su voz era firme, casi un reproche—. No puedes sacrificarla por un juego de poder.
—No es un juego —respondió él, dando un paso hacia ella—. Es supervivencia. Y si tú no puedes apoyarme, entonces estás del lado del enemigo.
Las palabras de Valdrik fueron como un filo frío. Elyra bajó la mirada, consciente de que aquella disputa marcaría para siempre el destino de Astereth y de su propia familia.
De regreso al presente, Lira cerró los ojos y respiró hondo, sintiendo la presencia familiar de Maerith a su lado.
—El pasado nunca muere del todo —susurró la maga—. Y si sigues cavando, encontrarás más que cenizas y recuerdos.
—Lo sé —respondió Lira—. Pero para salvar este reino, debo enfrentar esas sombras, por dolorosas que sean.
Los truenos continuaron su sinfonía ominosa mientras fuera, en los salones del castillo, los fantasmas de un pasado quemado comenzaban a despertar.



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Editado: 03.09.2025

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