Trono de odio,corona de engaño

Capítulo 29

La Marcha hacia el Abismo
"El odio es un trono más alto que la corona, y quien se sienta en él jamás vuelve a levantarse."

— Vieja profecía del norte
El amanecer tiñó el cielo de un rojo sombrío, como una herida abierta que sangraba en el horizonte. Lira estaba de pie en la explanada del castillo, observando a sus tropas alinearse con una precisión fría y calculada. Sus ojos, ocultos tras la máscara, reflejaban no solo la determinación sino también una mezcla profunda de resentimiento y miedo.
No era solo una guerra entre reinos; era la guerra contra su propio destino, contra la sombra implacable de un padre que la veía más como un peón que como una hija. Valdrik había ordenado la invasión sin espacio para negociaciones, cegado por un odio que parecía devorar todo a su paso, incluyendo a la princesa que debía proteger.
—¿Estás segura, princesa? —preguntó Theron, su amigo y sanador, acercándose con preocupación—. Esta batalla no es solo contra Velmor, sino contra las cadenas que te atan a un trono que amenaza con destruirte.
Lira asintió con firmeza, apretando los puños.
—No puedo darme el lujo de mostrar debilidad, Theron —respondió—. Mi pueblo necesita alguien que luche por ellos, aunque el precio sea mi propia alma.
El sonido metálico de las armaduras y el tintinear de las espadas llenaban el aire mientras la multitud comenzaba a avanzar hacia la frontera. La princesa tomó la cabeza de la columna, su capa ondeando como una bandera oscura contra el viento.
El camino hacia Velmor era una mezcla de belleza y amenaza: bosques densos que ocultaban secretos, ríos helados que reflejaban el gris del cielo, y tierras baldías donde el pasado y el presente se entrelazaban en un silencio ominoso.
Cada paso acercaba a Lira más a un enfrentamiento que sabía podría ser el último. Sin embargo, su mente estaba dividida; recordaba los momentos fugaces con Kael, su ambigüedad, su sonrisa irónica y ese fuego inconfundible en sus ojos que aún no lograba descifrar.
¿Era él un enemigo más? ¿O había algo entre ellos que ni siquiera ella misma podía entender?
Mientras la columna avanzaba, la princesa sentía cómo el peso de la corona se volvía más insoportable. No solo debía proteger su reino, sino luchar contra el odio que venía desde dentro, desde las paredes mismas del castillo que la vio crecer.
Al llegar a la frontera, las tropas se detuvieron en un silencio tenso. Más allá, las banderas de Velmor ondeaban con arrogancia, una advertencia clara de que la batalla por Astereth apenas comenzaba.
Lira respiró hondo, apretó la empuñadura de su espada y se preparó para enfrentar no solo a un enemigo externo, sino también a las sombras que la acechaban desde su propio pasado.



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Editado: 03.09.2025

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